Borja Prado, el ‘cavalieri’ de la Corte quiere volver a la primera plana

Esta semana en nuestro repaso a la vida y obra de lo más granado del empresariado español le llega el turno a Borja Prado, un conseguidor y encantador de serpientes habitual de la Corte Real que hasta hace unos meses ejercía de presidente no ejecutivo de Endesa, compañía de la que salió con un botín de 12,8 millones de euros, cantidad que para el común de los mortales sería más que suficiente para retirarse en la sombra si lo sumamos al jugoso patrimonio acumulado durante su vida.

Sin embargo, para este español con ínfulas de italiano el poder es más importante que el dinero y, tras intentar sin éxito el asalto a la presidencia de Telefónica que ostenta José María Álvarez–Pallete, ha sido tentado por el millonario ruso Mikhail Fridman para llevar el timón de DIA, la compañía de supermercados cuyo ex consejero delegado está imputado por falsear las cuentas, algo de lo que se ha dado cuenta dos años tarde el supervisor bursátil español (la CNMV) y sólo porque el juez de la Audiencia Nacional, Alejandro Abascal, así se lo ha indicado. 

Según defendía su padre a capa y espada el clan de los Prado y Colón de Carvajal desciende del descubridor oficial del continente americano, pero es casi obligatorio dudar de la palabra de Don Manuel que –aunque fue caballero de la Orden de Santiago– acabó entre rejas por gustarle más de la cuenta el dinero ajeno. 

El vil metal es del agrado de Borja Prado pero no está en el primer lugar de su lista de prioridades –seguramente porque lo ha tenido siempre– y su gran pasión es ejercer de cavalieri entre bambalinas para ayudar a sus socios y amigos en esto del business. Florentino Pérez, su gran compadre y compañero de Palco madridista, conoce muy bien cuál es la especialidad del empresario: sabe cono nadie medrar y es un maestro en el arte de sentar en la mesa a las partes en disputa para que resuelvan sus disputas sin que llegue la sangre al río.

Católico practicante y de buenas costumbres, el expresidente de Endesa es más famoso por participar en cuitas entre empresas que por su gestión al frente de la eléctrica, donde ha representado los intereses del lobby italiano en España siendo el hombre de la estatal ENEL en nuestro país. Tras el asalto de Gas Natural a Endesa en la etapa de Zapatero sus amigos los Entrecanales realizaron una operación redonda entrando en el capital de la antaño empresa española y saliendo por la puerta de atrás con jugosas plusvalías. 

Borja Prado fue el hombre elegido en aquel momento por el Estado transalpino para llevar las riendas de la empresa que ilumina millones de hogares en nuestro país. No es la única conexión italiana del empresario: hasta el pasado diciembre fue consejero de Mediaset, una de las dos compañías que se reparten el pastel televisivo en España en régimen de duopolio según ha denunciado en varias ocasiones la CNMC.

Hay una anécdota que narra a MERCA2 un gran directivo del Ibex 35 y que ilustra muy bien el carácter etéreo de las funciones profesionales de Borja Prado. A uno de sus choferes le preguntó otro colega que cuál era la dedicación de su jefe, a lo que el conductor contestó: “pues la verdad es que no se qué es exactamente lo que hace”. Así es el presidente de Endesa, que a la chita callando mantiene un perfil bajo de cara al exterior pero que está en todos los perejiles como dicen al sur de Despeñaperros. 

Con 63 años el empresario que comenzó su carrera en UBS rodeado de cuentas opacas en Suiza tiene muchas muescas en su revolver: ayudó a su amigo Florentino a asaltar a Iberdrola –desde su puesto como financiero en el italiano Mediobanca–, participó en el culebrón del Popular desde dentro de la conexión mexicana que acabó cobrándose la cabeza de Ángel Ron, intentó mover la silla al presidente de Repsol, Antonio Brufau, en su pugna con Pemex y, más recientemente, fue uno de los principales artífices del acuerdo entre Atlantia (¡otra vez los italianos!) y su querida ACS para repartirse el botín de Abertis.

Y es que prácticamente no hay operación empresarial ibérica de cierto calado en la que no haya estado por medio Borja Prado, histórico presidente de una compañía que, por otra parte, ha cultivado como nadie las relaciones con el poder político dando cabida en sus órganos directivos a ex gobernantes de todos los pelajes ideológicos. 

AMIGO DE LUIS DE GUINDOS, LOS ROTHSCHILD Y ROCKEFELLER

Durante la presidencia de Mariano Rajoy este madrileño, licenciado en Derecho por la Autónoma y con master en la Universidad de Nueva York, tenía como principal aliado a Luis de Guindos, que fue consejero de Endesa y es uno de sus grandes amigos, hasta el punto de que a los pocos meses de ser nombrado ministro de Economía en 2012 el empresario organizó una reunión entre Guindos y Florentino Pérez en su mansión de Sotogrande para que se convencieran mutuamente de que eran aliados. Dicen que el presidente de ACS salió complacido de aquel encuentro a pesar de que el ministro es del Atleti. 

No era el primer trabajo que hacía para Guindos, ya que Borja Prado intentó colocarle el quebrado Banco Mare Nostrum (BMN) al Popular para salvar al soldado Carlos Egea, presidente de la entidad valenciana que tuvo a Guindos como responsable de la Comisión de Auditoría antes de la victoria del PP a finales de 2011. Prado no tuvo éxito pero Guindos consiguió su objetivo al promover la integración de BMN en Bankia que, a pesar de ser la cuarta entidad financiera española, sigue estando dirigida por el estado/gobierno de turno y que permite que Egea se siente en el consejo de administración de la entidad.

Borja Prado lleva el carácter negociador lo lleva en la sangre tras su paso por grandes firmas de inversión como el citado banco suizo UBS (país muy del gusto de las finanzas regias), el imperio Rothschild (que le acercó a la Comisión Trilateral de Rockefeller de la que es miembro) o la ilustre banca Lazard de Rodrigo Rato. Allí aprendió que donde realmente está el núcleo del poder y del dinero es en las operaciones corporativas. Una valiosa escuela que completó con la que traía de cuna al pertenecer a esa élite social de aquellos que creen tener derecho a conseguir todo lo que deseen. 

Heredero del Régimen franquista se marchó tras terminar sus estudios de Derecho a Estados Unidos y, desde aquel momento, se convirtió en triunfador nato. Ha algunos les puede sorprender que no le hayan salpicado los escándalos de su progenitor, administrador de la fortuna del Rey emérito, especialmente a aquellos que no entiendan que en el ámbito de la monarquía se mantiene la máxima de que todo queda en casa. No en vano Borja Prado ayudó financieramente a montar una escuela infantil a la infanta Elena en el lujoso barrio de El Viso y posteriormente le alojó en una de sus propiedades cuando se separó de Jaime de Marichalar.

PASEOS POR EL CAMPO, GOLF, TOROS Y LECTURA

En su tiempo libre al ex presidente de Endesa le gusta la naturaleza, de la que disfruta algunos fines de semana junto a su esposa –la marquesa– y sus hijos. Sus aficiones más relevantes son el golf y los toros, a los que se dedica también profesionalmente tras heredar el hierro de Torrealta. Cuando está sólo en casa Borja Prado disfruta de la lectura –cultiva el género de la novela histórica– y a caballo entre su vida profesional y personal confirma su cercanía a la Iglesia al ocupar un puesto en el patronato de la Fundación Madrid Vivo, presidida por Carlos Osoro, cardenal arzobispo de Madrid.

A pesar de ser un católico de los de antes (no pertenece al Opus Dei aunque tiene muchos amigos en la Obra), a Borja Prado no le gusta poner la otra mejilla cuando alguien atenta contra sus intereses. Cuando la cúpula de Endesa fue investigada (algunos dirían que espiada) para descubrir posibles filtraciones a medios de comunicación que descubrieron parte de las vergüenzas de la eléctrica, el diario digital El Confidencial le acusó de haber orquestado una trama de espionaje que alcanzó también a periodistas. Curiosamente en los mentideros de la capital se dice que Borja Prado intentó hace unos años con la ayuda del músculo financiero de ACS tomar el control del citado medio digital para poner al frente a un hombre de su cuerda, una operación que no llegó a buen puerto por la defensa numantina que hicieron sus actuales gestores.

EL ASALTO A TELEFÓNICA Y LA OFERTA PARA PRESIDIR DIA

Una vez que salió de Endesa el futuro profesional de este empresario pasaba por la presidencia de otra gran compañía del Ibex o, por lo menos, eso es a lo que aspiraba y puso su objetivo en Telefónica. En el seno de la operadora le acusan de estar detrás de aquellos que cuestionaban al sucesor de César Alierta hasta que el recién llegado Álvarez–Pallete cogió el toro por los cuernos y limpió el consejo de administración de opositores, lo que en el argot empresarial se denomina: “renovación del consejo para afrontar los nuevos retos”. 

Padre de dos hijos ya emancipados en tierras americanas (uno vive en Estados Unidos y el otro en México) y de una hija que todavía no ha abandonado el nido, a Borja Prado le gusta cenar en casa siempre que su trabajo se lo permite, aunque en su etapa en Endesa se veía obligado a seguir trabajando después de los postres. Y es que el empresario es un hombre familiar, que nunca perdonó a su padre rompiera la relación con su madre, la ganadera bilbaína Paloma Eulate Aznar, marquesa de Zuya. En realidad lo que se produjo fue una nulidad matrimonial para que Don Manuel, con más de setenta años, pudiera casarse por la Iglesia con la aristócrata sevillana Celia García-Corona, un cuarto de siglo más joven.

En cuanto a su futuro, fuentes del entorno del empresario dicen que Borja Prado ha rechazado la oferta del millonario ruso para capitanear DIA y que su carrera profesional pasa por seguir gestionando los fondos de inversión Key Capital y Peninsula Capital. Todo ello sin olvidar su relación con el grupo mediático de Berlusconi, donde espera un puesto en el futuro consejo de administración de Media For Europe si la francesa Vivendi no logra poner freno, con la ayuda de los tribunales, a la fusión de las divisiones española y transalpina del grupo Mediaset. Mientras tanto, Prado seguirá en la cocina de cualquier operación corporativa que se precie y aparecerá en más quinielas para volver a ser presidente de una multinacional española. Dicen que se lleva muy bien con Pedro Sánchez, así que tendrá el apoyo del Palacio de La Moncloa en sus próximas aventuras.