Hace dos años, Felipe VI abría las puertas de la Zarzuela para mostrar una parte de su intimidad. En su 50 cumpleaños el monarca permitía la entrada de las cámaras de TVE y estas recogían una almuerzo familiar. El Rey disfrutaba de una entrañable estampa junto a su mujer, la Reina Letizia, y sus hijas, Leonor y Sofía.
Esta ha sido una de las pocas licencias que el soberano ha permitido acerca de su vida privada. Lejos de la apertura existente en la Casa Real británica, la Casa Real española ha decidido marcar una línea imaginaria y delimitar lo que pertenece a la esfera pública y lo que es el ámbito privado.
Así, al contrario de lo que ocurría anteriormente, ya no se hace público dónde pasa el Rey y su familia las vacaciones. Tampoco se conoce a qué campamento acuden en verano sus hijas, ni las visitas privadas que reciben cuando festejan algo.
Sin embargo, lejos de la agenda oficial no se esconde el más recio oscurantismo. Nada más lejos, fuera del foco mediático, a Felipe VI le gusta disfrutar de una vida “normal”, como cualquier ciudadano de a pie. Ejerce de padre y esposo y no duda en mezclarse entre la gente si ello es preciso.
Felipe VI. Un ciudadano más
Una prueba de esa naturalidad que demuestra en su vida privada se produjo a principios de este año, cuando el monarca fue visto por la céntrica Plaza de Benavente de Madrid, junto a su hija Leonor, mezclado entre los muchos viandantes que paseaban en esos días navideños por las calles de la capital española.
Muchos fueron los que se cruzaron con él y pocos, sin embargo, quienes se percataron realmente de ello. Su look, de sport, hacía más fácil su “camuflaje” y su discreta escolta ayudaba a ello.
Podría haber pasado totalmente desapercibido si un viandante, más ávido que el resto, no hubiese sacado su teléfono móvil inmortalizando el momento. Posteriormente se supo que venían del cine.
Pasión por el cine
Precisamente, el cine es otra de las pasiones de los miembros de la Casa Real y, por ende, de Felipe VI. Así, el pasado 10 de enero, el Rey y su esposa disfrutaron en los cines Kinépolis de la película 1917 de Sam Mendes, ganadora de dos Globos de oro.
Para no ser reconocidos entraron en la sala cuando ya se habían apagado las luces.
La de ir al cine es una práctica que llevan a cabo en numerosas ocasiones, dejándose ver tanto en estos cines como en otros de la ciudad. También en ocasiones disfrutan de esta afición en familia. De hecho, junto a sus hijas se les pudo ver en vísperas de Navidad asistir a la última entrega de Star Wars, El ascenso de Sywalker. Lo más curioso de su gusto por el cine es que suelen decantarse por ver las películas en versión original.
Un roscón familiar
Como hemos señalado, el compendio de comidas familiares y demás compromisos no es público. De ello no se salvan la Navidad. Sin embargo, sí que se ha podido saber que se conserva la tradición del Roscón de Reyes.
Este, como cada año, se degusta en la casa de Jesús Ortiz y su mujer Ana Togores. En ocasiones es el propio padre de la Reina quien lo elabora. Otras, sin embargo, lo compra.
Al igual que en años anteriores, tras la Pascua Militar, Felipe VI y su familia se encaminaron hacia la casa de Jesús para degustar el dulce. Se trata de una merienda en la que también el abuelo hace entrega a las niñas de los regalos. Al igual que en otras ocasiones, para realizar esta visita, los monarcas eligieron look casuales, sin el rigor que imponen los actos oficiales.
Los amigos de Felipe VI
No toda la vida privada de Felipe VI se lleva a cabo en presencia de Doña Letizia. Por el contrario, en muchas ocasiones disfrutan del ocio por separado. Así, es muy común que ella quede con sus amigas y él haga lo propio con sus amistades.
Estas han descendido desde que el Rey tomara posesión de su cargo en 2014. Uno de los que no ha abandonado su círculo íntimo es Álvaro Fuster, amigo de toda la vida del Rey, que junto con su mujer Beatriz Mira, suelen ser quienes más frecuentan al matrimonio.
Además de ellos, el soberano no ha perdido el contacto con las amistades que hizo durante su periplo en EEUU. En ocasiones hasta rinde visita en vacaciones. Junto a ello tampoco se olvida de sus compañeros militares, con los que incluso organiza almuerzos.
Un cumpleaños discreto
Una muestra de la dedicación a sus amigos se escenificó el pasado 31 de enero. Durante la celebración de su 52 cumpleaños. Como decimos, ya no se hace público este tipo de actos. Sin embargo, sí que ha trascendido que Felipe VI no tuvo actos oficiales ese día.
Por ello, pudo disfrutar al máximo de una celebración muy especial. Al parecer, el monarca aprovechó su día libre para acudir a un restaurante madrileño especializado en comida española. Allí se reunió con unos amigos y permaneció hasta las seis de la tarde.
Una vez más, la discreción fue la tónica y a ello ayudó de nuevo su sencillez al vestir. Con americana, camisa y pantalón oscuro. La celebración no quedó únicamente en el círculo de amigos, sino que después lo celebró con su familia. Una vez que las niñas salieron del colegio.
Campo y deporte
Nuestro Rey en su día fue aficionado a la caza, al igual que su padre. Sin embargo, tras contraer matrimonio con la reina Doña Letizia cesó en esa actividad. Ello no ha impedido que siga disfrutando del campo. Otra de sus pasiones.
Es muy común ver a Felipe VI, con su mujer y sus hijas, paseando y haciendo excursiones por poblaciones cercanas a Madrid. A ello hay que unir su pasión por el deporte.
Fan reconocido del Atlético de Madrid, le apasiona esquiar. Casi siempre lo hace en familia, aunque de cuando en cuando también se deja ver con algunos amigos por varias pistas de la geografía española. Además sigue deportes como el baloncesto y el ciclismo.
