Los vinos D.O. Rueda miran al cielo: menos producción, mayor calidad

Está siendo un año complicado para el campo. La lluvia, a gusto de quien conviene, se ha dejado ver poco. Aunque no es del todo malo. Si bien es cierto que para el vino puede provocar una menor producción; a su vez, esa ausencia de agua hace que la sanidad de la uva sea mejor. Bajo este contexto ha empezado la vendimia en la D.O. Rueda.

El inicio de campaña llega acompañado, curiosamente, del líquido elemento ausente durante gran parte del año. Pero así son las lluvias. Caprichosas, dispuestas a generar problemas y soluciones sin pedir permiso. Aunque en este caso su intervención es bendecida por los expertos.

El director técnico de la D.O. Rueda, Jesús Díez de Íscar, asegura a MERCA2 que “las últimas lluvias son positivas puesto que ayudan a la finalización del ciclo vegetativo que, en este momento, es el de maduración”. Por eso, matiza, “es un momento exigente para la planta para llegar a la acumulación en los racimos de los componentes necesarios para la elaboración del vino”.

[td_block_11 custom_title=»» separator=»» post_ids=»161990″ limit=»1″ css=».vc_custom_1496993590403{border-top-width: 1px !important;border-right-width: 1px !important;border-bottom-width: 1px !important;border-left-width: 1px !important;padding-top: 5px !important;padding-right: 5px !important;padding-bottom: 5px !important;padding-left: 5px !important;border-left-color: #000000 !important;border-left-style: solid !important;border-right-color: #000000 !important;border-right-style: solid !important;border-top-color: #000000 !important;border-top-style: solid !important;border-bottom-color: #000000 !important;border-bottom-style: solid !important;border-radius: 4px !important;}» tdc_css=»»]

Díez de Íscar remarca que “han caído entre 10 y 20 litros por m2; y ha sido a través de tormentas y que están localizadas”. Por lo tanto, no ha sido nada perjudicial. Además, insiste en que estas últimas aguas “van a ayudar a que la maduración se produzca en mejores condiciones”.

Lo importante, y los clientes finales son los que dictan sentencia, es la calidad. En este sentido, aunque todavía está por ver, puesto que solo ha habido una noche de recogida, lo cierto es que la calidad de la uva ayuda en un proceso que, finalmente, se desarrolla en las bodegas. No obstante, el director técnico de D.O. Rueda asegura que “por lo recogido hasta ahora, todo hace pensar que hay buena uva para las condiciones de elaboración. La sauvignon blanc que ha entrado lo ha hecho muy bien”.

UN AÑO CON MENOR PRODUCCIÓN PARA D.O. RUEDA

En cuanto al resto del 2019, Díez de Íscar cuenta que “las condiciones del año han planteado una producción reducida con respecto la temporada anterior”. La falta de lluvia afecta el volumen, y no solo eso, “la ausencia de agua ha marcado el número de racimos y el peso medio de los racimos”.

Pero todo esto tiene un reverso positivo. Muy positivo cuando el vino caiga sobre la copa. “La ausencia de agua hace que la sanidad de la uva sea muy buena”. Así, con la materia primera a salvo de un año esquivo con la lluvia, ahora solo queda recoger y procesar.

Algo que se ha iniciado esta misma semana con la variedad sauvignon blanc, cuyo ciclo vegetativo es más corto que el del resto de las variedades y con una maduración más temprana. Después, a lo largo de las próximas semanas, la vendimia se generalizará tanto a las bodegas como al resto de variedades, que ya irán alcanzando su grado de maduración idóneo para la recolección, esperando que la vendimia de la variedad verdejo, autóctona de la zona, comience la segunda semana de septiembre.

La superficie registrada para esta vendimia es de 18.020,59 ha. De ellas, el 97% (17.582,88 ha.) corresponden a variedades blancas y de éstas, el 87% son de verdejo, variedad principal de la Denominación de Origen Rueda.

UN VENDIMIA CON PERSONALIDAD

La vendimia en la D.O. Rueda se caracteriza por realizarse de noche y a máquina. Estos dos factores influyen de manera decisiva en la calidad de los vinos. La mecanización permite que la recogida sea selectiva por parcelas, en función de la maduración y a criterio del enólogo. Por tanto, se decide el momento óptimo de su recogida, consiguiendo aumentar el nivel de calidad de las partidas de uva que entran en bodega.

Por su parte, al vendimiar de noche se aprovecha la bajada de las temperaturas, reduciendo al máximo las posibles oxidaciones, conservando las cualidades organolépticas en perfectas condiciones y mejorando el equilibrio entre graduación y acidez, lo que es muy importante para la elaboración de vinos de calidad. Además, con la entrada de la uva en las bodegas a menos temperatura, se consigue un importante ahorro energético.

La recolección se realiza en la oscuridad de la noche, pero está marcada por la potente luz de las máquinas. Una vendimia en la que se elaboran vinos de la gran calidad.

Raúl Masa
Raúl Masa
Ex Coordinador de redacción y redactor de empresas y economía; especializado en telecomunicaciones, tecnología y energía.