Las trincheras no se levantan: así se carroñea con la pandemia

Resultó sorprendente advertir que un político hiperactivo y verborreico como Pablo Casado se pusiese en modo ‘stand by’ para desactivar la histeria político-social que nos rodea ante la pandemia. El líder de la oposición, hay que reconocerlo, realizó un ejercicio de mesura y responsabilidad.

El palentino estuvo a la altura de las circunstancias: «Señor Sánchez, no está solo en la batalla, puede contar con el apoyo del presidente del PP y con el PP. Amamos a España y por eso debemos anudar un lazo moral entre todos».

«Es usted, señor Sánchez, presidente de un gobierno de una nación atacada por un enemigo imparable, pero la afrontamos juntos. Es hora de arrimar el hombro y remar en la misma dirección«, añadió.

SUS ALIADOS MEDIÁTICOS NUNCA ESTÁN A LA ALTURA

El PP está rodeado habitualmente de compinches periodísticos fanáticos. Fueron esos medios que hicieron campaña contra la Constitución, el aborto y el divorcio antes de decir que el 11M lo hizo ETA con la complicidad de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

Algunos de esos medios, especialmente un digital amarillo british dirigido por un personaje cloaquil y una radio cuyo locutor estrella emula cada mañana a Queipo de Llano, se empeñan en convertir al ‘Gobierno socialcomunista’, omiten que el mando económico está en manos de Nadia Calviño, en el precursor del coronavirus.

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Zapatero y Sánchez.

Pero no extraña esta postura desde la trinchera conservadora porque en 2009 parecían decir que la caída de Lehman Brothers estaba provocada por José Luis Rodríguez Zapatero, autor de los mayores recortes sociales de la historia de España y responsable de la aplicación del artículo 135 de la Constitución.

LA IZQUIERDA TAMPOCO SE CORTA ANTE LA PANDEMIA

La izquierda mediática también va a la suya ante la pandemia: TVE se ha convertido en el NO-DO del PSOE, Lorenzo Milá se ha caído del pedestal tras haber dicho que esto era una gripe un poco fuertecilla y algunos genios progres se empeñan en culpar a la falta de afecto del PP al Estado del bienestar de la propagación del coronavirus.

El progrerío también se ha cebado con saña con Vox por el show en Vistalegre de Ortega Smith, racismo en estado puro a pesar de tener una madre de Argentina. Olvidan los partidarios mediáticos de este Gobierno que cebaron el 8M en plena pandemia y sin ningún tipo de reparo.

BORBONEO EN PLENA PANDEMIA

La crisis reputacional de la Corona también ha salido a relucir en estas fechas exóticas. Juan Carlos I, con el prestigio humano por los tobillos, es patéticamente defendido por Alfonso Ussía, que tira de machismo e insulta a la exnovia de su amiguete.

Ussía dice que el pobre emérito «en un momento dado, como tantos presidentes de grandes empresas, cayó en la garras de una embriagadora y atractiva prostituta de lujo. Aquello supuso su más grave equivocación, su gran error».

Planeta, que tendría que haber echado a este sujeto hace años por su falta de lealtad hacia el grupo audiovisual que ellos pilotan, traga al ver que Ussía dice que Felipe VI se ha pasado con su padre, que todavía no está ni en el exilio ni la cárcel.

Ussía se corona: «No juzgo al hijo, pero se me antoja excesivamente dura su decisión. Seguramente correcta, pero muy áspera (…) El hombre tiene debilidades y hay que saber perdonarlas. Las putas son más frías. Y creo que ha ganado la puta». ¿Hasta cuándo va a publicar La Razón este tipo de basura?

PALOS DESDE LA IZQUIERDA

También habla sobre la crisis borbónica la trinchera izquierda. En este caso el prestigioso editor José Mari Esparza Zabalegi dice que «los reyes puteros salen caros a sus súbditos. Más aún si son de la saga reinante, que tiene dos focos insaciables debajo de la cintura: los genitales y los bolsillos».

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El escritor navarro dice que «en España se accede a la Jefatura del Estado por vía vaginal y de ahí su obsesión por ser sementales y ricos. Así que, como los caballos de raza, hay que estudiar su pedigrí histórico para entender, por ejemplo, el reciente lío del cobro de comisiones por Juan Carlos y el desvío de 65 millones a una fulana alemana. Es un Borbón y basta. Lo lleva en los genes».

Y recuerda que seguiría siendo republicano «si los borbones tuvieran la talla de filósofos griegos o sabios renacentistas. Aunque fueran austeros y honrados, no dejaríamos de proclamar que la monarquía es rémora medieval, antítesis de democracia. Pero soportar a estos borbones ha sido la peor de las humillaciones«.