Los seguros agrarios garantizan cobertura ante los numerosos riesgos que puedan afectar a las explotaciones agrícolas, ganaderas o forestales. Surgen a raíz de la necesidad financiera de los agricultores y ganaderos que sufren pérdidas en sus explotaciones.
Debido a la sequía que enfrenta España en la actualidad y las pérdidas de las cosechas, estas pólizas se antojan indispensables para los trabajadores del sector. El mayor riesgo al que se enfrentan en este sector es el clima, inevitable e impredecible, lo que precisamente vuelve indispensable la existencia de estos seguros.
No obstante, y según el presidente de la Unión de Agricultores, Ganaderos y Silvicultores de la Comunidad de Madrid (Ugama), Alfredo Berrocal, “estos seguros no están al alcance de todos los agricultores. Muchos de ellos tienen únicamente media explotación asegurada debido al alto precio de la póliza”.
En esta línea, el presidente de Ugama señala que “hace falta un convenio agroseguro en la Comunidad de Madrid”. Después de dos meses consecutivos sin precipitaciones y con elevadas temperaturas, la sequía amenaza a España con “graves peligros” para la agricultura y la ganadería. E incluso si lloviera en los próximos días, “ya se puede dar todo por perdido”, señala Berrocal. Hecho que eleva aún más la importancia de estas coberturas.
«GARANTÍA DE RENTABILIDAD»
Aunque “aún es pronto para hacer una valoración económica de los daños”, según apuntan desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), «es evidente que pueden ser irreparables y causar verdaderos estragos en la rentabilidad de las explotaciones de los ganaderos y agricultores».
La contratación de la póliza es voluntaria, por que la decisión de comprar la póliza recae en el agricultor o ganadero. Para ellos, disponer de una cobertura de estas condiciones es importante por varias razones: proporciona, entre otras cosas, la oportunidad de recibir una compensación por el daño económico sufrido o reservar su nivel de rentas y la continuidad de la explotación.
Por ello, asociaciones como Ugama o UPA piden al Gobierno que se reduzca el precio de estos seguros (que varía en función del tipo de cobertura) y que se firmen más convenios, “porque si la rentabilidad de la explotación es muchas veces escasa, con el pago de estos seguros disminuiría”.
Por ejemplo, UPA Andalucía lleva denunciando durante semanas la “situación fatídica” que está viviendo en la actualidad el sector de los cítricos. Las asociaciones de ganaderos y agricultores del sector declaran a los medios que «no están dispuestos a soportar durante más tiempo la crisis de la campaña, que se ha agravado con el aumento de los seguros«. De hecho, van a solicitar la intervención del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para que los citricultores puedan contratar el seguro de cítricos al mismo precio que el año pasado.
REDUCCIÓN DE PRECIOS Y AUMENTO AYUDAS PÚBLICAS
En la Comunidad de Madrid la situación no mucho mejor. «Contar con uno de estos seguros es importante porque es una garantía. Los agricultores viven de sus explotaciones y tienen que comer todos los días, como todo el mundo. La mala climatología (como la sequía actual) afecta directamente a las explotaciones y varía su rentabilidad. El tiempo es impredecible, contar con una póliza es muy importante «, explican a MERCA2 desde Ugama.
En España, un acuerdo entre partidos políticos, organizaciones agrarias y compañías aseguradoras dio origen a la ley vigente sobre seguros agrarios (1978). Esta legislación estableció un sistema que se basa en la colaboración de entidades públicas y privadas. Se trata de un seguro subvencionado por la Administración General del Estado a través de la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (Enesa) y también por las Comunidades Autónomas que lo deseen.
