Las ventas de platos preparados para su consumo en el hogar crecieron un 3,3% en 2019, hasta un total de 592.454 toneladas, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Platos Preparados (Asefapre).
El informe señala que la innovación en materias primas, ingredientes, formulaciones y procesos de elaboración, unida a su apuesta por desarrollar productos y formatos que se adapten a los nuevos estilos de vida ha hecho que aumente el consumo de estos productos.
El presidente de Asefapre, Ángel Matamoro, ha destacado que en estos momentos, el consumidor busca productos que, por un lado, le ayuden a paliar las consecuencias de su «acelerado» ritmo de vida y, por otro, que le permitan mantener una alimentación «variada y equilibrada».
Respecto a los productos, los platos de pescado y marisco son los que más crecieron en la categoría de congelados (7,8%), la tortilla aumentó un 17,2% en la categoría de refrigerados, y los platos preparados a base de pasta y arroz se incrementaron un 8% en la categoría de ambiente.
En cuanto a los platos preparados más consumidos, la pizza se situó en la primera posición en la categoría de refrigerados y en la segunda de platos congelados, con un volumen total de 124.803 toneladas. Los platos a base de patata fueron los más demandados en la categoría de congelados (63.438 toneladas), mientras que los platos con base de legumbres consiguieron el primer puesto en la categoría de platos preparados ambiente (17.390 toneladas).
Por categorías, los platos preparados registraron una cuota del 48,4%, seguidos de los congelados (39,4%) y los de temperatura ambiente (12,2%). En cuanto a la exportación de platos preparados de las empresas asociadas a Asefapre, mantuvieron su crecimiento constante superando en 2019 las 39.360 toneladas, un 14,8% más.
Las empresas asociadas a Asefapre forman parte del Plan de Colaboración para la mejora de la composición de los alimentos y bebidas de la Aesan, comprometiéndose a reformular algunos de sus platos para reducir un 10% el contenido mediano de sal en productos como croquetas, empanadillas, canelones/lasañas, ‘nuggets’, anillas o derivados del surimi, y un 10% del contenido mediano de grasas saturadas en nuggets.
«Este compromiso de calidad y seguridad es, junto con la sostenibilidad y el desarrollo económico y social, uno de los grandes retos del sector ya que implica una importante labor de investigación con el fin de evitar la modificación de sabores o la textura de los alimentos», ha explicado el secretario general de Asefapre, Álvaro Aguilar.