Las grandes compañías de todo el mundo tienen un reto con el medio ambiente: consumir menos, ser más eficientes y emitir menos CO2. Todas ponen el máximo empeño. Aunque también ponen toda su voluntad para no dejar claro cómo luchan contra esta situación y la singularidad del mercado eléctrico. El Corte Inglés, al igual que otros gigantes empresariales, vende su consumo energético como totalmente verde cuando saben que no es así.
Hace unos días la cadena de distribución se hacía eco sobre su nuevo hito energético. Aseguraba que El Corte Inglés había conseguido en el ejercicio 2018 que el 98,5% de la energía que consume proceda exclusivamente de fuentes de energía renovables con garantía de origen. Asimismo, aseveran que este porcentaje irá aumentando hasta alcanzar en breve el 100%.
La explicación llega hasta ahí. Pero El Corte Inglés, como otras compañías que presumen de lo mismo, se olvidan de explicar a la sociedad que, realmente, su energía no proviene en su totalidad de fuentes renovables. De hecho, sus centros y tiendas pueden estar alimentados de carbón, gas o nuclear sin ver rastro de viento o sol.
Lo que sucede en realidad es que El Corte Inglés, a través de esas “garantías de origen”, certifica que todo el volumen de electricidad que consume es igualmente generado desde fuentes renovables. Pero esto no quiere decir que su energía sea solar o eólica. Y es que la energía producida por las distintas tecnologías, sea cual sea, se mezcla en la red del sistema eléctrico, y luego se distribuye. Nadie, ni ninguna empresa, sabe si el MWh que consume viene de un rayo de sol o una mina de carbón.
No obstante, al margen de los matices, lo importante es lo que cada compañía hace para abordar la situación. En este caso, El Corte Inglés también alude a que ha reducido sus emisiones de CO2 un 70% con respecto a 2017. La compañía ha logrado consumir un 4% menos de electricidad que en el ejercicio anterior, gracias a las mejoras técnicas y de instalaciones que ha llevado a cabo. En este sentido, cabe destacar la actualización de los sistemas de climatización, iluminación y elementos elevadores, que han supuesto un ahorro anual de aproximadamente 3.500 MWh.
OTROS CONSUMOS QUE PREOCUPAN A EL CORTE INGLÉS
Al margen de la energía, hay otros consumos que también preocupan a El Corte Inglés. El agua es uno de ellos. La cadena de distribución advierte de que ha logrado reducir el consumo de agua en un 7,2%, gracias en gran medida a las obras realizadas para el aprovechamiento interno del agua de rechazo. Esto se ha llevado a cabo en el marco del Plan de Gestión Sostenible del Agua puesto en marcha por la compañía.
Sin embargo, según la última memoria corporativa del grupo publicada, que pertenece a 2017, había un incremento con respecto al ejercicio anterior. Desde El corte Inglés señalaban que se debía a que ese año había sido el más cálido y el segundo más seco en España desde 1965, con una temperatura media que superó en 1,1 Cº al valor medio anual (periodo de referencia 1981-2010) y en 0,4 Cº a la media del año 2016.
Esta circunstancia obliga a una utilización más elevada de la refrigeración en los edificios del grupo, señalan, para mantener la temperatura de confort, lo que ha provocado que el consumo de agua en el ejercicio 2017 haya aumentado con respecto al ejercicio anterior, si bien podemos hablar de una reducción de un 11% por m2 con respecto a 2012.
Y quizá este asunto sea la explicación perfecta de por qué las empresas deben ser las primeras comprometidas con el medio ambiente. Si las temperaturas siguen apuntando al alza, las grandes compañías consumirán más. Si consumen más, las emisiones sube, la contaminación aumenta… la temperatura se dispara… y vuelta a empezar.