En su momento, allá por 1990 (un gran año), José Ignacio Goirigolzarri dio en el clavo con el lanzamiento del llamado Libretón BBV, un producto de ahorro que revitalizó comercialmente a la entidad. Consistía en regalar cualquier tipo de cacharro a cambio del dinero de nuevos clientes y atrajo a 750.000. Fue un éxito sin muchos precedentes. Hoy en día, en el que tienes que dar gracias por depositar tu dinero en el banco y no te cobren, el verdadero Libretón es el que mantiene el bilbaíno en acciones. En especial, de la que fue (hay quien especula que lo volverá a ser) su entidad más de 30 años, BBVA. Curiosamente, el mismo que nunca pudo convertirse en presidente, de ahí su éxodo, atesora más acciones que aquel que sí pudo darlo, Carlos Torres.
Quizás sea cuestión de tiempo. Hay quien pueda pensar que sea la falta de confianza. ¿Falta de dinero? Aunque, viendo el triste desarrollo de las acciones en las últimas décadas, lo más sencillo es pensar en la mala suerte que ha tenido Goirigolzarri. En realidad, tiene que ver con la fiebre de entrega de acciones que vivió el banco en aquella época. El caso, es que no deja de ser curioso que el presidente de una de las firmas bancarias españolas de referencia tenga más títulos de otro banco que su propio presidente, que, además, ha sido consejero delegado durante años. Quizás, más allá de la mera anécdota seguir la evolución de las acciones, en cantidades y precios, puede explicar también en parte la importante pérdida de valor del banco.
En concreto, el último dato que contiene la CNMV sobre los derechos de voto que mantenía el bilbaíno en su cartera cuando en 2009 salió del banco es de 776.181. La consecución de títulos viene principalmente de sus años como consejero delegado del BBVA entre 2001 y 2009, de hecho, los primeros que obtiene son en 2002 a través de dos sistemas retributivos, denominados Plan DOS MIL BBV a un precio de mercado de 6,01 euros. Aunque es a través de los denominados «Plan de Entregas de Acciones a Largo Plazo» como es capaz de obtener más y más títulos. Por ejemplo, el establecido entre 2006 y 2009 se repartían 270.000. Para hacerse una idea, el último pago que ha recibido Torres (ya como presidente) es de tan solo 100.436 títulos.
En definitiva, la obsesión de Francisco González durante muchos años, sobretodo en la época de bonanza, de retribuir al personal con grandes cantidades de acciones hizo que su valor de se deteriorara. Por no hablar, de las múltiples ampliaciones de capital. Al principio para la expansión en distintos territorios y luego para cumplir con los requisitos de capital. En total, entre 2005 y 2015 el número de títulos en el mercado del banco creció un 87,7%, mientras que desde entonces solo lo ha hecho un 4,7%. Lo que supone, que durante los años como consejeros delegados de Goirigolzarri y Ángel Cano (con González al frente) se emitían ocho veces más por año y, paradójicamente, en la actualidad hay 100.000 accionistas menos.
Torres, por su parte, suma una cantidad de 559.731 títulos. Incluso ni la suma del actual presidente y su mano derecha, Onur Genç que posee 182.277 títulos, logran alcanzar lo que atesoraba en su momento Goirigolzarri. Curiosamente, no ha sido ni Torres ni Goirigolzarri el que más confianza ha depositado en BBVA a lo largo de sus mandatos como consejeros delegados, sino el turco (que no ha cumplido un año en la entidad) el único que se ha dispuesto a comprar acciones por voluntad propia. En concreto, a principios de septiembre adquirió 100.000 títulos por los que desembolsó más de 452.000 euros.
FG SIGUE SIENDO EL REY
A pesar de todo, la pelea por ser el más fiel escudero del banco está perdida, puesto que nadie es capaz de acercarse al ya conocido como FG. Vamos, que el verdadero Libretón lo tiene el de Chantada. Así, González ha acumulado una importante cantidad de acciones de BBVA, en gran medida gracias a los propios cobros recibidos por el banco. El nombre del expresidente (ahora también ‘provisional expresidente de Honor’) aparece entre los 50 máximos accionistas de la entidad con sus 4,46 millones de acciones.
La cifra de acciones en posesión de González no es nada pequeña, ya que él solo mantiene más acciones que gigantes como por ejemplo Carminag (3,96 millones de títulos) JP Morgan (3,83 millones), Societe Generale (3,01 millones), Bankinter (2,65 millones). El exbanquero posee más incluso que la propia gestora de fondos del banco que también es la más grande de España, BBVA Asset Management, que mantiene en su poder casi la mitad.
Además, González lo ha conseguido en apenas una década y sin prácticamente gastarse un solo euro propio. Al final, solo el pobre Genç (el que menos cobra) es el único que ha gastado su dinero en la compañía. Allá por el año 2008, mientras el sistema financiero colapsaba y con ello los bancos españoles y europeos FG supo mantenerse a salvo gracias a que su cartera de acciones de BBVA apenas ascendía a 2.518 acciones, que al precio en aquel momento suponían poco más de 20.000 euros. Ahora, 10 años después de la debacle financiera más importante desde el ‘Crash del 29’ el expresidente mantiene acciones por un valor cercano a los 24 millones de euros, a los que se añaden más de 3 millones en efectivo que ha obtenido por distintas ventas.