Las previsiones de Dia no son nada positivas. La empresa prevé obtener unas pérdidas netas de entre 140 y 150 millones de euros en el primer trimestre del año, frente al resultado negativo de 16,3 millones de euros que ha recalculado para el mismo periodo del pasado año, según las estimaciones publicadas este viernes por la compañía con carácter previo a la publicación de sus resultados del primer trimestre el próximo 14 de mayo.
El grupo espera unas ventas netas de entre 1.615 y 1.715 millones de euros en el primer trimestre, por debajo de los casi 1.793 millones de euros del mismo periodo de 2018, y un resultado neto operativo (Ebit) negativo de entre 115 y 125 millones de euros, frente a los -6,1 millones de euros del periodo enero-marzo del año pasado.
Dia subraya que la evolución de sus ventas comparables en el primer trimestre, tanto mes a mes como para el periodo completo, «muestra y confirma la tendencia negativa y el progresivo deterioro» que ya anticipó en el informe preceptivo del consejo de administración en el que expresó su opinión favorable a la OPA de LetterOne, sociedad controlada por el inversor ruso Mikhail Fridman y propietaria del 29% de la cadena de supermercados.
Así, de acuerdo con las estimaciones de la compañía, las ventas comparables retrocedieron un 4,3% en el primer trimestre, con descensos del 1,6% en enero, del 3,2% en febrero y del 7,9% en marzo. Dia atribuye esta tendencia a la baja «al impacto negativo» que ha tenido en sus proveedores la incertidumbre sobre su situación financiera.
La cadena señala que su deuda financiera neta se situó a cierre de marzo en aproximadamente 1.702 millones de euros, con un incremento de 250,4 millones sobre la cifra de finales de 2018.
Aplaza el pago de deuda
Por otro lado, la compañía ha firmado con sus acreedores financieros una novación modificativa de sus actuales líneas de financiación sindicadas por importe de hasta 912,1 millones de euros para extender el plazo hasta el 31 de mayo de 2019 y acordar y promover una ampliación de capital social o cualquier otro instrumento equiparable al capital social en términos satisfactorios para los acreedores financieros.