Cepsa vuelve acaparar las miradas del mercado, después de que el gigante del sector, Aramco, haya reiniciado los contactos con distintas casas de inversión para salir a Bolsa. La firma de Arabía Saudí, que es la empresa más rentable y grande del mundo, ha retomado contactos con un selecto grupo de bancos de inversión para detallar los próximos movimientos de su más que probable IPO (oferta pública de venta, por sus siglas en inglés) que tendría lugar entre finales de este año y principios del siguiente.
La firma española comparte una serie de similitudes importantes con el gigante petrolífero: ambos se mueven en el mismo sector, pertenecen a propietarios que tienen muchos contactos en común y con las mismas ambiciones, la de desinvertir en el negocio del crudo en el momento más propicio. Por ello, si el gigante ha dado el paso, también es más que probable que encima de la mesa del fondo Mubadala, que todavía tiene la mayor parte de la compañía, éste el de acelerar la salida a bolsa de la española. Incluso ambas compartían fecha para salir a bolsa, octubre de 2018, y también ambas decidieron pararlo por un tiempo.
La salida a bolsa de Cepsa, que iba a ser una de las mayores en los últimos años en cualquier sector, se paró en seco debido a las dificultades que atravesaba el sector en ese mismo momento. Así, el máximo accionista de la firma, el fondo Mubadala, informaba que «posponía» de su idea de salir a cotizar dado «el actual estado de los mercados de valores internacionales». Posteriormente, pasó a segundo plano tras hacerse oficial la venta de un porcentaje importante de la misma a Carlyle, aunque la idea sigue siendo una prioridad para ambos inversores propietarios como han reconocido fuentes de mercado a este periódico.
Además, el propio presidente de Cepsa y máximo responsable de la firma, Musabbeh Al Kaabi, reconocía que «la salida a bolsa sigue siendo una posibilidad». Una alternativa que se podría hacer realidad próximamente, las fuentes consultadas señalan que podría ser entre el primer y el segundo trimestre de 2020, aprovechando el movimiento de Aramco y el apetito inversor que atraiga dicho evento. Así, como que a medida que la decisión se alargue en el tiempo podrían surgir problemas de fondo como una caída en el precio del petróleo, a medida que se reduce su uso, junto a las crecientes preocupaciones de invertir en empresas de combustibles fósiles que contribuyen al cambio climático.
EL MAYOR ACONTECIMIENTO FINANCIERO DE LA HISTORIA
La enorme envergadura de un movimiento como el de Aramco supondrá uno de los grandes acontecimientos financieros de la historia. El proyecto se anunció por primera vez en 2016 como la piedra angular del plan para modernizar la economía saudí, y tenía previsto cerrarse en la segunda mitad de 2018 (al igual que ocurría con Cepsa). La OPV, que sería la más grande la historia, tenía previsto recaudar los 100.000 millones de dólares solo por la venta del 5% de la petrolera estatal, lo que significaría un fuerte beneficio para las entidades colocadoras y en el que estaban involucrados Evercore, Moelis, HSCBC, JP Morgar y Morgan Stanley, aunque no se conoce si todos ellos siguen, tras las nuevas conversaciones.
Por su parte, el movimiento de Cepsa pese a no ser tan espectacular como el de Aramco, si se convertiría en uno de los grandes movimientos en el sector energético europeo en los últimos años. Los algo más de 8.000 millones con los que saldría a cotizar la situarían entre las mayores en la historia de España, al menos en las últimas dos décadas, y se convertiría en una de las firmas españolas más grandes de las que forman parte del Ibex 35, aunque todavía se deberá esperar a que finalmente se haga oficial dicho movimiento.