Tras muchos vaivenes, por fin llega la calma a DIA; al menos de momento. El acuerdo alcanzado por Mihkail Fridman a través de Letterone con la banca garantiza el acceso a 771 millones de euros de liquidez. Fridman realizará una ampliación de 600 millones, 100 millones más de lo acordado. Pero este acuerdo no es a cambio de nada. El modelo de negocio de la distribuidora sufrirá los próximos dos años con una caída en las ventas y los minoritarios temen que el valor de sus acciones se diluya.
Los accionistas minoritarios –el 30% del capital que no están en manos de Fridman– tendrán que hacer un esfuerzo extra. La financiación se estructura de la siguiente manera: hasta 600 millones de euros de los accionistas a través de la ampliación de capital, de los cuales 500 millones serán asegurados por el millonario ruso. Pero los otros 100 millones restantes saldrán de los accionistas minoritarios que acudan a la ampliación de capital.
DIA da continuidad a su negocio con un acuerdo con la banca y una ampliación de capital que no convence a los minoritarios porque perderán más valor
“Se trata una ampliación más fuerte que podría diluir aún más las acciones de los minoritarios”, denuncian desde la Asociación de Accionistas Defensores de DIA (AADD), que creen aquellos que no suscriban la ampliación acabarán dando más poder a Fridman en DIA. De hecho, calculan que podría hacerse con el 80% del capital de la distribuidora. Asimismo, denuncian que “ya han perdido mucho valor desde que el magnate lanzó la opa”. No obstante, los minoritarios creen que “es un buen acuerdo” dadas las circunstancias en las que se encuentra la compañía.
CAÍDA DE LAS VENTAS
DIA prevé cerrar este año con unas ventas netas de entre 7.000 y 7.200 millones de euros, según las proyecciones del plan de negocio de Letterone para la cadena de supermercados. Lo que significa que estará por debajo de años anteriores. En 2018, alcanzó 2018 con una cifra de negocio de 7.288,8 millones de euros en 2018, frente a los 8.217,67 millones de euros de un año antes (2017). El pasado año, registró unas pérdidas de 352,58 millones de euros. Un año antes el beneficio alcanzó los 101,20 millones de euros.
El grupo espera que las ventas netas “irán convergiendo hacia el nivel de 2018 en 2020 e incrementándose anualmente en porcentajes de un solo dígito alto hasta 2023”. De hecho, este anuncio no es nuevo. Durante los dos primeros años del plan de transformación, DIA “no generará caja ni resultados positivo”, así lo explicaron en el folleto presentado ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tras la autorización de la opa. En este sentido, Fridman consideó que no es realista prometer a los accionistas la creación de valor antes de que pasen cinco años desde el lanzamiento del plan de transformación.
A pesar de ello, los analistas son positivos. “Se puede esperar que DIA sea una posible buena inversión en pequeña proporción y a largo plazo, pero sin olvidar el riesgo que se puede correr hasta que se reafirme y se despejen las dudas sobre su nuevo y esperanzador plan de negocio”, indica Eduardo Asenjo, analista de Investing.com.
IMPLICACIONES DEL ACUERDO CON LA BANCA
De los principales términos en los que se ha cerrado el acuerdo entre Letterone y la banca cabe destacar la implementación de una operación de filialización, a través de la cual se constituirán nuevas filiales de DIA, es decir, determinados activos, pasivos y contratos de DIA serán transmitidos a determinadas filiales indirectamente participadas por DIA, y en particular, como primer hito no más tarde del 31 de diciembre de 2019 deberán transmitirse a la filial operativa española los títulos y derechos vinculados a determinados establecimientos comerciales específicos de DIA que representen al menos un 58% del Ebitda.
Una medida, ya contemplada anteriormente, que supone “una garantía más para los acreedores”, según fuentes de DIA, quienes aseguran que se trata de operación habitual que “no afecta al negocio”. En caso de que los bancos tengan que reclamar una deuda será la filial en cuestión quien responda, y no la matriz.
Además, el acuerdo incluye (en la medida en la que sea viable desde un punto de vista legal, fiscal y regulatorio) las participaciones de DIA en las filiales brasileña, argentina y portuguesa deberán transmitirse a otras filiales, la filial operativa española y la filial financiadora española pasarán a ser prestatarias adicionales bajo la financiación sindicada y las nuevas líneas de financiación.
Por otro lado, el acuerdo también señala que “no se distribuirán dividendos por DIA hasta que la financiación y las nuevas líneas de financiación hayan sido totalmente repagadas”.
ESPERANZA EN LOS SINDICATOS
Los sindicatos han acogido con esperanza el acuerdo. “CCOO aborda este nuevo tiempo desde la esperanza en que cambien las cosas para la empresa y para las condiciones en las que realizan su trabajo las plantillas. También desde la responsabilidad de no bajar la guardia”, explican en un comunicado.
Para estos supone que la política comercial del grupo DIA va a dejar de depender de los inminentes vencimientos de la deuda como hasta ahora. “Es un balón de oxígeno que va a permitir a la compañía desarrollar un Plan de Negocio a medio y largo plazo. En definitiva, se abre un nuevo escenario que aporta, por fin, certezas y tranquilidad a la plantilla”, señalan.