La consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, ha fijado como prioridad de la entidad preservar el empleo pese a la situación de crisis sanitaria ocasionada a raíz de la expansión del coronavirus Covid-19.
«El mantenimiento del nivel de empleo es una de las prioridades. No podemos asistir impávidos ante ese drama. Por ello hemos de vencer la tentación de eliminar puestos de trabajo a causa de una menor actividad», ha subrayado Dancausa en un discurso pronunciado con motivo de la celebración este jueves de la junta general ordinaria de accionistas.
En su opinión, la determinación de mantener el empleo es el «mejor estímulo» para los trabajadores, generando además un ciclo virtuoso en el que se realimentan mutuamente esta prioridad con los resultados que justifican su mantenimiento.
De igual forma, Dancausa ha asegurado que Bankinter está «plenamente alineado» con las medidas decididas en el reciente consejo de ministros, cuyo propósito es mitigar el impacto de la crisis del coronavirus en los colectivos más afectados por la misma mediante la aplicación de la moratoria por un mes en hipotecas.
En esta línea, y ante el reto «inusitado y gigantesco» que supone la crisis sanitaria, la consejera delegada del banco ha pedido paciencia a los accionistas que reclaman «resultados, dividendos y rentabilidad».
«CUANDO FINALICE EL VENDAVAL, SERÁ MOMENTO DE RESTAÑAR HERIDAS»
«En cuanto todo este vendaval finalice, y finalizará, no lo duden, será momento de restañar heridas, para a continuación, sin pausa, ponernos manos a la obra a trabajar para dar beneficios presentes, transformables en dividendos», ha remarcado.
Esto preparará el terreno del que se obtendrán las cosechas futuras y que permita ver a Bankinter cada día «más sólido, con mayor dimensión y ofreciendo mayor rentabilidad».
En suma, Dancausa ha querido transmitir a los propietarios de la entidad la confianza en las capacidades que tiene Bankinter para superar este reto y así seguir generando valor en el futuro.
La consejera delegada de Bankinter ha reconocido que todos los retos que la banca arrastraba de años anteriores y que hasta ahora preocupaban, han pasado a un segundo plano «bruscamente».