Peligra el monopolio de Alsa por la posible liberalización del autobús

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha iniciado un estudio sobre las condiciones de competencia en el sector del transporte interurbano de viajeros en autobús en España. De esta forma, Competencia vuelve a plantear la polémica liberalización del mercado y la ruptura de los monopolios creados en las rutas en un sistema donde Alsa es el principal operador y, por tanto, el mayor afectado.

Este estudio es fruto de las “irregularidades” del sistema concesional detectadas por CNMC y algunos expertos y autoridades. “Estas deficiencias podrían dificultar la competencia entre empresas, favorecer a los anteriores concesionarios, y perjudicar al usuario, en forma de mayores precios y/o de una menor calidad del servicio”, justifican desde Competencia.

La liberalización del servicio por autobús en España abriría el sistema a que varios operadores compitieran operando las mismas rutas. También se presupone que el precio sería menor en un mercado libre al no tener que subvencionar los trayectos deficitarios, según Competencia. Y es aquí donde corre peligro el imperio de empresas como Alsa. No obstante, sobre el resultado del estudio de la CNMC, la empresa de movilidad no se pronunciará hasta que se conozcan los resultados dentro de nueve meses.

En España, el sistema de explotación del transporte regular de viajeros por carretera funciona de la siguiente manera: se concede por concurso público a una sola empresa el servicio en una determinada ruta. Se basa en un sistema de subvenciones cruzadas en el que las rutas más rentables subvencionan aquellos trayectos que no lo son.

Este favorece, como ya denunció la CNMC hace tiempo, “monopolios temporales”, que, en muchos casos se alargan por los problemas de licitaciones del Ministerio de Fomento. No obstante, desde Alsa matizan que se trata de un sistema en “régimen de exclusividad en cada ruta, lo que no es lo mismo, después de un proceso competitivo abierto”.

EL IMPERIO DE ALSA

Dentro de este sistema, Alsa es el principal operador de la red. La compañía atiende más de 3.500 destinos dentro del ámbito nacional y está presente en 13 comunidades autónomas, según su Memoria de Sostenibilidad correspondiente al año 2018.

Tal es así que, en rutas regionales Alsa copa comunidades como Asturias, Cantabria, País Vasco, Castilla y León, La Rioja, Madrid, Castilla-La Mancha, Cataluña, Aragón, Navarra, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía. También opera rutas interurbanas con gran afluencia entre la capital y Alcalá de Henares, Torrejón de Ardoz o San Sebastián de los Reyes.

Rutas Alsa España Merca2.es
Rutas de Alsa en España. Fuente: Memoria de Sostenibilidad 2018 de Alsa.

En la actualidad, Alsa cuenta con una flota integrada por 3.465 autobuses, que transportan a más de 358 millones de viajeros al año, quienes son atendidos por 9.719 profesionales. De hecho, la compañía creció el pasado año tras comprar las empresas Calpita, BC Tours y Argabús.

LAS BONDADES DEL ACTUAL SISTEMA

A principios de enero de este año el Parlamento Europeo se posicionó a favor del modelo de concesiones español que regula el transporte de pasajeros en autobús tras revisar el Reglamento 1073/2009. Decisión que divide al sector en distintas posiciones defendidas a través de las dos patronales: Anetra y la Confederación Española de Transporte en Autobús (Confebus). La primera propone una “liberalización controlada” de los servicios de transporte público regular permanente de uso general, mientras que la segunda alaba la decisión de Bruselas de mantener el actual sistema.

Desde Confebús (donde se incluyen Alsa y Avanza) defienden que el actual sistema “genera beneficios sociales, económicos y medioambientales evidentes, así como en cuanto a la cohesión territorial de nuestro país, ahora que tanto se debate de la necesidad de apoyar a la España vaciada”.

De hecho, la propia CNMC reconoce que el sistema concesional busca asegurar el transporte en autobús entre localidades que no tendrían un interés comercial para las empresas privadas en un mercado libre. Al agruparlas con las líneas con interés comercial, el coste de prestar servicio en estas líneas se repartiría entre los usuarios de unas y otras (los beneficios obtenidos en las rutas con interés comercial pueden destinarse a cubrir las rutas deficitarias).

SISTEMA OBSOLETO

Los más críticos del sector, consideran que el sector es «arcaico», a pesar de los intentos por mejorlo. Así, la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres (LOOT) de 1987 pretendía dar apertura al sector y evitar monopolios y concesiones de líneas que llegaron a otorgar contratos con una duración de casi 100 años. A partir de 2007, el Gobierno comenzó a sacar líneas a concurso por plazos inferiores (entre 10 y 20 años). Sin embargo, el sistema sigue padeciendo el mismo problema: muchas rutas vencen y se renuevan sin permitir la entrada de competencia.

Actualmente, existen 39 rutas caducadas según el último listado de 74 trayectos de largo recorrido actualizado a finales del año pasado por el Ministerio de Fomento. Estas afectan a muchos operadores de autobús en España. Entre ellas, hay seis rutas de la principal compañía de autobuses del país, Alsa, y otras tantas de sus filiales (Rutas del Cantábrico o Enatcar). Algunas tan importantes como Madrid-Soria-Logroño o Madrid-Irún. Pero no es la única, Auto Res (ahora bajo el paraguas de Avanza) tiene otras dos.

ASÍ SERÁ EL ESTUDIO

Con este panorama como contexto, el estudio de la CNMC realizará un análisis del modelo actual de concesiones estatales y autonómicas para la prestación de servicios de transporte interurbano de viajeros en autobús desde la óptica de la competencia y la regulación eficiente. 

Además, la CNMC recuerda que «la UE está impulsando la liberalización de los servicios de autobús interurbano, a raíz de los resultados positivos observados en los Estados miembros que ya han liberalizado este modo de transporte. En este contexto parece oportuno reevaluar el modelo concesional».

El pasado mes de septiembre, Portugal se sumó a la lista de países europeos que, como Francia, Italia, Alemania o Dinamarca, han abierto a la competencia el transporte doméstico de media y larga distancia. Sin embargo, no todas las experiencias están saliendo bien. En Francia, los precios se han elevado en los últimos años.

A partir de estos análisis se extraerán una serie de conclusiones para mejorar las condiciones de competencia en el sector.