Cómo adaptar el flujo de caja a los nuevos tiempos y no morir en el intento

El flujo de caja es uno de los indicadores básicos que todo empresario debe vigilar para garantizar la buena salud financiera de su compañía. Para aquellos que lo desconozcan, hace referencia a las salidas y entradas netas de dinero en un periodo determinado.

Su importancia radica en el control del estado de flujo de efectivo, ya que gracias a él se puede evaluar la capacidad de un negocio para generar riqueza y ayuda a tomar decisiones estratégicas sobre el funcionamiento de la actividad, su modelo de financiación y las inversiones, según ESERP Business School.

En esta idea también profundiza Ignacio de la Torre en el Observatorio del IE. “El flujo de caja es más importante que tu madre”, afirma. “Tanto es así que analizar [ALG1] el famoso Ebitda (Beneficio antes de intereses e impuestos) sirve de algo si se transforma en flujo de caja libre. Si el Ebitda es positivo y el flujo de caja libre es negativo puede ser porque la empresa está en un fuerte periodo de inversiones (algo que puede ser bueno) o bien porque está “escondiendo” gastos capitalizándolos en balance (malo)”, explica el director académico de los masters de finanzas del IE. “Si el Ebitda es muy alto y el flujo de caja libre calculado con inversiones recurrentes es negativo, desconfíen”, sentencia.

Esta escuela de negocios diferencia tres tipos de flujo de caja:

1.- Flujo de caja operativo. Cantidad de dinero en efectivo que entra y sale de la empresa mediante las operaciones directamente relacionadas con el ejercicio de su actividad, sin tener en cuenta los costes de financiación.

2.- Flujo de caja de inversión. Cantidad de dinero ingresada o gastada según las inversiones de la empresa, generalmente en productos financieros que se pueden convertir fácilmente en liquidez, así como en la compra de bienes inmuebles e inmovilizado tangible e intangible.

3.- Flujo de caja financiero. Movimientos en efectivo de las inversiones financieras de la empresa relacionadas con su actividad, como el pago de los créditos o el efectivo recibido de la emisión de acciones.

Primero fueron los libros de apuntes, luego Excel y ahora se añade la tecnología para el control del cash flow para la tranquilidad de los directores financieros y pequeños empresarios. Una de estas soluciones es BilliB, innovadora solución global pionera en España, que permite a las empresas optimizar su circulante al decidir cuándo y cómo pagar las facturas a sus proveedores. Y también si hacerlo con su tesorería o integrando con sus líneas de financiación.

Hay algunas partidas dentro del flujo de caja, como las previsiones de flujos de las cuentas a cobrar y de las cuentas a pagar, que el CFO sí puede gestionar. BilliB ofrece a los CFO una plataforma para la gestión del descuento por pronto pago que pone directamente de acuerdo a las empresas compradoras con sus proveedores. Además, da la oportunidad de acordar descuentos dinámicos, es decir, descuentos que se ajustan exactamente al plazo en que se realizan. Por tanto, permiten una alta rentabilidad, superior a la del descuento por pronto pago tradicional.

Utilizando BilliB, el CFO es el que puede planificar sus obligaciones de pago en función de su liquidez, es decir, de acuerdo a las necesidades de la empresa. Y obtener así una rentabilidad mucho mayor que la que lograría utilizando directamente instrumentos tradicionales como el confirming.

Las empresas también pueden utilizar la plataforma de BilliB para integrar una línea de financiación para sus pagos. De esta forma, si combinamos ambas fórmulas, financiación y pronto pago, el beneficio neto obtenido al restar al descuento el coste de la financiación le permitirá la optimización de su activo corriente.