Llegan elecciones: confetis, niños aupados por los candidatos, música mitinera, aluvión de propaganda y líderes políticos haciendo el ganso en los saraos televisivos. Pablo Motos se felicitó la semana pasada por las buenas audiencias de Iglesias, Rivera y Casado. Pedro Sánchez y Santiago Abascal no han querido divertirse con las hormigas para enfado del comunicador.
A Bertín Osborne le han dado calabazas el presidente del Gobierno y el líder de Podemos. Contaba el viernes Dani Carande en Es Radio que el presentador de ‘Mi casa es la tuya’ no quería hacer un especial electoral, pero que Paolo Vasile se lo impuso.
En Mediaset quieren recobrar el nervio informativo tras el cierre de ‘Noticias Cuatro’. Pero la actualidad se filtra desde la particular mirada de Piqueras, los chicos de ‘Cuatro al día’ (que se han anotado un tanto con la eutanasia), los niños relamidos de Ana Rosa y Bertín, campechanía en estado puro y algo de cotilleo sobre Malú para hartazgo de Rivera, que afirmó que en Telecinco «se habla de otra cosa».
Las radios también reciben a los líderes en busca de votos. Aunque no siempre acaban bien. El pasado viernes Pepa Bueno tuvo que pedir que les quitaran el micrófono a los responsables económicos de los cuatro principales partidos del Congreso. Daniel Lacalle, con su vehemencia habitual, se había enzarzado con el socialista Pedro Saura. Y el debate acabó con bochorno.
BERTÍN LIDERA
‘Mi casa es la tuya’ lideró con un estupendo 15,1% de share gracias a la visita de los tres líderes del centro-derecha. Explica Ferrán Monegal en El Periódico que «estaba molesto Bertín Osborne porque ni Pablo Iglesias ni Pedro Sánchez han aceptado visitar su mansión ajardinada (Mi casa es la tuya, T-5). No debería enfadarse. Debería estar contento».
Y añade: «El tripartito que conforman Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal, sí acudieron, y viéndoles por aquel hermoso césped, desparramados, se ha conseguido una sinfonía derechista muy conjuntada. ¡Ah! ¡Qué maravilla! Escuchando los solos de voz que iban cantando, por separado, resulta que no desentonaban ni un compás».
Borja Terán en La Información dice que el interés residía en la presencia de Abascal, alérgico a los platós en modelo Trump: «Calculadamente, no se prodiga nada en medios de comunicación. Menos aún concede entrevistas a periodistas en televisión. Y pinta que sólo piensa conversar en prime time con Bertín«.
Y sigue: «Perfecto para seguir amplificando su mensaje sin ningún tipo de obstáculo y con un envoltorio redondo, aderezado de entrañables fotos cotidianas que van desde su niñez y que rematan la imagen más querible del personaje. Propaganda que magnifica su perfil de gerifalte«.
Gabriel Rufián, eterna sed de bronca, ponía el dedo en la llaga: «En los 80 las entrevistas políticas las hacía José Luís Balbín en ‘La Clave’ de TVE. En los 90 Manuel Campo Vidal en los Debates de Antena 3. Y ahora Bertín Osborne en ‘Mi Casa es la tuya’ de Telecinco. Yo creo por aquí se explican muchas cosas«.
SIN DEBATES NO HAY PARAÍSO
Hasta cinco propuestas están encima de la mesa de los principales partidos políticos. Pero Pedro Sánchez no deshoja la margarita y todavía no ha confirmado si participará en alguno de ellos. Es curioso que el PSOE, que siempre ha pedido debates televisivos, ahora tenga tanta pereza. Las encuestas, suponemos.
El candidato que más se presta a la televisión es Pablo Casado, que entiende que acudir a los medios es un saludable ejercicio. O que no le cuadran las encuestas. El pasado sábado acudió a ‘La Sexta Noche’ y se recibió una pregunta muy incómoda.
Julia Otero no se cortó y le recordó la exclusiva de Moncloa.com: «Yo quería preguntarle sobre la policía política mal llamada ‘policía patriótica’, porque no hay nada menos patriótico que usar la policía que pagamos entre todos para espiar y para destruir, o intentarlo, a un adversario político. Quería preguntarle, usted que tiene la carrera de Derecho… ¿Con qué tipo penal identificaría un delito que a mí me parece gravísimo?».
Y añadía: «Yo creo que es lo más grave a lo que hemos asistido en los últimos tiempos. Desde mi punto de vista, muchísimo más grave por ejemplo que que ustedes hayan financiado con dinero negro la rehabilitación de su sede o que un buen puñado de personas relevantes de su partido tengan cuentas millonarias en Suiza».
La locutora afirma que «es muy grave, así lo han considerado todos los líderes políticos, y como le veo a usted escaparse de ese asunto, porque francamente huele mal y es muy feo, me gustaría escuchar una valoración de esa existencia de esa policía política y sobre todo qué tipo penal cree usted que se le puede aplicar a algo tan radicalmente grave para los cimientos de nuestra democracia«.
El candidato popular contestó a su manera: «Ya lo he contestado previamente. Simplemente una aclaración, el único partido condenado en firme por financiación ilegal es el PSOE». Es decir, nada de nada.
Iñaki Gabilondo sí que se ha mojado: «Hemos perdido el sentido común democrático si permitimos que un escándalo de la gravedad del espionaje a Pablo Iglesias, con elaboración de pruebas falsas incluido, se pueda diluir como una noticia más».
Y añadía: «No se me ocurre nada que pueda resultar más disolvente para la dignidad de un Estado de derecho que la existencia de una mafia policial encargada de destruir a partidos políticos. Todos unidos porque aquí sólo hay un bando y Pablo Iglesias es de los nuestros».