A muchos les podría sorprender que una firma como BlackBerry, cuyo producto estrella murió hace una década, todavía siga en pie. Aunque el nombre evoque cierta simpatía, mejor no hacerse ilusiones, ya que las cosas no pintan bien. A lo largo de las últimas semanas, el valor ha profundizado en mínimos no vistos desde el gran crash tecnológico en los primeros años del nuevo milenio debido a: la insuficiencia de sus ingresos, la llegada de nuevos competidores (otra vez) y una estructura financiera, en especial en el balance, que deja muchas dudas sobre un futuro exitoso para la compañía.
En los últimos años, BlackBerry se mantuvo en plena forma con una valoración bursátil que en 2017 era de 3.480 millones de euros y que al año escaló hasta los 5.400 millones. Un buen desempeño gracias a que a lo largo de la última década se ha ido especializando en campos punteros como la ciberseguridad -su negocio core-, la inteligencia artificial o el internet de las cosas (IoT). De hecho, la empresa lanzó su gran proyecto BlackBerry Spark que busca ser la solución para incrementar la seguridad en IoT en entornos empresariales. Para respaldarlo adquirió la firma de inteligencia artificial y ciberseguridad Cylance por 1.400 millones de dólares. La compra, que se cerró finalmente el pasado mes de febrero, debía servir de pilar para futuros ingresos, aunque en realidad ha distorsionado peligrosamente el balance de la primera.
Normalmente, las compañías que quiebran siguen una pauta bien identificada: todo empieza con una caída de los ingresos, más en concreto de los flujos de efectivo que llegan a ella, que limita los recursos de cara al futuro. Una vez dicho problema no es solucionado entran en juego dos liquidadores profesionales, que muchas veces actúan conjuntamente, uno es la falta de liquidez y el otro una estructura financiera demasiado pesada. Así mueren todas las empresas que en uno u otro momento han ido a la bancarrota. Para poder anticiparse a dicha hecatombe los analistas financieros tienen muchas herramientas, aunque quizás una de las más efectivas es evaluar la calidad de los activos.
Lo anterior se debe entender en el contexto de que son los bienes que posee una compañía (que a veces simplemente se ven como apuntes contables) los que determinan su capacidad para generar ingresos. Obviamente, dicha valoración luego debe ser refrendada por el mercado, sino es así al valor se le castiga en bolsa, puesto que si les inversores consideran que los activos son de menor calidad implica que la generación de ingresos será menor de la esperada. Pero, ¿y en qué punto está BlackBerry ahora mismo? En uno bastante complicado, debido a que los ingresos ya han empezado a caer, el balance está claramente inflado y sus títulos han caído casi un 50% en apenas seis meses.
FONDO DE COMERCIO Y PROBLEMAS FUTUROS
Como se ha descrito anteriormente, la calidad de los activos es una de las pruebas del algodón para los inversores y, en concreto, revisar el fondo de comercio. Dicha partida, según la definición más ortodoxa, es simplemente el valor por encima de libros que paga una empresa cuando compra otra. Éste es uno de los sospechosos habituales, junto al de trabajos para la empresa, que suelen indicar que el activo total está hinchado y que la capacidad real para generar ingresos futuros de una compañía es menor de la esperada. Al final, ese sobreprecio intenta ponderar elementos como el valor de marca, la fidelidad de los clientes y demás elementos que son difíciles de cuantificar.
En el caso de BlackBerry, la evolución de su fondo de comercio había sido bueno, medido como cociente entre dicha partida y el activo total, y debe situarse por debajo del 25% (nivel que para muchos analistas es peligroso). Así, en 2017 la cifra fue del 17%, un año después del 15%, pero con los últimos datos ofrecidos se ha disparado cerca del 30%.
Pero, ¿a qué se debe esa subida tan grande? Básicamente a la compra de Cylence que se cerró en febrero. Para ver el problema hay que ajustar todavía más el disparo: la adquisición de la tecnológica ha aumentado dicho apunte en 895 millones de dólares, esto es un 64% del total de todo lo desembolsado, lo que parece una cifra excesiva. Se debe recordar que el problema del fondo de comercio es que también refleja lo que se ha pagado de más.
BlackBerry vuelve a estar en problemas debido a caída de ingresos, la competencia (otra vez) y un balance, que deja muchas dudas sobre un futuro exitoso para la compañía
Para ver como un cociente alto entre fondo de comercio y los activos totales puede generar problemas financieros posteriores no hay que irse muy lejos, nos sirve la última quiebra importante que se ha seguido más mediáticamente, la de Thomas Cook. El conglomerado turístico registró los siguientes porcentajes entre ambas partidas antes de caer en desgracia: en 2016 el good will representaba el 37% de todos los bienes totales, en 2018 el 39% y en este 2019, año que se ha hecho efectiva la bancarrota, alcanzó el 40%. Para los más nostálgicos se puede recordar el caso de Prisa, cuyo porcentaje entre 2009 y 2012 se movió entre el 48% y el 52%, lo que le llevó a perder un 95% en Bolsa.
También se puede pensar que el hecho de que ahora BlackBerry, y en su defecto su adquisición Cylence, sean firmas tecnológicas sin activos materiales podría estar detrás de que la relación entre ambas partidas sea más alta de lo normal. Aunque en realidad no tiene nada que ver, simplemente sirve con mirar dicho cociente en el caso de otras grandes. Así, en el caso de Microsoft es un 14,6%, en el caso de Amazon un 8,9% y en el de Apple apenas un 1,33%.
CAIDA DE INGRESOS Y LA SOMBRA DE MICROSOFT
El problema para la histórica firma de telefonía es que la reducción de ingresos, que suele ser la primera parte de una posible quiebra, ha empezado a intensificarse. En concreto, los analistas de Bloomberg opinaban sobre la compañía que «la caída en las ventas nos preocupa enormemente, dado que puede conducir a la pérdida de negocio y limitar la capacidad de la compañía para competir contra rivales formidables como Microsoft y VMware«. De hecho, la propia firma ha reclutado a Steve Capelli como nuevo director financiero para reconducir la situación.
Por último, aunque quizás su importancia este por encima del resto de puntos es que BlackBerry se ha topado con la compañía fundada por Bill Gates. «La competencia de Microsoft es un problema enorme que ha reconocido la propia directiva de la compañía», explicaban los analistas de Bloomberg. La historia parece que vuelve a repetirse, en la que de nuevo un gigante se cruza en su camino (al igual que años atrás cuando apareció Apple o Samsung) y parece, cada vez más, que le volverá hacer hincar la rodilla.