La Unidad de Asuntos Internos de la Policía tiene abierta una investigación sobre la relación que mantuvieron la compañía eléctrica Iberdrola con el comisario José Manuel Villarejo. La Policía ha seguido con atención las revelaciones publicadas la semana pasada por MONCLOA.COM en una investigación conjunta con El Confidencial, que añaden nueva información a la que ya tenía en sus manos.
Esta unidad, que tiene en sus manos la investigación sobre las andanzas del comisario Villarejo, ya estaba investigando la relación de este con la compañía eléctrica antes de que estos dos medios publicaran los detalles de los trabajos que realizó. La Policía cuenta con información actividades diferentes a las publicadas.
Las misiones realizadas por Villarejo que salieron a la luz con los audios y documentos desvelados por este diario estaban relacionadas básicamente con la construcción de una central eléctrica en Arcos de la Frontera (Cádiz), el espionaje al presidente de Endesa, Manuel Pizarro y a los miembros del comité de empresa de la central nuclear de Cofrentes (Valencia).
La Policía valora en estos momentos si las actividades que ha puesto bajo su lupa tienen carácter delictivo y, de ser así, si estos presuntos delitos habrían prescrito. Caso de que efectivamente pudiera tratarse de delitos no prescritos, la Unidad de Asuntos Internos elevaría un informe a la Fiscalía. Finalmente, de seguir adelante, el caso Iberdrola podría provocar la apertura de una pieza separada más del sumario del caso Tándem, que ya lleva trece.
Un caso similar al de Iberdrola han sido los trabajos realizados por Villarejo para el BBVA, que sí que tiene una pieza separada. En lo que respecta al banco, la investigación se centra en los presuntos delitos de cohecho, revelación de secretos y corrupción en los negocios. Estos delitos prescriben a los cinco años, con lo que habría que ver si la investigación encuentra acciones o documentos más recientes o con una periodo de prescripción más largo para que la investigación pudiera salir adelante.
El trabajo realizado por Villarejo para Iberdrola sobre la central térmica de Arcos se realizó en el año 2004, al igual que el informe realizado sobre Manuel Pizarro. Por su parte, el que se refiere a la central nuclear de Cofrentes se desarrolló en 2007. No obstante, si se apreciara que existe el delito de asociación ilícita, la prescripción no se produciría hasta los quince años, lo mismo que ocurriría si un juez considerara que los hechos pudieran merecer penas superiores a doce años de inhabilitación.
PIEZA SEPARADA IBERDROLA
Además de la investigación sobre Iberdrola que realiza la Policía, la eléctrica también podría encontrarse con problemas si alguna de las partes afectadas por los trabajos de Villarejo para esta empresa decide realizar acciones legales. Por el momento, tal como adelantó MONCLOA.COM, Greenpeace está estudiando esta posibilidad.
Esta organización ecologista estuvo en el punto de mira de Villarejo en la central nuclear de Cofrentes. Tal como aparece en el Informe Front, realizado por el comisario por encargo del jefe de Seguridad de Iberdrola, el policía planeó cortocircuitar la relación de miembros del comité de empresa de esta central con políticos, ecologistas y medios de comunicación.
La eléctrica y el comisario sospechaban que los trabajadores filtraron información en estos ámbitos sobre fallos en los sistemas de seguridad de la central nuclear. Esto llevó a que el policía señalara la necesidad de controlar los pasos de Carlos Bravo, que en aquel momento era responsable de la campaña de nucleares de Greenpeace.
La relación de Villarejo con Iberdrola comenzó en 2004 con el encargo de neutralizar los ataques a la central térmica de Arcos de la Frontera, en la provincia de Cádiz. Para ello, el comisario no dudó en infiltrar a personas a su servicio en una plataforma vecinal ecologista contraria a la construcción de esta instalación. Además, informó a la eléctrica sobre los pasos que daba un juez que tenía en sus manos la decisión sobre los recursos que se habían interpuesto contra esta central. Los informes que realizó el comisario incluían información sobre aspectos de su vida íntima.
Villarejo también tuvo entre sus objetivos a Manuel Pizarro, por entonces presidente de Endesa, la compañía eléctrica competidora de Endesa. El trabajo del comisario estaba dirigido a desprestigiar a Pizarro y con ello forzarle a abandonar su puesto. Para ello, se planteó buscar actividades “de dudosa legalidad” con los que presionarle. Esta información sería convenientemente filtrada a medios de comunicación, según expuso Villarejo en uno de sus informes a Iberdrola.