Un miércoles más, el aventurero leonés Jesús Calleja nos invitó a recorrer el mundo, y esta vez tocó visitar Puerto Rico de la mano del chef José Andrés. Este cocinero español, que lleva cerca de 30 años viviendo en Estados Unidos, ha sido una de las celebridades que más se ha volcado con los problemas sociales y, en especial con el desastre causado por el huracán María que en septiembre de 2017 tocó tierra ‘boricua’ dejando devastada la isla.
Tras terminar sus estudios en la Escuela de Restauración y Hostelería y su posterior aprendizaje en El Bulli de Ferran Adriá, José Andrés se mudó a Estados Unidos donde estuvo viviendo primero en Nueva York, y después se asentó en Washington. En noviembre de 2013 se le concedió la nacionalidad estadounidense tras 23 años residiendo en el país norteamericano, y en 2016 recibió 2 estrellas Michelin en su «MiniBar» de Washington.
En mayo de 2012 el chef español fue elegido por los Obama para elaborar un menú con el que la entonces primera dama estadounidense, Michelle Obama, acogería a los cónyuges de los jefes de estado del G8. Andrés ya había colaborado antes con la mujer del presidente en su campaña contra la obesidad infantil Let’s Move.
En el programa de viajes y aventuras, fue preguntado por Calleja por el conflicto catalán y la posible solución de este. “Crecí en Cataluña y la quiero mucho y quiero que los catalanes sean felices”, afirmó el chef. Andrés aseguró querer que Cataluña se quede en España, además de respetar a aquella «gente que no quiera ser española”. En contrapartida, mandó otro mensaje a los independentistas, “ellos también tienen que respetar que a lo mejor gente como yo y muchos otros en Cataluña queremos seguir siendo parte de España”.
“Si alguna vez tienen que ser independientes, que lo sean, pero dentro de las normas democráticas. Que poquito a poco se llegue a ese lugar donde todo el mundo esté contento y cada ciudadano pueda aspirar a lo mejor para ellos y su familia”, replicó el cocinero español. “Hay que aprender que las banderas nunca tienen que ser armas arrojadizas y que hay que respetarlas. Cuando empecemos a hablar de respeto al prójimo entonces nos podremos encontrar en un punto intermedio donde nos demos la mano”, concluyó José Andrés.