domingo, 15 diciembre 2024

Estas son las claves para entender el balance de situación de tu empresa

A pesar de lo que podamos creer, no todos tenemos por qué entender de todo. En este caso, es posible que el tema finanzas se te escape un poco de la mano. Por ello, quizá cuando escuches el término balance de situación no conozcas muy bien qué es ni a qué se refiere.

Este es un documento con el que se puede entender el estado financiero de una empresa y resulta muy útil a la hora de tomar decisiones y dirigir el negocio de forma correcta.

Para que quede totalmente claro, descubre algunas claves para entender qué es y cómo funciona el balance de situación de tu empresa.

Cómo entender el balance de situación de tu empresa

El balance de situación o balance general se trata de un documento donde queda reflejado el estado financiero de una empresa en un momento determinado.

Este documento es obligatorio presentarlo cada doce meses en el Registro Mercantil junto con los demás documentos de la empresa.

Qué recoge el documento

En él encontrarás la información relativa al activo, el pasivo y el patrimonio neto de la empresa en un momento exacto. Es decir, se trata del reflejo estático de las cuentas de un negocio que cambiará en el momento en el que se realicen nuevas operaciones.

Por tanto, lo más lógico es que el balance de un año no tenga mucho que ver con el que se presentó el año anterior. Pues por delante han existido nuevos movimientos, cálculos, pagos, etc. De hecho, ni siquiera al día siguiente de su presentación será el mismo.

Obligación de presentación

Todas las sociedades están obligadas a presentar este documento. Esto se realizará al finalizar el ejercicio contable. Cuando se prepara el balance de situación, la Junta General cuenta con seis meses para reunirse y dar su aprobación del mismo. Cuando esto suceda, se contará con un mes más de plazo para poder presentarlo de forma oficial en el Registro Mercantil.

Estructura del mismo

Dentro del mismo, la información se dividirá en dos grandes grupos que recogen el activo y el pasivo de la empresa.

Activo

Estos son todos los bienes y derechos de los que dispone un negocio. Pueden tenerse ya, ser un derecho de posesión o bien ser de uso futuro. A su vez, estos se dividen en:

  • Corrientes: duración corta, menos de un año, y están destinados a la venta. (Materias primas, deudas, dinero en efectivo…)
  • No corrientes: de duración permanente, no pensados para la venta. (Maquinaria, ordenadores, coches…)
Pasivo

El pasivo de un negocio representa todas las obligaciones y deudas que tiene pendiente, ya sea a corto como largo plazo. Estos se dividen en:

  • Pasivo corriente: deudas y obligaciones a corto plazo. (Gastos no pagados, impuestos, sueldos…)
  • No corriente: deudas y obligaciones pendientes a largo plazo.
  • Patrimonio neto: incluye aquellas aportaciones realizadas por los socios, así como los beneficios o las ganancias.

Así se interpreta el balance de situación

Para componer el balance de situación, este se va creando colocando las columnas de la forma correspondiente. La del activo y el pasivo, los bienes y obligaciones con los que se cuenta en ese momento determinado. Esto creará una especia de mapa para que de un primer vistazo pueda verse todo reflejado en el documento.

Para poder calcularlo de forma correcta, será necesario sumar todos los elementos del activo y todos los del pasivo. Si este cálculo está bien hecho, la suma de ambos debe ser igual en ambos caso. Es decir, el activo debe ser igual que el pasivo.

El balance de situación es un documento muy importante dentro de las finanzas de tu empresa y, por tanto, es bueno conocer cómo comprenderlo y realizarlo por si algún día te ves en la situación, puesto que su presentación es obligatoria.


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