sábado, 14 diciembre 2024

¿Ocasión perdida?

Francesc de Carreras, catedrático emérito de Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma de Barcelona, un “antiguo” del PSUC y fundador de Ciudadanos ha pedido que C’s vuelva a su función de partido bisagra y abandone la pretensión de sustituir al Partido Popular.

Una regañina en toda regla a Albert Rivera. No es el único comentarista de prestigio en hacerlo y en Ciudadanos hay otros que piensan igual. Asimismo, Luis Garicano opina como Manuel Valls, en contra de Rivera, que hay que apoyar a la populista Ada Colau, como mal menor, frente a Ernest Maragall para no hacer de Barcelona un ayuntamiento separatista. A Rivera le llega la contestación interna. Le da igual y sigue a su bola. Como Pablo Iglesias.

«Debería recuperar C’s su misión de puente entre la derecha y la izquierda ayudando a colmar diferencias ideológicas y fortalecer el constitucionalismo»

Carreras censura a Ciudadanos por haberse dejado encajonar “sin rechistar” en un tridente derechista y por el “cordón sanitario” establecido para no pactar con el Partido Socialista. PSOE y C´s suman 180 escaños en el Congreso de los Diputados. Un acuerdo evitaría que Pedro Sánchez tenga que apoyarse para gobernar en el populismo irresponsable de Podemos o en la doblez de partidos independentistas o nacionalistas, que “tanto monta, monta tanto”.

ENTENDIMIENTO

Sánchez y Ábalos han dado señales de desear ese entendimiento con Rivera, retomando la relación establecida para encarar la Investidura en marzo de 2016, torpedeada por Iglesias, ese que, ahora, mendiga ministerios. Un entendimiento entre PSOE y C’s podría abarcar asimismo Autonomías y Alcaldías, aunque pueda pactar también C´s ocasionalmente con el PP. Rivera prefiere, sin embargo, entenderse principalmente con PP y Vox y, puntualmente, con los socialistas.

El líder socialista sabe intimar con nacionalistas e independentistas, aunque los ha toreado sin ceder. Pero nada está garantizado. El episodio del fallido “relator”, al que Quim Torra sigue aspirando, lo evidencia. Sánchez impone en el PSOE con el apoyo de líderes socialistas regionales que rondan fácilmente a populistas, nacionalistas e independentistas, como ocurre en Baleares, País Vasco, Cataluña o Navarra. En Pamplona, se revuelven incluso contra Ferraz, dispuestos a contabilizar el apoyo de Bildu.

Acuerdos entre PSOE y C’s facilitarían que Sánchez no dependiese de estos líderes locales que solo subrayan el enfrentamiento con la derecha para satisfacer su propia ambición personal cuando los peores enemigos de la izquierda son, en estos momentos, los populismos, nacionalismos e independentismos.

La actitud de Rivera favorece el “bloquismo” de derecha e izquierda cuando la tensión principal es entre los constitucionalistas y aquellos que no lo son como lo ha visto, acertadamente, el líder de UPN, Javier Esparza, agrupado con PP y C´s en “Navarra Suma”. Esparza ofrece apoyo a Sánchez para su Investidura a cambio de que gobierne en Pamplona NS+ (20 escaños), renunciando el PSN (11 escaños), para hacerlo, a contar con Bildu y otros nacionalistas y populistas.

Debería recuperar C’s su misión de puente entre la derecha y la izquierda ayudando a colmar diferencias ideológicas y fortalecer el constitucionalismo que, esencialmente, aunque no únicamente, engloba al PSOE, PP y C’s. Es la única forma de hacer frente eficazmente a las tendencias centrífugas que violan los pactos de convivencia alcanzados durante la Transición.

El entendimiento entre conservadores, liberales y socialdemócratas fue esencial para la construcción europea y lo seguirá siendo ahora para apartar el peligro que para la Unión Europea significan los populismos de izquierda y derecha. Es un esquema que debiera imponerse también para las cuestiones de Estado en España. Los aspectos territoriales, económicos, sociales y educativos requieren grandes pactos que den estabilidad.

España está necesitada, ahora, de tres acuerdos: entre PSOE y C´s; entre todas las fuerzas constitucionalistas y uno, más amplio, territorial, que permita luego centrarnos en la mejora de la sociedad española en el marco de la UE. El mantenimiento del veto al PSOE por parte de Rivera favorece a quienes prefieren un pacto de Sánchez con Iglesias, incluso con independentistas. Hasta puede que Rivera pretenda acorralar al PSOE con malas compañías y quitarle votantes. Una actitud lejana a la de un Hombre de Estado.

Carlos Miranda es Embajador de España


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