A todos nos gusta conocer nuevos lugares y viajar a destinos exóticos. Pero a veces las ganas por verlo todo nos hace que nos estresemos y que no disfrutemos las vacaciones. Contra eso está el placer del slow travel.
Las vacaciones están para relajarse, pasarlo bien, descansar y ver cosas nuevas, no para ver tanto que se nos olvide lo que visitamos, que pasemos más tiempo en el aeropuerto o en el viaje que en el destino o que acabemos más cansados que cuando estamos trabajando.
Por eso surgió el movimiento slow travel, para viajar con calma, sin estrés ni prisas, descubriendo playas, montes o ciudades. Estas son las claves de esta filosofía para turistas y viajeros empedernidos.
4Olvida el reloj

Si ya te estresas el resto del año con el trabajo y las rutinas, no lo hagas cuando estas de vacaciones. Sé flexible en tu viaje y no tengas programado un horario estricto de qué ver y qué hacer en cada momento.
Un slow travel requiere visitar de manera tranquila los lugares, sin acabar exhausto por una ruta demasiado exigente. Así te enriqueces con cada detalle y cada momento.
Mézclate con la gente y conoce de verdad el sitio acudiendo a un mercado local o a una cafetería donde haya lugareños y no turistas.