jueves, 12 diciembre 2024

El BCE respalda la fusión BBVA–Sabadell con Bankia sin privatizar

El proceso de concentración de la banca española se encuentra congelado a la espera de que se despejen las incertidumbres políticas. Inversores, reguladores y directivos financieros estudian las posibles operaciones de integración para capear la crisis en la que está inmerso el sector, derivada de las crecientes exigencias regulatorias y, sobre todo, del entorno de bajos tipos de interés. En este contexto una de las fusiones que está cobrando fuerza es la del BBVA con el Banco Sabadell, integración que es del agrado del Banco Central Europeo (BCE) y que podría realizarse con independencia del color político del inquilino del Palacio de La Moncloa.

Fuentes financieras aseguran a MERCA2 que esta operación es del agrado del vicepresidente español del BCE, el ex ministro Luis de Guindos, ya que permitiría a BBVA reducir el impacto reputacional que sufre como consecuencia de su imputación por las escuchas ilegales presuntamente encargadas por la cúpula del banco al ex comisario Villarejo y, por otra parte, garantizaría a Sabadell un futuro sin sobresaltos de la mano de uno de los bancos más grandes del planeta. 

“A Guindos le están planteando sus asesores la conveniencia de esta fusión por ser la que más sentido tiene eludiendo las cuestiones políticas y atendiendo exclusivamente a criterios económicos y, por el momento, le gusta la música de estos cantos de sirena”, apuntan las fuentes consultadas. De hecho, el vicepresidente del BCE tiene en la diana a ambas entidades financieras desde que llegó al organismo monetario, poniendo incluso en duda su solvencia tras los test de estrés de la EBA publicados hace casi un año.

Los inversores ya están tomando posiciones ante la posibilidad de que esta fusión pueda concretarse en los próximos meses. Ejemplo de ello es Bestinver, que ha incorporado a su cartera al banco catalán, al que consideran un candidato ideal para integrarse con la entidad que preside Carlos Torres. Su elevada cuota de mercado en el segmento de pequeñas y medianas empresas, la calidad de sus mandos intermedios y, sobre todo, los esfuerzos realizados bajo el liderazgo de Josep Oliú para hacer los deberes y reforzar capital antes de que llegue el cambio de ciclo, son elementos que hacen atractivo al Sabadell. Y en BBVA son conscientes de estas fortalezas.

Portavoces oficiales de ambas entidades niegan que se hayan producido contactos entre las cúpulas de ambos bancos para estudiar la viabilidad de la operación, aunque fuentes del entorno de Oliu aseguran a MERCA2 que es una de las posibilidades que está sobre la mesa. “Lo normal sería que Torres diera el primer paso porque es quien tiene más urgencia, al estar cuestionado por el BCE tras la imputación de BBVA, porque la primera opción del Sabadell sigue siendo Bankia, entidad que encajaría como un guante en el grupo”, apuntan las fuentes financieras consultadas.

SABADELL PREFIERE A BANKIA

Y es que el banco que preside José Ignacio Goirigolzarri es quien tiene la llave para iniciar el baile de fusiones que tanto tiempo lleva esperando el sector o, para ser más precisos, depende del Gobierno de turno decidir el futuro de una entidad que sigue estando controlada por el Estado a través del FROB. Antes de la moción de censura que acabó con la salida de Mariano Rajoy de La Moncloa los primeros espadas de Bankia y del Sabadell ya habían iniciado las conversaciones para integrarse, pero la llegada del PSOE al poder y –sobre todo– la posibilidad de que Podemos entre en el Gobierno han puesto la operación en stand–by

“La fusión entre Bankia y Sabadell está en una situación de espera y Oliu confía en que avancen las negociaciones cuando se despeje la incertidumbre política y se confirme que Podemos no tendrá capacidad de influir en el futuro Ejecutivo. Mientras tanto el presidente confía en que la acción del Sabadell se vaya recuperando y la cotización se acerque progresivamente a su valor en libros, lo que facilitaría aún más la integración. En estos momentos la única posibilidad de que se produzca una fusión con BBVA es que los de Torres lancen una OPA, porque el primer candidato del Sabadell sigue siendo Bankia, en una fusión que cuenta con el respaldo del BCE, del PP y hasta del PSOE”, explican desde el entorno del financiero catalán.

El encaje estratégico de la unión de Bankia y Sabadell es indiscutible, a tenor del reciente informe realizado por Goldman Sachs en el que expone que la integración mejoraría el rendimiento de la entidad resultante y fortalecería su posición de capital Además, “es importante destacar que este acuerdo podría maximizar la recuperación de ayudas públicas, así como diluir la participación del Gobierno por debajo del umbral del 40%”, frente al 61% actual, explica el informe, que atribuye la “sensibilidad” de la operación al coste de las sinergias y el precio de transacción.

EL PNV PRESIONA PARA INTEGRAR BBVA Y BANKIA

Sin embargo, existe otro actor político que puede trastocar los planes de Goirigolzarri y Oliu. Se trata del Partido Nacionalista Vasco (PNV), que aspira a recuperar el control de BBVA. El escandalo de las cuentas secretas en paraísos fiscales acabó con la presidencia de Emilio Ybarra y facilitó la toma de control absoluta por parte de Francisco González

Fuentes socialistas confirman que el partido de Urkullu ha prometido fidelidad eterna a Pedro Sánchez si propicia la fusión de BBVA con Bankia poniendo como presidente a Goirigolzarri, un vasco al que consideran en el PNV de los suyos a pesar de que nunca perteneció al histórico “clan de Neguri”. Otro de los nombres que suena es el de Josu Jon Ímaz, actual CEO de Repsol y ex presidente del PNV.

El principal escollo para esta eventual fusión es que el consejo de administración de BBVA sigue estando controlado por los pata negra de Francisco González y los representantes del extinto Bilbao Vizcaya no tienen poder suficiente para promover el cambio de presidente. Lo único que podría justificar el respaldo a la fusión sería que el FROB estableciera una ecuación de canje de acciones favorable a los intereses de BBVA, pero esta opción es poco probable porque tendría un elevado coste político. Por ello de todas las opciones posibles esta es la que, a priori, es más difícil que llegue a buen puerto.


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