La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha avisado este lunes en Bruselas de que el Gobierno considera «injusta» e «insuficiente» la última propuesta de acuerdo trasladada a los socios de la UE para cerrar el presupuesto común de los próximos siete años en la cumbre de este jueves y que plantea de salida un recorte del 14% para la Política Agraria Común (PAC) que España pide, al menos, mantener con el apoyo actual.
«No es para nosotros, en su forma actual, una base suficiente para llegar a un acuerdo», ha expresado la ministra en declaraciones a la prensa a su llegada a una reunión de ministros de Exteriores de la UE, tras recalcar que el reparto que plantea el documento trasladado el pasado viernes a las capitales es «por ahora insuficiente para lograr un consenso».
El borrador, preparado por el presidente del Consejo europeo, Charles Michel, propone un marco financiero plurianual (MFF, por sus siglas en inglés) para el periodo 2021-2027 del 1.074% de la Renta Nacional Bruta (RNB) del bloque, frente al 1,114% que pide la Comisión Europea o el 1,16% que representa el del periodo que acaba este año para los Veintisiete.
Este presupuesto incluye un recorte del 14% para la PAC y del 12% en los fondos de Cohesión, aunque permitiría una mayor flexibilidad a los Estados miembros en su gestión, con el argumento de que es necesario dotar de mayores recursos otras políticas ahora prioritarias en la agenda de la UE como la lucha contra el cambio climático y la transición digital.
No reconoce el papel de la agricultura como elemento de cohesión y como elemento fundamental para la transición ecológica», se ha quejado González Laya a su llegada a Bruselas, en donde también se celebra este lunes una reunión de Asuntos Generales de la UE para preparar la cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de la UE de este jueves convocada para negociar el presupuesto.
La jefa de la diplomacia española también ha considerado la oferta de Michel «insuficiente en su ambición» y ha advertido de que si el bloque aspira a ganar peso geopolítico debería también reflejar tal ambición en el presupuesto.
«Es injusta en su reparto, pensamos que no acaba de resolver los problemas de divergencia dentro de la Unión Europea que han ocurrido desde la crisis de 2008», ha argumentado, si bien ha añadido que España asiste a las negociaciones con espíritu «constructivo» y confía en lograr un acuerdo.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acudirá por tanto a la cumbre del jueves «con la mejor de las disposiciones» aunque la propuesta no es suficiente por ahora para contar con el respaldo de España.
Por ello, ha añadido la ministra, España buscará que se llegue a un consenso «lo antes posible» aunque no ha aclarado si cree que se logrará en esta primera cita o exigirá contactos más a largo plazo. «Nos importa que se atienda a las necesidades más que a la prisa o a las fechas para llegar a un acuerdo», ha remachado.
DOS FRENTES
La propuesta de Michel mantiene –aunque suavizado– el propósito de recortar el presupuesto europeo a costa de los fondos agrarios y estructurales que ya se planteó el pasado diciembre en otra propuesta que fue rechazada por casi todos los Estados miembro, aunque por razones distintas.
España y otra quincena de países del sur y del este han creado un frente común para defender los fondos de cohesión y de la PAC y reclamar que si no se aumentan al menos que se mantenga su ambición en el gasto agrícola y se asegure un apoyo «fuerte» para los fondos estructurales.
Los llamados ‘amigos de la cohesión’ tendrían de su lado al Parlamento Europeo, que pide un presupuesto del 1,3% que garantice la fortaleza de estas políticas tradicionales.
Este propósito, sin embargo, choca de plano con la de otros países como Países Bajos, Suecia, Dinamarca o Austria que rechazan de plano cualquier mejora y exigen que el presupuesto sea rebajada, marcando como techo el 1% de la RNB.
Michel se ha reunido en las últimas semanas con casi todos los líderes de la UE para escuchar sus líneas rojas y tratar de hallar un «equilibrio» entre unos y otros, apuntan fuentes europeas, que recuerdan que con la salida de Reino Unido el bloque deja de contar con unos 10.000 millones de euros al año y, sin embargo, necesitará más recursos para nuevas prioridades como la acción climática, la digitalización y la migración y la seguridad.