Gómez-Pintado: el adiós silencioso de un CEO que no quería mandatos

El ex-CEO de Vía Célere ha dejado el sillón de mando de la promotora sin hacer ruido. Una marcha que escenifica el desgaste de Juan Antonio Gómez-Pintado con el fondo de inversión que controla la empresa. Värde compró la promotora al también presidente de Asprima a comienzos de 2017 con el objetivo de crear un gigante inmobiliario y cotizar en la Bolsa. Tras dos años y medio, Gómez-Pintado se ha cansado de alguna manera de recibir órdenes y ha decidido dar un paso a un lado en la empresa que él mismo creó en plena crisis económica.

Con muchos millones en el bolsillo y con la conciencia tranquila del que se sabe que ha hecho todo por la compañía. Así es como se ha despido el empresario madrileño que ha sido capaz de vender dos empresas por 310 millones de euros –en total- en menos de una década. Un adiós que es más bien un hasta luego, porque Gómez-Pintado abandona Vía Célere, pero no el sector inmobiliario. Asprima y APCEspaña seguirán contando con el ex-CEO de Vía Célere en su Presidencia.

La gran historia de Gómez-Pintado con el ladrillo empieza en abril de 2007, cuando vendió su inmobiliaria familiar Agofer al grupo Sando. Una transacción que le reportó 220 millones de euros. El empresario conoce mejor que nadie los ciclos del sector y supo deshacerse de su empresa justo antes del estadillo de la crisis económica. En la cresta de la ola y con una facturación de 160 millones de euros entendió que era el momento de vender.

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La suculenta operación podría haber supuesto un retiro dorado para este participante de maratones –hasta que una lesión en la espalda le obligó a parar-. Pero como un buen corredor de fondo, Gómez-Pintado sólo había realizado una parada en el kilómetro 21 para recoger avituallamiento y seguir su marcha.

La segunda parte de la carrera comenzó a los pocos días de deshacerse de Agofer. Con ‘cash’ y muchas ideas en la cabeza decidió crear Vía Célere, un gigante que en estos momentos tiene cerca de 25.000 metros cuadrados de suelo para construir, pero que en sus inicios tuvo que emigrar a otros países para sobrevivir. Brasil y Rumanía fueron sus mercados centrales donde Gómez-Pintado logró promover más de 15.000 viviendas.

Pero el que era la cabeza visible hasta hace pocas semanas de Vía Célere tenía entre ceja y ceja regresar a su país natal. Y lo consiguió. La reentré del empresario se produjo cuando nadie lo esperaba: en 2010, en plena crisis económica y cuando todas las miradas culpaban de esta situación al sector inmobiliario. Pero Gómez-Pintado demostró una vez más que tenía olfato y sabía leer bien la situación.

Para su retorno a casa –España- el empresario había tranzado un plan. Un proyecto cimentado en los activos tóxicos –en este caso suelos- de las entidades financiares. Allí donde unos veían un problema, él vio una oportunidad. Así, poco a poco, Gómez-Pintado logró promover –junto con estos bancos que buscaban deshacerse de los suelos- una gran cantidad de viviendas, hasta llegar a facturar 103 millones de euros en 2015. El empresario madrileño lo había vuelto a hacer. Por segunda vez en menos de diez años había convertido una empresa familiar en un caramelo para los muchos fondos de inversión, que buscaban en ese momento su hueco en la reactivación inmobiliaria de España.

Gómez-Pintado y Värde discrepaban en cuestiones claves que afectaban al futuro de la promotora

En este sentido, fueron muchos los que preguntaron, pero al final fue el fondo americano Värde quien logró hacerse con Vía Célere a comienzos de 2017. Noventa millones de euros tuvieron la culpa de que Gómez-Pintado se deshiciera de una promotora que surgió en plena crisis y que supo situarse en la pomada en este nuevo ciclo alcista. Pero en esta ocasión, Gómez-Pintado pactó con Värde quedarse al frente de la gestión de la empresa. Una situación que agradó a todas las partes, porque lo cierto es que existen muy pocos profesionales en el sector que lo interpreten mejor que el ex-CEO de Vía Célere.

Eso sí, el negocio había cambiado. La promotora ya no era esa compañía personal diseñada a imagen y semejanza de su propietario. Ahora, se había convertido en un gigante inmobiliario con ínfulas de salir a la Bolsa. Gómez-Pintado aceptó este reto a pesar de tener dinero más que suficiente para retirarse o volver a invertir en la creación de otra compañía. Pero poco a poco, la ilusión de este empresario por liderar este proyecto se ha agotado, porque no es lo mismo mandar en una promotora donde también eres el propietario, que hacerlo en una donde sabes que tus órdenes no son las únicas. Porque Värde había invertido en Vía Célere con el propósito de alcanzar la cotización bursátil, al igual que han hecho sus competidores directos –Aedas, Metrovacesa o Neinor-. Pero tras dos y medio, la promotora nunca ha encontrado el momento de dar ese salto.

GÓMEZ-PINTADO NO LLEVARÁ A VÍA CÉLERE A LA BOLSA

En la última edición de SIMA a Gómez-Pintado se le pudo ver visiblemente cansado, sobre todo cuando le preguntaban por una hipotética salida a Bolsa. “A corto plazo, no”, contestaba una y otra vez. Al final, para él no será ni a corto ni a largo plazo, porque ha decidido que ese toro lo lidie otro. En este punto, cabe destacar que su marcha no se produce por ser una persona autoritaria. De hecho, confía mucho en su equipo y le gusta mucho delegar en ellos responsabilidades. Pero lo que no ha llevado tan bien es recibir órdenes de arriba, según fuentes conocedoras de esta cuestión.  

Gómez-Pintado dice adiós sin hacer ruido y deja que otro –Ignacio Morales- lleve las riendas de la promotora que cuenta la mayor bolsa de suelo para construir de España tras su fusión con Aelca.