En la céntrica Plaza de los Cubos de Madrid, un espacio dedicado al ocio y la restauración, se encuentran los Cines Princesa. La histórica sala madrileña pertenece al grupo Renoir, igual que los cines de Plaza de España y Retiro. Su oferta alternativa y en versión original le han valido para convertirse en personaje de Almodóvar (‘Julieta’, 2017) y en los cines preferidos de la científica Margarita Salas. A pesar de su popularidad, los números no terminan de remontar, y la situación financiera de Cines Princesa atraviesa sus horas más bajas.
Las salas de cine han vivido momentos difíciles, pero los amantes de la cultura han vuelto a llenarlas gracias a iniciativas como el Día del Espectador o la Fiesta del Cine. A pesar de esto, Cines Princesa no termina de remontar. Una nueva reducción de capital evidencia la situación complicada que atraviesa el Renoir de Princesa. En esta ocasión, el ajuste ha sido de 301.184 euros, lo que arroja un capital actual de 307.566 euros, según recoge el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme).
La reducción de capital de este mes de enero de 2020 no es la primera para la empresa. En 2017, su situación ya hacía saltar la voz de alarma al registrar dos importantes ajustes tras los que sus fondos quedaron reducidos a 671.750 euros, siendo inicialmente una cantidad cercana al millón de euros.
Las pruebas sobre las dificultades en la taquilla de la céntrica sala de proyección de Madrid se acumulan. Los resultados económicos al cierre de 2018 muestran las dificultades a las que se enfrentan. Los datos procedentes del Registro Mercantil y recogidos por Insight View sobre las ventas revelan un descenso notable, aunque habían seguido una progresión positiva desde que tocasen fondo en 2013. Los beneficios han pasado por años convulsos entrando en números rojos, que a pesar de salir a flote, siguen la misma tendencia bajista que las ventas.
MÁS CINE Y MENOS SALAS
Los cines Renoir son un refugio para los amantes de un cine alternativo. En sus salas puedes encontrar producciones europeas o asiáticas, siempre en versión original. Los cines de Princesa, Plaza de España y Retiro son los únicos supervivientes a la crisis que vivió el cine hace algunos años. Los Renoir de Cuatro Caminos se despidieron de los cinéfilos en 2013, y la misma suerte corrieron los Renoir Majadahonda. En el momento del adiós de éstos, la dirección aseguró que no se producirían más cierres.
Lo cierto es que la transformación del séptimo arte tiene luces y sombras. La irrupción de las plataformas de pago no suponía un gran problema, puesto que, los estrenos se reservaban a las salas de cine. Algunas de estas empresas de video bajo demanda, como Netflix, HBO o Movistar+, han pasado de la mera distribución de contenido a producir sus propias películas y esto ha revertido de forma negativa en los cines. No solo las cuentas de los cines sufren las consecuencias del auge de estos gigantes. Hubo una época dorada para el cine en Madrid, en la que las salas superaban la centenaahora están muy por debajo de la mitad.