Meliá Hotels International ha obtenido un beneficio neto de 11,5 millones de euros en los tres primeros mees del año, casi un 25% menos que en el mismo periodo del 2018. El dato no es preocupante, ya consideran que se debe a la nueva norma contable atribuidas a la sociedad dominante, informó la cadena a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Y sobre todo, a la tardía Semana Santa. En abril se verán los verdaderos resultados.
La cadena mallorquina atribuye este descenso de sus ganancias fundamentalmente al «efecto Pascua» especialmente en el segmento vacacional, y fundamentalmente en Canarias, frente a la tendencia positiva los hoteles urbanos en España, y a algunos impactos coyunturales en América, que explican también el retroceso en su resultado de explotación.
La cifra de negocio alcanzó los 393 millones de euros, un 2% menos con respecto al mismo periodo del ejercicio precedente. El ingreso medio por habitación disponible (RevPAR) cayó un 2,5% atribuible al descenso de la ocupación en el segmento vacacional.
De enero a marzo, el beneficio bruto de explotación (Ebitda) se situó en 93,1 millones de euros, con un descenso del 4,5%, mientras que el resultado neto de explotación (Ebit) fue de 29,8 millones de euros, un 24,2% menos que hace un año.
Los gastos de explotación totales cayeron un 1,1% en el primer trimestre del año por el impacto negativo resultante de la evolución de los tipos de cambio de (+9,6 millones de euros) y unos ahorros de 12,8 millones de euros debido a la caída en los gastos de explotación totales por las menores tasas de ocupación.
ESPERA UN MEJOR SEGUNDO SEMESTRE
La compañía espera recuperar en el segundo trimestre la caída del RevPar observada hasta marzo, gracias al positivo comportamiento durante la Semana Santa y la favorable evolución esperada en sus principales destinos.
El efecto Pascua, que recoge el primer trimestre, se revierte sin embargo en el mes de abril, tras una Semana Santa que finalizó ligeramente por encima del año anterior, a pesar de la desfavorable climatología, apunta.
«El efecto Semana Santa en abril, que dificulta la comparativa con el primer trimestre de 2018, se combina en el periodo con otros factores que afectaron negativamente a algunos de nuestros mercados, como las alertas de viaje hacia destinos de México emitidas en los Estados Unidos, el complejo entorno de Cuba, o la situación de inestabilidad en Venezuela», ha afirmado el vicepresidente y consejero delegado de Meliá, Gabriel Escarrer Jaume.
En concreto, los ingresos de sus hoteles en propiedad y alquiler ascendieron a 122,7 millones de euros, lo que supone un retroceso del 5,2% en comparación con las cuentas del primer trimestre de 2018. Las ventas a través de su canal directo melia.com crecieron un 2,6% de enero a marzo (en España aumentaron un 4,4%).
COMPORTAMIENTO POR MERCADOS
Por mercados, en España la cadena registró una caída del RevPar un 6,7% (-5,8% en base comparable) principalmente como resultado del efecto de Semana Santa, que también influyó en una menor ocupación, del 62,5% (-3,3 puntos porcentuales) y en los precios por habitación (-1,7%).
Por el contrario, los hoteles urbanos se vieron beneficiados por el efecto calendario especialmente en Madrid (+4,5% del RevPar) y en Barcelona, donde se registró un «muy buen comportamiento» en el segmento MICE, con un repunte del 10,2% del RevPar en hoteles urbanos fruto también de la recuperación del turismo de negocios.
Los que más acusaron el efecto calendario, fueron los hoteles situados en el Sur del España, principalmente en los de Málaga y Benidorm, como resultado de la fuerte caída en la demanda individual, donde se salva Sierra Nevada reportando unos números similares a los del año pasado.
En Canarias se notó también la reducción de plazas aéreas disponibles resultante de algunas bancarrotas y cancelaciones de rutas, incluyendo las de Germania o Air Berlin, sumadas al incremento de demanda en destinos alternativos. Adicionalmente, algunos de sus hoteles estuvieron cerrados por reformas.
REAFIRMA SU APUESTA EN CUBA Y ASIA
En el resto de los mercados donde opera destacar la caída del 10,6% del RevPar en Cuba con una ocupación también menor del 64,8% (-5,5 pp) y una caída del 2,9% en los precios. La cadena gestiona 35 hoteles en Cuba (13.425 habitaciones) y tiene proyectados cuatro establecimientos para 2020 (923 habitaciones más).
Meliá no espera cambios significativos en sus operaciones en Cuba, mercado donde es líder, para el segundo trimestre del año, aunque algunos establecimientos se verán afectados por reformas y reposicionamientos destinadas a mejorar sus instalaciones.
Por lo que respecta a Asia, reseñar que el RevPar cayó un 1,1% en el primer trimestre principalmente por la caída de precios, atribuible principalmente a la depreciación sufrida por las monedas locales frente al dólar.
A cierre de marzo, tiene proyectados 65 hoteles (15.000 habitaciones), representando el 18,2% de su cartera, de los cuales el 90% se incorporarán bajo contratos de gestión y franquicias. Durante el trimestre, abrió cuatro hoteles (632 habitaciones) y firmó cuatro proyectos en Costa Rica, Portugal y Emiratos Árabes Unidos.
PERSPECTIVAS 2019
De cara al segundo trimestre, la compañía espera recuperarse de la negativa evolución del RevPar gracias al buen comportamiento registrado en la Semana Santa (abril) en España y en otros destinos, pese a las condiciones climatológicas.
Meliá apunta además que las reservas para la temporada de verano están en línea con las del año pasado, aunque se muestra cauta con la evolución de los hoteles en Canarias, sobre todo de los 5 estrellas, y en determinadas zonas de Baleares.
Para 2019, reitera que su objetivo es un crecimiento del RevPar de dígito bajo. La cadena considera que la prórroga otorgada al Reino Unido en relación al ‘Brexit’ debería beneficiar a las reservas de la temporada de verano.
A 31 de marzo, la deuda neta del grupo aumentó en 50,8 millones de euros en el primer trimestre del año considerando el impacto contable de la normativa NIFF 16, hasta alcanzar los 1.894,6 millones de euros, en comparación con diciembre de 2018. Con todo, mantiene su compromiso de cerrar 2019 con una ratio de deuda neta/Ebitda por debajo de las dos veces