En España se entierra muy bien», afirmaba Alfredo Pérez Rubalcaba. Esta teoría se ha confirmado tras su muerte. Su despedida con honores ha acabado con una sucesión de elogios entre la clase política, que por unas horas ha aparcado las cuitas diarias de la campaña electoral.
Pedro Sánchez explica en El País que «el socialismo español llora al compañero que fue su secretario general entre 2012 y 2014, pero lo hace junto a España entera, el país moderno, europeo y en paz que él tanto contribuyó a forjar allí desde donde estuvo. Como socialista, siento dolor. Como español, admiración, agradecimiento y orgullo. Descanse en paz».
Más sorprendente ha sido el artículo de Mariano Rajoy, que en El País ha recordado a su adversario: «Discrepamos en casi todo a lo largo de muchos años, y nos atizamos muy duro en el Parlamento y en debates electorales, pero a pesar de nuestras profundas diferencias ideológicas compartimos bastantes experiencias en común: ambos desempeñamos las carteras de Educación, de Presidencia y de Interior. Ambos fuimos también vicepresidentes de Gobierno y portavoces del ejecutivo.
El expresidente dice que Rubalcaba «fue un hombre indispensable para el PSOE en las épocas más duras de su reciente historia y fue un hombre de Estado en los momentos más decisivos que pasó España en los últimos años».
Y explica que «su última e importante aportación a la democracia española fue su contribución al feliz resultado del proceso de abdicación del rey Juan Carlos y la proclamación de don Felipe. Aquellas semanas, casi las últimas de su trayectoria política, pudimos disfrutar del mejor Rubalcaba, inteligente, discreto y prudente, sabedor de la enorme importancia del asunto que estaba en juego y comprometido con su éxito». Aunque no todo han sido aplausos
LOSANTOS ARREMETE CONTRA EL ARTÍCULO DE RAJOY
Federico Jiménez Losantos ha criticado en Libertad Digital que Mariano Rajoy se haya «apresurado a glosar las virtudes del finado Alfredo Pérez Rubalcaba, el que, manipulando la masacre del 11M, convirtió la Jornada de Reflexión del 13M de 2004 en abyecto acto electoral contra el Gobierno Aznar; el que cercó, con la ayuda del imperio Prisa, dentro del que ha muerto como consejero editorial, las sedes del PP; y el que encerró al candidato Rajoy en Génova 13, desde la que pidió gemebundo auxilio ya de noche».
«Nada de eso ha querido recordar Rajoy, y pocos han evocado la frase de Rubalcaba en aquel día infame, que, desmentida como toda afirmación de su autor, podría servirle de epitafio: «España se merece un Gobierno que le mienta». No todos los españoles, pero sí muchos, más que suficientes para merecerlo», señala Losantos.
Afirma el turolense que «conviene recordar brevemente cómo ha perjudicado Rubalcaba a lo largo de su carrera los intereses del Estado y de la Nación. Llegó con un centón de penenes a la cátedra, sin afrontar las oposiciones de la generación anterior, exactamente igual que la LOPJ de 1985 enterró a Montesquieu y con él a los jueces de la meritocracia franquista y ucedista, para sustituirlos por los de carné socialista o comunista».
Arcadi Espada en El Mundo afirma que «nadie al caso negará la sostenida presencia de Rubalcaba en la primera línea de la política española. Nadie puede negar tampoco el carácter ineludiblemente deformador de los perfiles necrológicos. Pero ni siquiera estas evidencias justifican la avasalladora aparición del espectro».
Y se pregunta: «¿Un hombre y un partido de Estado aquellos que en medio de 191 cadáveres destripados a tres días de unas elecciones generales organizaron la famosa noche de los mensajes cortos, a partir del claro clarín que Rubalcaba hizo sonar en plena jornada de reflexión: «Los ciudadanos españoles merecen un gobierno que no les mienta»? ¿Un hombre, un partido de Estado, los que negaron cualquier relación con el Gal y deben aún una explicación completa, radical y autocrítica de la participación de algunos de sus militantes en la infamia?».
RUBALCABA, UN HOMBRE CERCANO AL GRUPO PRISA
Alfredo Pérez Rubalcaba formó parte del Consejo Editorial de El País entre septiembre de 2016 y julio de 2018. No extraño su fichaje por el Grupo PRISA tras su cercanía con los chicos de Jesús de Polanco durante tres décadas.
Recuerden que Rubalcaba fue ministro de Educación, cargo ligado a PRISA bajo los gobiernos de Felipe González por el interés de Santillana en los libros escolares, y que medió en favor de Polanco en plena guerra entre PRISA y La Moncloa por la cercanía de Zapatero a Mediapro.
Rubalcaba heredó un PSOE destrozado por la crisis, logró un resultado decepcionante como candidato en 2011 y ganó el pulso a Carme Chacón en las primarias, en lo que fue una suerte de nueva batalla entre PRISA y Mediapro. El exministro del Interior ganó el epílogo mediático, pero en 2014 tuvo que saltar del tren cuando la irrupción de Podemos volcó el tablero del 78.