El anticipado cierre nuclear en España es un duro golpe para el negocio de Endesa, puesto que es el mayor operador de centrales con esta tecnología, y ha obligado a la firma española a rehacer una parte de sus planes. Entre ellos, cada vez está más presente poder hacerse con algunos activos hidroeléctricos de la portuguesa EDP que está en pleno movimiento de desinversiones.
La eléctrica portuguesa está metida en un importante «plan de ventas» de activos por valor de 2.000 millones de euros, que incluye tanto centrales termoeléctricas como activos renovables a lo largo de la península. Unas desinversiones que se han comunicado a los reguladores: «Ya se han contratado a los equipos (…) que están preparando varias transacciones potenciales», y que siguen muy de cerca las grandes compañías españolas, en especial Iberdrola y Endesa.
La firma que preside José Bogas, que busca activamente inversiones de cara a rotar activos de cara al futuro cierre de las nucleares, se habría fijado en algunas de las centrales hidroeléctricas de la portuguesa y estaría acelerando los trámites para cerrar la operación, según indican fuentes del mercado. En concreto, señalan que «todo lo que se ha hablado acerca de un interés sobre centrales térmicas, que involucran carbón y gas, no tiene mucho sentido y que el foco principal es en activos renovables (para afrontar la descarbonización), sobretodo en algunos embalses que posee EDP en la península».
Además, las relaciones EDP-Endesa son bastante cercanas. De hecho, ambas firmas trabajan conjuntamente en la explotación de las dos centrales hidroeléctricas de Salime, en el río Navia. Se trata del embalse más grande que opera la portuguesa en España (al 50% con la española) con una extensión de 265 hectómetros cúbicos y una capacidad de 160 MW, que supone un 37% de los 432 que mantiene en sus 13 centrales hidroeléctricas. Por su parte, en el país luso tiene un mayor volumen de capacidad de generación a través de los embalses, algo más de 8 GW, a lo que se suman los activos en Brasil.
La alta cifra conjunta entre los tres países (principales mercados para la lusa) en activos hidroeléctricos lleva a que se haya abierto la puerta a las desinversiones. De hecho, en las últimas cuentas puso de manifiesto que «el grupo tiene un grado de exposición importante a este riesgo, particularmente en relación con el volumen de agua (el índice de capacidad de la energía eólica tiende a ser menos volátil) derivado de su creciente enfoque en una cartera de generación cada vez más enfocado a las renovables, así como su cartera hidroeléctrica en Portugal y Brasil».
FUERTE ATRACTIVO EN LOS ACTIVOS HIDROELÉCTRICOS
Una de las claves por las que Endesa ha puesto su objetivo en los embalses de EDP está en la rentabilidad que ofrecen, cómo quedo comprobado en la presentación de sus últimas cuentas (también en ellas, se plasmó el porqué de las desinversiones de la portuguesa). Los analistas de JP Morgan señalaban en un informe reciente que la eléctrica portuguesa posee «márgenes más generosos para la generación hidroeléctrica en el negocio de generación liberalizada ibérica y una postura conservadora sobre la evolución de la demanda de electricidad tanto en el mercado portugués como en el español».
JP Morgan destaca que los activos de generación hidroeléctricos de EDP (que han atraído el interés de Endesa) tiene «márgenes más generosos»
Por el otro lado, las cargas financieras que tiene la compañía, de ahí las desinversiones, siguen penalizando la parte baja de las cuentas. De hecho, el buen rendimiento operativo que tuvo EDP, batió estimaciones en ingresos durante el primer trimestre, se vio eclipsado «por los gastos financieros, debido a los mayores volúmenes de deuda y los mayores costes», explicaron desde la firma de inversión, hasta el punto de que las ganancias fueron inferiores a las previstas por las casas de inversión.
Por último, EDP sigue colapsada por la opa inacabada lanzada por el fondo chino CTG que cada vez tiene menos visos de seguir adelante. Es más, distintos analistas ya descartan que pueda seguir adelante dado el bajo precio que ponen los asiáticos a los activos de la portuguesa. Aunque no está todo cerrado, ya que ambas compañías estarían estudiando llevar a cabo una Joint Venture, cómo se conocen a las asociaciones estratégicas temporales entre distintas empresas, en Brasil. Dicho movimiento, “podría cristalizar cierto valor para la EDP y dar acceso a algunas sinergias” que beneficiarían a la lusa.