Norwegian se aprieta el cinturón en un año crítico para su modelo ‘low cost’

Una de las aerolíneas que están en el punto de mira es Norwegian. Su complicada situación y su exposición a los problemas de Boeing han llevado a la aerolínea noruega a tomar ciertas decisiones en busca de la rentabilidad perdida. La última es la reducción de capacidad que se ha reflejado en sus últimos datos de pasajeros, aunque los expertos creen que no será suficiente.

La aerolínea anunció esta semana que la reducción prevista de la capacidad y la optimización de la red de rutas han tenido un impacto positivo en las cifras. En 2019, la capacidad, en términos de asiento kilómetro ofertado (AKO), creció en un 1%, por encima del crecimiento cero previamente anunciado. Norwegian transportó a 36,2 millones de pasajeros durante 2019, lo que supone un descenso del 3% en relación a 2018.

En los últimos años, la compañía ha experimentado un rápido crecimiento, que le ha llevado a liderar el low cost de largo radio. Sin embargo, ahora se enfrenta a numerosas dificultades en 2020, incluida la difícil tarea de abordar las fuertes pérdidas de ganancias, un balance muy endeudado y dimensionado por la flota.

Para disipar tales preocupaciones, la compañía anunció en octubre que reduciría un 10% de capacidad. «Pero este es el primer paso. Se prevé que las reducciones de costes sean cada vez más críticas a medida que se reduzca la capacidad”, según se desprende de un estudio de mercado de Bloomberg al que ha tenido acceso MERCA2. Los expertos creen que la aerolínea noruega se tendrá que «apretar más el cinturón». Asimismo, se pone en duda la sostenibilidad del crecimiento a lo largo de 2020.

El informe alerta de que la empresa podría obtener una pérdida anual de aproximadamente 2.000 millones de coronas (202,6 millones de euros) a cierre del ejercicio 2019. Cifra en línea con los últimos datos. Norwegian registró pérdidas de 1.406,6 millones de coronas noruegas (unos 145,8 millones de euros) en el primer semestre del año, frente al beneficio de 254 millones de coronas (26,3 millones de euros) que obtuvo en el mismo periodo de 2018. Ya cerró el ejercicio 2018 con pérdidas de 1.454 millones de coronas noruegas (150,05 millones de euros).

En este contexto, el nuevo CEO, Jacob Schram, necesitará rediseñar una nueva estrategia en busca de la rentabilidad perdida con la reducción de costes y la contención de la deuda como bandera. Este tomó posesión del cargo el 1 de enero tras la salida de Bjorn Kjos.

DEL ERE AL ERTE

A diferencia de Ryanair, Norwegian ha tratado por todos los medios de reducir el impacto de sus ajustes, al menos en España. De ahí que rectificase al poco de anunciar el cierre de la base de Madrid con un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) incluido para sus 99 empleados. Esta optó finalmente por realizar un ERTE de diciembre a marzo, durante el cual compensará a los afectados con 500 euros mensuales.

Ocurrió lo mismo con otras bases. La noruega tenía previsto cerrar en el pasado mes de noviembre sus bases de Las Palmas y Tenerife por razones de rentabilidad. Al poco, la compañía cambió de opinión y mantuvo dichas bases evitando de esta forma despidos y huelgas por parte de los sindicatos.

No obstante, si procedió a cerrar rutas por “no ser comercialmente viables”. Así, suspendió seis de las 85 rutas que se ofrecerán en España la próxima temporada de invierno, todas ellas de corto radio desde Madrid: las que unen Barajas con Estocolmo y Palma de Mallorca, que dejaron de operar el 27 de octubre; y con Copenhague, Reikiavik, Tenerife y Gran Canaria, que dejaron de hacerlo el 8 de enero.