Los bonos emergentes pueden dar continuidad a su buen comportamiento

Los bancos centrales volvieron a ser protagonistas durante el trimestre que acaba de terminar. Un movimiento generalizado hacia posturas más expansivas, con la Reserva Federal a la cabeza, dio apoyo a la tolerancia al riesgo y tiró al alza de todas las clases de activos, invirtiendo así las pobres rentabilidades registradas en 2018.

En términos generales, los activos de riesgo hicieron caso omiso de la creciente preocupación en torno a una desaceleración mundial más severa; así, el S&P registró su mejor trimestre desde 2009 y el petróleo WTI se anotó el mejor trimestre de su historia.

Si nos centramos en la renta fija, la deuda pública continuó con la racha alcista que arrancó a finales de 2018. En cuanto al cuarto trimestre del año pasado, tres fueron los factores principales que explican el rechazo al riesgo y la recuperación de la deuda pública: los precios del petróleo, la vivienda estadounidense y las expectativas de inflación.

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Estos tres factores, comenta Andrea Iannelli, Director de Inversiones en renta fija de Fidelity, comenzaron a deteriorarse en el último tramo de 2018, lo que “perjudicó la tolerancia al riesgo, endureció las condiciones financieras y, en última instancia, llevó al mercado a revisar las expectativas en torno a la Fed y los tipos de interés”.

Sin embargo, en lo que llevamos de año los datos “apuntan a un rebote en las tres áreas”, repasa el analista. La mejoría de los PMI chinos también ha dado un empujón a los activos de riesgo en fechas más recientes, aunque se ha de confirmar con los datos que se publiquen próximamente.

En esta línea, después de un complejo 2018, en el que el mercado de deuda emergente registró retornos negativos, 2019 ha empezado con una atractiva recuperación. En el caso concreto de los mercados de deuda emergente soberana, las pérdidas registradas en 2018 se recuperaron en enero y, la mayoría de las clases de activo de renta fija emergente se han mantenido o han subido desde entonces.

VIENTOS DE COLA PARA LA DEUDA DE LOS EMERGENTES

La pregunta a contestar es qué es lo que viene a continuación. Según Adam McCabe, Head of Asian Fixed Income de Aberdeen Standard Investments, dado que de los mercados de deuda emergente no suelen estar libre de sobresaltos a corto plazo, el primer y principal catalizador para la mejora de la percepción ha sido “el inesperado cambio en la política monetaria de EE.UU”.

Tras cuatro subidas de tipos de interés en 2018, se esperaba que este año continuara la normalización monetaria. No obstante, a principios de año, la FED viró hacia una postura mucho más acomodaticia.

¿En qué se ha traducido esto? En que el mercado rápidamente descarte nuevas subidas de tipos en 2019. Como tal, añade McCabe, esto implica “unas perspectivas mucho más benignas para la liquidez a nivel global, con una menor presión al alza en los yields de los bonos americanos y en el dólar”.

Inmediatamente después, esto ha reducido la presión para que los mercados emergentes eleven sus tipos de interés domésticos. Por el contrario, en un contexto de baja inflación, algunos mercados emergentes podrían pronto estar en disposición de recortar tipos.

“Incluso aunque no se ha llegado a un acuerdo que acapare titulares, pensamos que la probabilidad de una escalada en la guerra comercial entre ambos países es cada vez menor», destaca el experto.

En segundo lugar, el otro obstáculo al que se enfrentaron los mercados emergentes, especialmente durante la segunda mitad de 2018, fue la escalada de la tensión entre China y EEUU. Siguiendo este esquema, la situación ha mejorado notablemente gracias a que las dos partes llegaron a “una tregua” en diciembre de 2018 y tienen la voluntad de continuar las negociaciones para firmar un acuerdo comercial más sostenible.

Tanto es así que incluso aunque no se ha llegado a un acuerdo que acapare titulares, el experto de Aberdeen SI cree que la probabilidad de una escalada en la guerra comercial entre ambos países es “cada vez menor”. ¿A qué responde esto? Principalmente a que Estados Unidos debería extender sus aranceles a las exportaciones de bienes tecnológicos chinos (ICT).

Sin embargo, esto sería mucho más perjudicial para la propia industria tecnológica de EEUU, e impactaría negativamente, tal y como describe McCabe, “en las grandes empresas norteamericanas como Apple, cuyo CEO ha alertado sobre el impacto similar de un “impuesto sobre los consumidores americanos”.

En tercer lugar, la diferencia de crecimiento entre los mercados emergentes y los mercados desarrollados se ha ido reduciendo en la etapa post crisis. En concreto, este crecimiento más lento en las grandes economías como China, Brasil y Rusia, se ha producido al mismo tiempo que la economía estadounidense ha mostrado cierta resilencia.

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Con todo, McCabe señala que si hacemos caso a las expectativas de consenso que apuntan a un crecimiento más lento de EEUU más que a un crecimiento rápido de los mercados emergentes, “veremos que la prima de crecimiento de los mercados emergentes está regresando”.

En el supuesto de que la situación se mantenga, esto debería llevar a que veamos mayores flujos de capital saliendo de los mercados desarrollados y entrando en los emergentes. Igualmente, como se ha apuntado anteriormente, los periodos con diferenciales de crecimiento favorables para los mercados emergentes han tendido a ser positivos para las divisas emergentes.

LA ACTUALIDAD INVITA A INVERTIR

En resumidas cuentas, incluso después del fuerte rebote experimentado, desde la gestora siguen siendo “razonablemente optimistas” con sus perspectivas para los mercados de renta fija emergente para el resto del año. Esto refleja la importante mejora en dos de los principales obstáculos de 2018: las relaciones comerciales entre EEUU y China y el contexto global de liquidez/monetario en los mercados.

También, las razones para invertir en renta fija emergente se ven reforzadas por la mejora en el diferencial de crecimiento, que “debería favorecer tanto los flujos a mercados emergentes como a sus divisas”. Junto con otros de los principales atractivos a largo plazo de los mercados emergentes, que incluyen los beneficios de potencial diversificación y unas tasas de impago históricamente más reducidas, “pensamos que todavía existe un amplio margen para que el buen comienzo de 2019 se mantenga en el tiempo”.