Orange no se mueve. Los sindicatos (trabajadores) tampoco ceden, por lo que las negociaciones de un nuevo convenio siguen congeladas y ambas partes esperan que siga así en los próximos meses. La principal diferencia entre ambas partes es encontrar un punto medio entre las exigencias económicas de unos, los empleados piden que exista una revisión salarial por contrato para los sueldos mayoritarios (en torno a 45.000 euros), mientras que la firma la ofrece para los más bajos, que también son menos, para no ceder márgenes en el difícil contexto económico del sector.
La guerra abierta en Orange, en cerca de 17 reuniones que han tenido entre sindicatos y Dirección apenas se ha avanzado en la negociación del nuevo convenio, podría sorprender a muchos, dado que la francesa se vanagloria de sumar su 12º sello Top Employer en España (casi tantos como Rafael Nadal atesora Roland Garros) que «una vez más certifica a la compañía como una de las mejores organizaciones para trabajar de España», explica la firma naranja. Con dicho registro quien podría dudar de las buenas intenciones de la marca gala, claro. Aunque al final, más allá de los requisitos salariales, el consenso sobre las condiciones laborales compartida por ambas es muy positiva.
Una pugna salarial, la de la revisión que se negocia en el nuevo contrato, que se produce por un detalle de escasa importancia de la empresa hacia sus trabajadores, y es que el anterior convenio, que se firmó en 2009, contenía una cláusula (en el artículo número 7) que excluía a los trabajadores que cobraban más de 44.024 euros tuvieran de una revalorización de sueldo por convenio en su parte fija, lo que llevó a muchos quedaran congelados durante años. En definitiva, una nimiedad que simplemente ha dejado a más de la mitad de la plantilla durante casi 10 años con su salario fijo prácticamente invariado.
Lo anterior ha ocasionado que los trabajadores se quejasen, quien no se queja de que cobra poco, mientras que la empresa ha decidido mantenerse en los mismos máximos prácticamente con los que comenzó las negociaciones meses atrás. Orange si está dispuesta a ceder en las revisiones salariales (faltaría más, ya que es una empresa muy concienciada con sus trabajadores), en especial para los salarios más bajos «que son a los que hay que proteger», explican desde la propia compañía. Aunque con unos pequeños detalles: los sueldos bajos que pretenden subir, hasta un 3% en algunos casos, apenas es un porcentaje representativo, mientras que para los que sí lo son las condiciones no se mejoran prácticamente. A partir de un sueldo de 35.000 euros, que es cerca de dos tercios del total, solo se le subirá un 1% (aunque el IPC aumente por encima) siempre y cuando el ebitda crezca o para los de más de 45.000 euros dicho crecimiento deberá ser del 18%.
La crudeza de las negociaciones ha llegado hasta tal punto, que el propio director financiero de la compañía, Diego Martínez, estuvo presente en el último encuentro para explicar la situación de la firma de cara a los próximos años. Martínez habría explicado a las partes sindicales que la en los próximos años las cifras que espera la firma no serán tan buenas como en años anteriores debido a la complejidad del sector, entre otras cosas por la fuerte competencia, explican fuentes presentes en la reunión. Una iniciativa ante la que la empresa no ha querido pronunciarse más allá de que entiende que son encuentros normales para ofrecer distintos puntos de vista y enriquecer las negociaciones.
Orange envío a su director financiero a la última reunión con los sindicatos para advertir de que la situación de la empresa podría deteriorarse en los próximos años
Las afirmaciones del CFO pillaron por sorpresa a los representantes sindicales, ya no por las cifras (en el primer trimestre de 2019 los ingresos crecieron un 0,4%) sino por qué «si saben que el negocio se va a resentir, no se entiende que quieran intentar ligar la nueva revisión salarial de los trabajadores al crecimiento del ebitda (que en algunos casos necesitan el 18%), más si cabe en el salario fijo», se preguntan desde los sindicatos. Por su parte, desde la empresa se entiende que dado cierto nivel salarial se puede exigir mayor implicación de los trabajadores con los resultados obtenidos por la compañía.
MOVILIDAD SOSTENIBLE FRENTE A COMPENSACIÓN EN EL KILÓMETRAJE
Otro de los puntos que más está enfrentando a ambas partes, más allá de la revisión salarial, es la de cómo afrontar el coste por la movilidad de los trabajadores. Orange ha propuesto una medida para compensar a aquellos empleados que compartan vehículo, lo llama movilidad sostenible, con cerca de 60 euros mes. Aunque la medida no ha sido bien recibida por los sindicatos, puesto que consideran que de ella solo se podrán beneficiar un 20% de los trabajadores y serán de la parte más alta. “La propuesta de la empresa da lugar a que los salarios bajos mejoren unos 19 euros por mes, mientras que su Manager se embolsaría 60 euros al mes por compartir coche”.
La próxima reunión entre ambos será el próximo miércoles, se reúnen cada semana, y está será la última antes de las vacaciones de verano. Ambas partes presumen que el resultado de la misma será igual, aunque desde fuentes sindicales señalan que es posible que Orange de marcha atrás a la exigencia de un crecimiento tan alto del ebitda, que era del 18% para la revisión en los 45.000 euros, aunque supondrá que cerca del 78% de la plantilla siga ligado su revisión a que las cifras económicas de la compañía al menos se iguales, algo que desde las altas instancias de la misma se duda.