Cualquier economista, incluso esos que enseñan la materia en dos tardes a un presidente del Gobierno, sabe que ante una relativa falta de ingresos lo más importante es constreñir los costes. Eso han hecho las pequeñas agencias de viaje, que ante la avalancha de propuestas online han sabido reinventar el negocio.
Y no solo con las webs que ofrecen a través de internet todo tipo de alternativas. La competencia para las tradicionales agencias de viaje llega también por parte de los grandes grupos turísticos que, por ahora, mantienen la presencia en la calle, y cada vez en lugares más exclusivos, para captar la atención de los posibles viajeros.
Ante esa perspectiva, según un informe elaborado por Insight View al que ha tenido acceso MERCA2, y que testea las cuentas de más de 8.000 agencias, su facturación media no ha dejado de crecer hasta los 5,4 millones de euros y, desde 2015, sus ratios de rentabilidad han recuperado el signo positivo.
Los estados contables no mienten. Las agencias de viaje han sabido reinventar su aportación de valor sobre los pilares de la experiencia de compra, la rapidez y sencillez de contratación, las recomendaciones de clientes, el asesoramiento especializado y el abaratamiento de sus costes.
Estas han sido las claves para entender estos resultados. Básicamente porque no queda otra alternativa. El valor añadido del factor humano, sobre todo en ciertas franjas de edad, sigue siendo algo diferencial. Asimismo, las recomendaciones personalizadas vuelven a tomar importancia, sobre todo cuando están bien diseñadas. Eso, por ahora, es algo que un algoritmo desarrolla de manera más torticera. Así pues, de momento las herramientas tradicionales, paradójicamente, pueden seguir sumando.
UN SECTOR PEQUEÑO, PERO CONSOLIDADO
Las agencias de viaje están lejos de ser un negocio a la baja. De acuerdo con el análisis de Insight View, el 14% han sido creadas en el último año y un 38% tiene menos de cinco años.
El análisis agregado arroja datos muy relevantes sobre su concentración. El 82% son microempresas y el 13% pequeñas. El análisis del segmento de microempresas muestra también una buena evolución. Su facturación media tocó fondo en 2013 con 337.000 euros y desde entonces no ha dejado de crecer hasta los 423.000.
Más relevante aún son los ratios de rentabilidad, que recuperaron el signo positivo a partir de 2015. A pesar de esta buena evolución, los riesgos de crédito del sector siguen siendo elevados: un 23% de sus empresas se encuentra en riesgo máximo o elevado de impago.
Una de las cuestiones que también refleja la evolución del sector tiene que ver con la concentración del negocio. Madrid (21%) y Cataluña (20%) acaparan el principal volumen de negocio, y eso pone de manifiesto que, según se desarrolle la propia economía de esas regiones impulsará o no a las agencias de viaje.