El desafío independentista de Cataluña está causando «volatilidad en los mercados» y es un asunto que preocupa más a los inversores que la reciente coalición de gobierno progresista entre PSOE y Podemos, según la gestora de activos Aberdeen Standard Investment.
Los inversores «no están muy nerviosos» por la situación política de España, porque el riesgo de que Cataluña sea independiente es «relativamente bajo», ha explicado la analista política de la gestora Stephanie Kelly, que no considera que el nuevo gobierno vaya a permitir un referéndum.
«No pensamos que la incertidumbre sobre Cataluña vaya a ir a mejor o a peor con el nuevo gobierno«, ha sostenido Kelly en declaraciones a Europa Press. La experta ha explicado que de conseguir apoyo de los partidos independentistas, su influencia en el gobierno sería marginal.
No obstante, la experta ha recordado que los detalles de esta coalición aún no han sido detallados en profundidad, pero no esperan que su posición respecto a Cataluña sea «muy sorprendente».
En relación a la visión de España de los inversores, la economista de Aberdeen se ha mostrado escéptica en cuanto a las políticas económicas que el gobierno de Sánchez e Iglesias podrían llevar a cabo sin tener una gran mayoría. «No creo que puedan hacer mucho», ha apostillado Kelly.
En cualquier caso ha valorado que un mayor gasto social podría impulsar el consumo -lo que sería positivo- y ha descartado que el nuevo gobierno tenga que hacer frente a una recesión económica europea en los próximos tres años.
SIN EXPECTATIVAS DE GRANDES REFORMAS
Las previsiones de la gestora que analiza la percepción que tienen de España los inversores pasan por un gobierno en minoría con apoyo de los partidos pequeños sin posibilidad de llevar a cabo grandes reformas, antes que una nueva repetición electoral, aunque «desafortunadamente no es imposible» en España.
En cuanto al impulso del populismo con el refuerzo de Vox en las últimas elecciones, la experta ha explicado que se trata de una tendencia europea «que seguirá presente», si bien en el caso de España no entraña mucho riesgo, porque no hay una marcada eurofobia como en Italia.