El futuro negro de DIA: falta de stock, despidos y cierre de tiendas

La situación de DIA no mejora. Los números rojos y la caída en ventas en sus resultados semestrales son la confirmación de que la nueva era con Mikhail Fridman como dueño no ha comenzado nada bien. En un ejercicio de sinceridad, desde la compañía han reconocido los graves problemas que arrastra la cadena de alimentación: falta de stock y tiendas deficitarias, entre otros. Dificultades que dibujan un futuro negro e incierto y que está solucionando a golpe de cierre de tiendas, nuevos despidos y cambios en el surtido.

A finales de junio de 2019, DIA operaba un total de 6.809 tiendas, 629 menos que al cierre del mismo periodo del año anterior, acumulando 34 nuevas aperturas y 663 cierres durante el periodo. El número de tiendas ha disminuido en 315 en España (de 4.684 a 4.369), tras la apertura de ocho nuevas tiendas y el cierre de 323 en los últimos seis meses.

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La reconversión de franquicias en tiendas propias también se aceleró: transfirió 154 franquicias netas. “Este cambio se debe a la nueva política de la sociedad de buscar franquiciados altamente cualificados que puedan ofrecer a nuestros clientes una mejor experiencia de compra”, según la enseña. Esta política continuará durante 2019, lo cual se verá reflejado en importantes cifras de trasferencia de tiendas franquiciadas a final de año.

Pero la peor parte se la lleva de nuevo el núcleo de la plantilla. Como ya ocurriera en los pasados resultados anuales, DIA ha iniciado un proceso de despido colectivo para un máximo de 210 empleados en su filial Grupo El Arbol Supermercados y Distribución, que afecta principalmente al cierre de las tiendas Max Descuento.

Despidos que se suman al ya anunciado Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectó a 1.604 empleados en España además de la reducción de plantilla adoptadas en otros países (principalmente Brasil) para mejorar la productividad de las tiendas, almacenes y sedes centrales.

El cash & carry llevaba más de un año a la venta y DIA solo había conseguido vender cuatro establecimientos. El Grupo Cuevas en Castilla León se hizo con tres tiendas y la otra se vendió a Musgrave España, en Murcia. 

Las que tampoco consiguió colocar fueron las tiendas de Clarel: 1.200 establecimientos en España y 71 en Portugal. Por ello decidió quedárselas como unidad independiente de negocio. Una red que de por sí es la más grande de toda España, triplicando incluso a Douglas (330 tiendas aproximadamente), la segunda cadena por volumen. Desde DIA tendrán que hacer frente al exceso de volumen, un mercado atomizado y las pérdidas de la enseña de higiene. Otro reto complicado.

DIA RECONOCE ERRORES Y PROBLEMAS

Fridman ya avanzó que en los próximos dos años los resultados de la compañía serían negativos. Y así ha sido. DIA ha registrado unas ventas netas de 3.400 millones de euros en el primer semestre de 2019, un 7% menos; mientras que ha cosechado una pérdida neta atribuible de 418 millones de euros. Entre los motivos que explican esta caída, DIA achaca a los problemas de abastecimiento que arrastra desde hace tiempo y que ahora son capaces de reconocer.

DIA reconoce problemas de stock y tiendas deficitarias; situación que resolverá a golpe de cierres y despidos

Cabe recordar que en los resultados de 2018 el saldo deudor de DIA con sus proveedores y acreedores comerciales era de 242 millones de euros. Además, la auditoría de KPMG señaló “irregularidades” en los descuentos a los proveedores. De hecho, desde el año pasado se escuchan los rumores preocupantes sobre la finalización de algunos contratos entre DIA y sus proveedores.

Por otro lado, la empresa revela que ha llevado a cabo un proceso inicial de racionalización del surtido comercial, lo que ha derivado en una reducción significativa del número de referencias con el fin de conseguir una mayor simplificación, una mejora de la productividad y una mejor relación calidad-precio para los clientes.

Además, el cierre de almacenes se ha traducido a corto plazo en un aumento de los costes logísticos y la interrupción de las actividades de comercio electrónico no alimentario en España a través de e-shopping también han afectado.

Ante este preocupante panorama, la empresa tiene la intención de seguir apoyando y promoviendo una «recuperación inicial de las ventas» a través de diversas iniciativas en diferentes ámbitos, como en el área comercial, operaciones, logística «con el objetivo común de impulsar el tráfico de clientes y las ventas en nuestras tiendas y mejorar la productividad».

EL PLAN DE REFINANCIACIÓN

Como consecuencia de las pérdidas netas, a finales de junio de 2019 el saldo negativo de fondos propios de la compañía es de 250,7 millones de euros (frente a unos fondos propios negativos de 99 millones de euros a finales de 2018).

No obstante, desde DIA recuerdan que los 490 millones de euros que Fridman ha aportado a la sociedad hasta el 19 de julio de 2019 en forma de préstamos participativos incrementan los fondos propios de la matriz a efectos del cálculo de la obligación legal de disolución. Estos préstamos participativos se convertirán en fondos propios en el momento en que se complete la nueva ampliación de capital de 600 millones de euros que se propondrá a los accionistas en una junta extraordinaria que se celebrará en el cuarto trimestre de 2019.

Esta ampliación de capital también añadirá 100 millones de euros a los fondos propios. Además, Letterone se compromete a inyectar al menos 490 millones de euros en la sociedad a través de préstamos participativos para proporcionar liquidez a la sociedad antes de ejecutar la ampliación de capital mencionada anteriormente.

EL OTRO PROBLEMA DE FRIDMAN

Por si fuera poco, a Fridman se le acumulan los problemas. El titular del Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, rechazó el recurso presentado por la defensa del dueño de la cadena de alimentación DIA, Mikhail Fridman, aunque ha pospuesto su declaración como investigado al 7 de octubre (inicialmente fijada para el 12 de septiembre).

Fridman había recurrido al juzgado el auto del pasado 6 de agosto por el que debía comparecer la próxima semana como investigado por presuntos delitos de insolvencia punible, corrupción privada entre personas jurídicas, maquinación para alterar el precio de las cosas y administración desleal en el marco de la quiebra de ZED.