Son poco rentables, pero es la opción favorita del ahorrador. Un 88,8% de españoles tiene depósitos en cartera y un 43,1% está dispuesto a contratarlos en los próximos seis meses, según una encuesta de J.P.Morgan AM. Sin embargo, la mayoría de los grandes bancos españoles están remunerando estos productos a tasas del 0%.
Este producto financiero que consiste en darle dinero a una entidad financiera (ya sea un banco o una caja) para que lo devuelva con intereses después del tiempo pactado, tuvo bastante tirón hasta 2008, cuando llegaron a abonar por el ahorro hasta el 5%.
Pero la situación se ha dado la vuelta, hasta el punto de que algunas entidades españolas no descartan cobrar a los particulares por sus ahorros. El CEO del Banco Sabadell reconoció que “resulta casi inevitable” en el momento actual, pero sería la competencia la que decidiría quién lo hacía primero con los particulares.
Las cosas han empeorado desde septiembre, cuando Mario Draghi (todavía al frente del Banco Central Europeo) decidió mantener los tipos de interés al 0% y la tasa a los depósitos se redujo de -0,4% a -0,5%.
Los bancos empezaron entonces a cobrar a clientes institucionales y grandes compañías. Y el siguiente paso fue dejar de vender depósitos, una decisión que adoptaron el Banco Santander, CaixaBank, Bankia, Liberbank y Kutxabank. Más tarde, Bankia se convertía en el primer banco en anunciar que empezaría a cobrar intereses por los depósitos a determinados clientes de banca privada. En concreto, hasta un 0,5%.
¿POR QUÉ GUSTAN?
Según datos de Bloomberg en cada mes de 2019, el crecimiento de los depósitos bancarios fue un 5% más alto que el año anterior, mientras que durante todo el año los depósitos crecieron en 10 de los 12 meses.
Una de las razones de por qué gustan los depósitos (pese a las pésimas condiciones actuales) es la seguridad que aporta al ahorrador, todos están protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos, es decir si el banco quiebra, cada titular recuperaría hasta 100.000 euros de su inversión, como máximo.
También porque los contratos incluyen la posibilidad de disponer de lo invertido en el depósito antes de que cumpla el plazo acordado, a cambio de una penalización o de una comisión que estarán ya establecidas.
En el caso de los depósitos bancarios a plazo fijo (los más populares entre los ahorradores más conservadores) su fuerte es que ya tienen una rentabilidad y un plazo fijados por contrato. Y por lo tanto, el inversor ya sabe los beneficios que obtendrá cuando lo contrata. Por la misma razón, los ahorradores dudan más con los depósitos estructurados o referenciados, al estar vinculados a un índice bursátil o a la cotización de acciones, los intereses no están garantizados.
Lo mismo ocurre con los depósitos combinados, aquellos que combinan un depósito a plazo fijo con otro producto de inversión, por ejemplo, un fondo de inversión. Precisamente los fondos de inversión y los ETF son la tercera opción de los ahorradores españoles cuando deciden invertir según la encuesta de JPMorgan. Lo prefiere un 29% frente a un 42% que opta por los planes de pensiones, que se convierte en el segundo producto más popular.
¿CÓMO INVIERTE EL ESPAÑOL?
La encuesta de J.P.Morgan AM muestra que el proceso más habitual para tomar decisiones sobre ahorro e inversión es acudir a su asesor bancario, lo hace un 38,4%. Por debajo, están los que prefieren recurrir a familiares, amigos o incluso conocidos que tengan experiencia o conocimientos financieros, para obtener información (1/3).
Y los que afirman tomar decisiones por su cuenta, recurriendo a distintos medios como la aplicación bancaria, las redes sociales, los foros o la prensa económica (1/4). En conclusión, más de la mitad de los españoles sigue optando por el asesoramiento no profesional para tomar decisiones sobre ahorro e inversión.
Según Bestinver, los españoles dedican de media 2 horas a la semana a la información económica, a través de la prensa online y escrita. Pero el futuro pasa por hacerlo a través de las redes sociales, tal y como ya hace un 17,4%. Más de la mitad usa Facebook y Twitter. En concreto, en 2019, el 57% buscaba en Facebook este tipo de información. En Twitter, un 56,4%. También en Youtube un 45,6%, además de un 36,8% en Linkedin y un 21% en Finect.