Eléctricas y Gobierno maniobran en un nuevo frente común contra la CNMC

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el Gobierno que salga de las próximas elecciones y las grandes eléctricas tienen un nuevo enfrentamiento en el horizonte. En esta ocasión, la disputa está relacionada con el futuro de los derechos de conexión a la red de las centrales térmicas y nucleares que ya tienen fecha de cierre.

En principio, las eléctricas piden poder mantener en su propiedad los mismos, dónde prevén instalar otros activos renovables, con la conveniencia política. Por su parte, el regulador lo considera excesivo al darle demasiada ventaja frente a sus competidores. El problema es que dicha pugna deberá ser encabezada por una nueva CNMC, habrá cambios pronto, y deberá resolverse lo antes posible.

Nueva disputa, mismos contendientes y mismos bandos. Una vez más, al igual que lo ocurrido con los recortes a la distribución de gas y electricidad, los intereses de los que gobiernan y de las grandes eléctricas se vuelven a alinear. Para los primeros, es imprescindible agilizar la transición energética para cumplir con los objetivos marcados, a los de 2020 ya no llegan. La solución pasa, según fuentes del sector, por dar un mayor margen de maniobra a las grandes compañías energéticas del país. La ventaja, que se articuló en el último a través del anteproyecto de Ley de Cambio Climático, consistía en permitir que dichas firmas mantuvieran en su poder los permisos de conexión a la red en las centrales de carbón, gas y nuclear que se pretenden cerrar próximamente.

Con dicha medida, los socialistas ofrecen a las eléctricas lo que se conoce como un doble ‘win’. Por un lado, les permite ahorrarse un sinfín de costes tanto en lo económico, puesto que al mantenerlos no deberían acudir a las subastas de los mismos (al pasar a ser de nuevo de Red Eléctrica). Al igual que en los trámites que tendrían que preparar para llevar a cabo las inversiones previstas. Por otro lado, lo anterior le proporcionaría una importante ventaja en forma de tiempo y capacidad frente a los competidores, en especial los agentes más pequeños y los nuevos que quieren entrar en el negocio, que quieren desarrollar también proyectos renovables.

Aunque claro, entre los intereses de unos y otros alguien tenía que poner coto. Un trabajo que recae sobre el regulador de la competencia que contratacó con una circular en contra de los planes de Gobierno y eléctricas. Así, la CNMC abrió una consulta pública en la que recogió como, bajo sus criterios, se debería llevar a cabo la repartición de tan codiciados derechos de conexión. En la misma se oponía abiertamente a que las firman mantuvieran su posición, mientras que reclama que todos aquellos cierres que superen los 200 Mw no se favorezca a los actuales titulares de los permisos, sino que se repartan mediante una subasta.

PRIMER GRAN CHOQUE PARA LA NUEVA CNMC

Pese a ello, los primeros parecen ir ganando la batalla. En primer lugar, la estructura principal del regulador se disolverá en las próximas semanas, puesto que tanto el presidente, José María Marín Quemada, como muchos nombres de su equipo continúan gracias a una excedencia que no podrá estirarse más allá de que cierren el primer frente abierto, el del recorte a la distribución al gas y a la electricidad. Por otro lado, las eléctricas han empezado a presionar con fuerza a los políticos advirtiendo de que se están planteando en no acudir a las subastas que proponga Red Eléctrica, según relatan fuentes del sector. Una situación que obviamente tendría repercusión en la capacidad del país para alcanzar los objetivos marcados para la próxima década.

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Por su parte, las versiones oficiales de las dos grandes eléctricas difieren. Endesa, que tiene la mayor capacidad en centrales térmicas del país, destaca como una de las más favorables a la posición del Gobierno. Desde la compañía apuntan a que tienen propuestas muy ambiciosas para invertir miles de millones, tanto para el desarrollo de la zona como para los nuevos parques. Por el contrario, Iberdrola prefiere no comunicar su posición oficial en la disputa y simplemente señala que cuando el tablero de juego este claro, una vez haya decisión para uno u otro lado, actuará de la forma más conveniente.

BURBUJA DE LOS PUNTOS DE CONEXIÓN

El 2020 es la primera gran meta volante que se había impuesto Europa de cara a la transición energética. Un objetivo al que llegará Europa, pero no España. En 2016 y 2017 el Gobierno del PP lanzó distintas subastas, que permitían instalar una capacidad muy importante de MW, con la idea de llegar al año que viene con una participación de las renovables del 20% (Objetivo 20/20). La aspiración sin embargo ha chocado con dos muros importantes que espera poder saltarse el Gobierno si es capaz de imponerse a la CNMC: por un lado, el cuello de botella actual en la tramitación de los puntos de conexión para llevar a cabo los proyectos por el volumen de los mismos. Por otro, el tiempo excesivo necesario para poner en marcha los parques, en especial aquellos que se refieren al proceso legal.

Mientras surge el nuevo Gobierno y se materializan los cambios en el regulador, Red Eléctrica decidió atacar para acabar con el tapón en los puntos de conexión subastados. Así, la compañía semipública ha decidido ponerle coto y canceló recientemente hasta 30,8 GW de las solicitudes que le han llegado de distintos proyectos eólicos y solares que se habían pedido, pero que no tenían perspectivas reales de llevarse a cabo. A pesar de ello, todavía quedan por validar otros 106 GW que, por el momento, no han recibido la aprobación necesaria para su desarrollo, por lo que el proceso parece que se va a alargar.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2