Uno seguro, el otro más que probable. Los bancos europeos se enfrentan ante dos presumibles recortes más, para entrar oficialmente en terreno negativo, en los tipos de interés antes de que acabe el año, según fuentes financieras. Lo que supondrá un nuevo varapalo para su negocio. Aun así, la introducción del denominado tiering, que hará que no todo el dinero que mantienen las entidades en el BCE se les aplique un interés negativo, y la relajación de ciertas condiciones en el nuevo TLTRO III debería ayudar a que el golpe sea menor o al menos más amortizado.
«Desde la reunión del BCE del 25 de julio, las expectativas de un anuncio de reducción de tasas en la reunión de septiembre han aumentado al 100%», señala un informe interno de Bloomberg. Las únicas discrepancias al respecto de la reunión que debe producirse este jueves son algunas de las partes del paquete que acompañaran al recorte, ya que los analistas parecen descontar un recorte de 15 puntos básicos, otras voces señalan que serán 10 puntos, y una extensión del QE que intente evitar una contracción mayor en próximos trimestres del PIB de la zona euro.
El problema para las firmas europeas, incluidas las españolas que ya han padecido un castigo por las dudas sobre el fallo del tribunal respecto del IRPH, es que si no se aplican las medidas alternativas el golpe bursátil puede ser mucho mayor. «En ausencia de un cambio en los términos de TLTRO III y la introducción de niveles de reserva para cubrir una parte importante del exceso de liquidez de la zona del euro, sospechamos que las reacciones de los precios bancarios y de bonos pueden ser muy negativas«.
Aun así, parece también claro que finalmente se aplicará el llamado tiering, según apuntas fuentes financieras. Se trata de un sistema que descuenta un porcentaje de reservas que mantienen las entidades europeas aparcadas en el BCE para que tengan que pagar la tasa de depósitos que se sitúa en el 0,4% en negativo y que probablemente se reducirá al -0,45% en la siguiente reunión, explican fuentes financieras. Desde Bloomberg señalan que la tasa de descuento sobre el exceso de reservas será del 30%, de tal manera que «configuración reduciría el coste del exceso de reservas adicionales creado por las compras de bonos y de trasladar aún más la tasa de depósito a territorio negativo«.
Los bancos mantenían un exceso de reservas en el BCE de 1,86 billones de euros, lo que supone actualmente un coste de más de 7.500 millones de euros anuales al nivel actual de la facilidad de depósito. En el caso de las entidades españolas, que acumulan un exceso de efectivo de 109.000 millones, el pago de intereses por dicho concepto asciende a 438 millones y sería la cantidad que estarían dispuestas a repercutir sobre sus clientes si en los próximos años la situación persiste o empeora, como parece que podría pasar en la reunión que se celebra este jueves.
Por otro lado, también se va a especificar en qué consistirá el nuevo QE que preparan las autoridades monetarias europeas. En principio el organismo bancario pondrá en el mercado hasta 45.000 millones de euros para comprar activos financieros (se especuló en algún diario económico alemán que podían ser incluso acciones de empresas), una cantidad más pequeña que los últimos firmados, ya que empezaron en 80.000 millones y después se redujeron a 60.000 millones.