Según fuentes de Bloomberg, el expresidente de Nissan Carlos Ghosn podría haber invertido el 40% de su fortuna en su huida de Japón a Líbano, habiendo empleado hasta 15 millones de dólares (casi 13,5 millones de euros), incluyendo 350.000 dólares (315.000 euros) para pagar el avión privado que lo sacó del país del sol naciente, así como el dinero necesario para su fuga, que necesitó para su planificación un equipo de hasta 25 personas estudiando la estrategia.
Tal y como ha informado a Bloomberg un experto en seguridad privada, que declaró no haber estado involucrado en la operación, a estos 13,5 millones de euros habría que sumar los 14 millones de dólares (12,5 millones de euros) de la fianza depositada en Japón y que Ghosn habría perdido por su huida.
Por ello, la fortuna del empresario brasileño se habría reducido en un 40% desde que fue arrestado hace más de un año en Japón, donde está acusado de varios delitos financieros, al hacer que presuntamente una filial de Nissan transfiriera una gran cantidad de dinero a una cuenta de una compañía que le pertenecía y declarar remuneraciones inferiores a las reales.
Se calcula que en la actualidad en sus cuentas dispone de 70 millones de dólares (62,9 millones de euros), por debajo de los 120 millones de dólares (107,9 millones de euros) que tenía en el momento de su primera aparición ante la justicia japonesa hace un año.
El pasado miércoles, Ghosn dio su primera rueda de prensa en Beirut desde que se fugó de la justicia nipona. En ella, insistió en su inocencia contra los delitos que se le imputan.
GHOSN, ACOSTUMBRADO A HACER «MISIÓN IMPOSIBLE»
«Estoy acostumbrado a lo que tú llamas misión imposible», dijo Carlos Ghosn ante las preguntas de los periodistas. «Puedes esperar que en las próximas semanas tome algunas medidas para decirle cómo voy a limpiar mi nombre», ha sentenciado.
Su caída ya le ha hecho perder varios millones de euros en pagos. El año pasado, Nissan canceló su fondo de pensiones y una retribución vinculada a las acciones de la compañía, mientras que Renault señaló que Ghosn no se beneficiaría de un acuerdo de no competencia que firmó en 2015 ni de los pagos basados en las acciones de la empresa que estaban condicionados a su permanencia en la compañía.
Muchos de los cargos en su contra se centran en sus fondos de pensiones, por más de 140 millones de dólares (125 millones de euros), que aún no había recibido.