El aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas ha tenido un lunes de lo más agitado. Dos pilotos han notificado el avistamiento de unos drones, que han obligado a activa el procedimiento de desvío masivo de aviones. La presencia de este tipo de artefactos se detecta en numerosos aeropuertos gracias a la tecnología antidrone de Indra. El protocolo activado, denominado ‘Rate 0’, ha impedido el despegue y aterrizaje de aviones en el aeropuerto.
La normalidad se ha instaurado pasadas las 15:00 horas, cuando Enaire ha anunciado el restablecimiento de manera paulatina de las operaciones en el aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas, por lo que se ha comenzado a permitir el tráfico. La Policía y la Guardia Civil han abierto una investigación para tratar de localizar e identificar a la persona que habría volado el dron y que ha ocasionado la incidencia.
INDRA Y SU TECNOLOGÍA ANTIDRONE
Desde hace meses los aeropuertos están preparados para el avistamiento de drones por posibles ataques. Indra es la empresa clave en este aspecto, con una tecnología que sirve de salvavidas. La compañía desarrolló este sistema hace unos meses, con pruebas realizadas en un centro de experimentación del Ejército del Aire Español, a pocos kilómetros de Madrid.
Indra utilizó varios drones de un tamaño reducido y de un peso de entre 500 gramos y 3 kilos, que despegaron en una de las zonas destinadas a ello. Desde el centro de control, los asistentes pudieron vislumbrar cómo el radar de alta definición detectaba la presencia de estos aparatos, pese a que se encontraban a varios kilómetros de distancia.
La tecnología de Indra permite que las cámaras infrarrojas de largo alcance confirmen el objetivo y mantengan el seguimiento sobre ellos. La empresa también cuenta con un sistema para neutralizar a los objetivos. Una revolución que sirve de aviso a los aeropuertos para situaciones como la que se ha vivido este lunes.
Por si este contratiempo no fuese suficiente, un avión de Air Canada está a la espera de realizar un aterrizaje de emergencia en Barajas, después de dar vueltas por Madrid, muy cerca de los edificios.