Cada día vivimos más. Un aumento en la esperanza de vida que choca con un descenso continuado de las tasas de fertilidad. Como consecuencia de este cambio demográfico, se produce un incremento del ratio de dependencia adulta, que redunda en una reducción importante de la fuerza de trabajo. Según Mapfre, estamos ante una transición demográfica que afectará de manera estructural a la economía de manera global en el medio y largo plazo.
Esta es una de las principales conclusiones del informe ‘Envejecimiento poblacional’ elaborado por la aseguradora y que ofrece un análisis de los efectos macroeconómicos de una pirámide regresiva y su impacto en las áreas de la vida social vinculadas de manera intrínseca a los patrones demográficos (pensiones y salud pública).
España está entre los países en lo que el ratio de dependencia de las personas en edad de trabajar por pensionista sera inferior a 15 en 40 años
Como consecuencia, las economías desarrolladas afrontan décadas de menor consumo por el envejecimiento poblacional. Y la transición demográfica añadirá presión sobre las cuentas públicas para mantener una cobertura sanitaria adecuada.
MAPFRE Y LAS OPORTUNIDADES
“El aumento del porcentaje de personas que alcanzan edades maduras conllevará enormes desafíos en el terreno de la estructuración social y de las instituciones en las que esta se sustenta. No obstante, este patrón emergente ofrecerá también oportunidades para revitalizar la organización económica y social, a partir de una población más longeva la cual puede llegar a constituir —considerando la implementación de las políticas públicas adecuadas— un valioso recurso en el proceso de transformación e innovación que dará forma a la sociedad y economía del futuro”, señala Antonio Huertas, presidente de Mapfre, en el prefacio de la obra.
El crecimiento exponencial de la población jubilada podría estar detrás de tres grandes tendencias actuales: la creciente interdependencia financiera, el estancamiento secular y el aumento de la desigualdad económica. En la actualidad, más del 25% de la población mundial es mayor de 60 años y la edad media se acerca a los 40, lo que explica que la tasa de dependencia madura supere hoy el 50%.
Otro dato interesante del estudio tiene que ver con las tasas de dependencia, un índice demográfico que expresa la proporción existente entre la población dependiente y la activa, de la que depende la primera). Pues bien, según el informe, en la actualidad, por ejemplo, el ratio presenta valores por debajo de cuatro personas en edad de trabajar por cada persona que alcanza la edad de jubilación en Europa, Australia y América del Norte. Si proyectamos esa tasa cuarenta años más adelante, hasta 2019, se queda por debajo de 1,5 personas por cada jubilado.