Letizia no puede renunciar a sus raíces. Es consciente de dónde viene, y nosotros también. No ha trazado, en ningún caso, la línea definitiva entre el pueblo y la monarquía. «La reina soy yo», apuntan algunas voces en falso como autora de la frase a la esposa del Rey Felipe. Nada más lejos de la realidad.
Letizia, con el tiempo, ha asumido su papel. La prometida del príncipe heredero, la princesa de Asturias y en estos días, la reina de España. No solo la consorte, sino la madre de la futura Reina titular: Leonor de Borbón y Ortiz. Pero, ¿qué acciones acercan a Letizia al pueblo y la alejan de los lujos de Palacio?
Letizia se hace selfies
La visita de S.M. los Reyes de España, Felipe IV y Letizia Ortiz, a las instalaciones de Mediaset España por el 25 aniversario de Telecinco dejó momentos para el recuerdo. La reina Letizia se mostró cercana y natural con los que podrían haber sido sus compañeros. Periodistas, comunicadores audiovisuales, gráficos, técnicos, y un montón de presentadores estrella de la cadena se acercaron a saludar con ilusión a los casi estrenados Reyes de España.
Doña Letizia no le tiene miedo a la cámara, todo lo contrario. Tampoco le importa que la toquen por mucho que el protocolo de seguridad y la escolta arrebaten las manos de los curiosos que palpan el fibrado cuerpo de la Reina. En la imagen podemos ver, cómo Jorge Javier Vázquez, tras pedirle un selfie, Letizia accede, y con total tranquilidad sonríe y posa: «Con mi nueva mejor amiga, Letizia. Gracias, Reina», escribió el presentador de ‘Sálvame’ en sus redes sociales.
Letizia, natural y cariñosa con el Rey
El pasado 19 de junio de 2014, don Felipe de Borbón se proclamaba Rey de España ante la precisa mirada de sus dos hijas, Leonor y Sofía, y por supuesto de su esposa, Letizia Ortiz. En aquella ocasión, la ya Consorte de España seleccionó un modelo de Varela, para no varias, en blanco roto con cristales en degradé de blanco a rubí.
Lejos de mostrarse como una mujer ortodoxa, encorsetada y regida por los supraprotocolos, Letizia fue natural, acarició y besó la mejilla de su marido, se mostró risueña y cuidadosa con sus hijas y volvió a demostrar que la exigencia y la perfección (pese a que es su cometido) puede quedar, a veces, y solo a veces, en un segundo plano.
Letizia representa pero también es madre
Desde luego no habrá gesto más sincero que el de una madre a una hija. Puede que ella sea plebeya, se haya criado en el anonimato y su sangre sea de cualquier color menos azul. Puede, incluso, que sea la madre de la futura reina de España. La princesa de Asturias, Leonor de Borbón, a la que hace escasos días impusieron el Toisón de Oro que valida la perpetuidad de la Corona.
Pero lejos de haber sido esposa del Rey, madre de una infanta de España y la de princesa de Asturias, Letizia es, madre, a secas. La protección de sus hijas está por encima de todo. Las cuida, las mima, las instruye y las educa de la mejor manera posible. Las aleja, además, de todo lo que ella considera un peligro, y las acerca a su mejor versión de futuro: idiomas, cine, música e interpretación, uno aspecto, este último, que pudimos observar en el vídeo que Casa Real nos brindó por el 50 aniversario del Rey Felipe.
Letizia es un libro abierto
Por suerte o para su desgracia, Letizia no goza al 100% del hieratismo propio de quien nace en Casa Real y a quienes desde pequeños instruyen y controlan sus sentimientos. En la última aparición de la princesa de Asturias, la pequeña Leonor apenas gesticulaba ante las emotivas palabras de un padre entregando a su hija el futura de la Corona de España.
Letizia, por el contrario, es un libro abierto. Intenta controlar sus gestos y movimientos pero al final se le termina notando todo en la cara. No es más que un reflejo de la naturalidad de una persona que vive con la contención y el peso de la Corona de un país como España. Aún está pagando la factura de aquel espontáneo, jocoso y justo «¡déjame terminar!». ¿Hasta cuándo?
Letizia baila como una más
Si a la pluma de Jaime Peñafiel le sumamos que la vía de escape y publicación que tiene no es otra que (valga la redundancia) ‘La Otra Crónica’ de ‘El Mundo’’ un medio de comunicación que hizo cruz y raya a la Reina desde que se descubriese que ella los llamaba “merde” (=mierda, en francés), el cóctel Molotov ya está servido.
Así arrancaba el misil del veterano periodista con el gesto más natural de la Reina de España: “Ya vuelve Letizia por donde solía… ‘¿Quién es?’, se preguntaban los asistentes a la cena oficial de la Cumbre Mundial de Líderes Contra el Cáncer 2017, celebrada en el Club de Banqueros en la Ciudad de México. Por supuesto, la consorte del Rey, o la Reina consorte, of course. Aunque no lo pareciera o no se comportara como tal, marcándose unos pasos de baile, pero que muy chulos, con el cantante rapero del grupo The Black Eyed Peas, el solista Taboo, que la había tomado por el hombro desnudo en la misma mesa presidencial». ¿De verdad hubo tanto de malo en un paso de baile que duró cero coma dos segundos? Si quieren ver la exageración de los medios y el no-baile de Letizia que la acercó al pueblo, pulse aquí.