jueves, 12 diciembre 2024

El Banco de España pide a la banca reducir los activos problemáticos

Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, considera vital que las entidades financieras acometan una reducción adicional de los volúmenes de activos problemáticos y una racionalización de gastos de explotación para reestablecer cotas más elevadas de rentabilidad. También ha solicitado trabajar en mejorar la reputación y en adaptarse al cambio tecnológico. Otro de los objetivos de Hernández de Cos es que un reforzamiento de su capital para afrontar los retos regulatorios pendientes y mejorar su capacidad de resistencia frente a perturbaciones adversas.

Así lo ha indicado durante la presentación del ‘Informe Anual del Banco de España 2018’, donde ha reconocido que durante el pasado ejercicio prosiguió el reforzamiento de la situación financiera del sistema bancario español, con una «mejora importante» de la calidad de la cartera de activos.

En este sentido, el saneamiento de los balances se apoyó en la expansión cíclica y en las operaciones de transferencia y venta de activos problemáticos que llevó a cabo el sector, lo que redundó en la continuación de la recuperación de la rentabilidad de las entidades financieras.

Sin embargo, considera necesario «seguir abordando los considerables retos a los que todavía se enfrenta el sistema bancario», que en muchos casos son compartidos por otros sistemas bancarios europeos.

El informe anual del Banco de España también destaca que la actividad internacional de los bancos españoles ha seguido contribuyendo a sostener la rentabilidad del sector, aunque no está exenta de riesgos como los relacionados con la incertidumbre política en «ciertas áreas y países como Turquía y Argentina», las tensiones comerciales, el posible endurecimiento de las condiciones de financiación en los mercados financieros internacionales o la volatilidad en los mercados de divisas.

Además, apunta que el riesgo para el negocio en el Reino Unido de las entidades españolas con presencia en dicho país ante un Brexit sin acuerdo es el que se derivaría del posible deterioro de la economía británica, una circunstancia que «podría ser relevante», dado que es el país con mayor presencia exterior del sector bancario español, con casi el 30% de los préstamos en el extranjero.

Por otra parte, la rentabilidad de los recursos propios se sitúa «significativamente por debajo de los niveles precrisis», pese a que ha aumentado en los últimos años y que está algo por encima del promedio de la UEM, y el volumen de activos problemáticos todavía es «relativamente elevado desde una perspectiva histórica».

Por ello, Hernández de Cos ha apuntado a la reducción adicional de los volúmenes de activos problemáticos y la continuación de la racionalización de los gastos de explotación, dos elementos «indispensables para el restablecimiento de cotas más elevadas de rentabilidad, que sigue en niveles reducidos en relación con el coste del capital que deben asumir estas entidades».

REFORZAR CAPITAL PARA CUMPLIR CON LA REGULACIÓN

Asimismo, el gobernador ha indicado que las entidades españolas deben reforzar su capital y los pasivos susceptibles de recapitalización interna para afrontar los retos regulatorios pendientes y mejorar su capacidad de resistencia frente a perturbaciones adversas.

Según resalta el informe, el marco normativo obligará a las entidades a adaptarse a nuevos cambios regulatorios, como requerimientos de capital más sensibles al riesgo, requisitos sobre los coeficientes de apalancamiento y de financiación estable neta y un régimen armonizado aplicable a los instrumentos de deuda no preferente.

Los ratios de capital se han elevado progresivamente durante los últimos años, hasta situarse «claramente por encima de los requisitos regulatorios».

Sin embargo, la ratio media de capital de máxima calidad de las entidades españolas «apenas ha aumentado desde la entrada en vigor de Basilea III en 2014 y se sitúa en valores reducidos en comparación con los demás sistemas bancarios europeos», lo que «subraya la conveniencia de que las entidades refuercen sus niveles de capital, con el fin de mejorar su capacidad de resistencia frente a perturbaciones adversas», señala el supervisor.

En cuanto a liquidez, el sector presenta ratios medias por encima de los requisitos regulatorios introducidos sobre la financiación a corto plazo, mientras que el Banco de España prevé que el desarrollo de la normativa de resolución requerirá mayor esfuerzo de adaptación en la emisión de ciertos instrumentos de financiación.

REPUTACIÓN Y NUEVOS COMPETIDORES

Hernández de Cos también ha incidido durante la presentación del informe en la entrada de nuevos competidores digitales, que hace necesaria la adaptación por parte de las entidades a la nueva estructura sectorial y al nuevo entorno tecnológico, y en la mejora de la reputación del sector, que fue «dañada en algunos aspectos por la crisis» y en la que las entidades deben trabajar.

Respecto a los nuevos operadores, el informe del Banco de España indica que las entidades deberán adaptarse introduciendo cambios que mejoren su eficiencia mediante la incorporación de las oportunidades que ofrecen las innovaciones tecnológicas.

En cuanto a la reputación, afirma que su recuperación es «fundamental» para que los intermediarios bancarios puedan afrontar con éxito este entorno más competitivo, pues lo contrario podría desembocar eventualmente en una menor demanda de servicios hacia este sector.

El informe también explica que, en los próximos años, el sector bancario deberá evaluar y adaptarse a los riesgos que supone el cambio climático para su actividad, como aquellos asociados a los efectos directos del cambio climático y los vinculados al proceso de transición tecnológica y regulatoria hacia una economía más sostenible.

UNIÓN BANCARIA E INSTRUMENTO DE ESTABILIZACIÓN CÍCLICA

A nivel europeo, subraya que la economía europea requiere una «acción decidida» por parte de las autoridades nacionales para aumentar el potencial de crecimiento y reducir vulnerabilidades. Ante una arquitectura institucional y regulatoria de la Unión Económica y Monetaria (UEM) «incompleta», a pesar de las reformas acordadas en los últimos años, insta a culminar su revisión para evitar que la moneda única siga encontrándose expuesta a tensiones en caso de que se materialicen perturbaciones de elevado calibre.

Por ello, aboga por avanzar en la Unión Bancaria, ya que cree que continúa faltando la creación de un sistema común de garantía de depósitos, un pilar «muy importante» para su culminación, así como por dar un nuevo impulso a la integración de los mercados de capitales, dados los «lentos progresos», y por fortalecer la capacidad de aseguramiento mutuo a través de la creación de un instrumento de estabilización cíclica, propuesta que «aún no ha concitado un grado de consenso suficiente».

Fuentes del organismo han subrayado la necesidad de crear mecanismos de compartición y mitigación de riesgos a nivel del área del euro para ayudar a paliar la actual escasez de activos seguros. En cuanto a los eurobonos, fuentes del organismo no ven con malos ojos plantear estructuras de combinación de bonos sin necesidad de contar con un único Tesoro europeo que emita para el conjunto del área del euro, sino formar «cestas» de emisión.


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