Fue a las puertas de la crisis. Allá por 2008, Mercadona tenía la sartén por el mango respecto a los llamados interproveedores. ¿Lo tomas o lo dejas? Mano de hierro. Ese era su particular modus operandi. Y a Dulcesol le propuso ser el fabricante exclusivo de la sección de bollería. Quien más, quien menos, podría pensar que esa propuesta sería un manjar al que difícilmente uno podría resistirse. Sobre todo porque la caída de la economía española comenzaba a hacerse visible.
Sin embargo, Dulcesol le dio calabazas a Juan Roig a pesar de que por aquel entonces las ventas en Mercadona representaban la mitad de su facturación. Dicho de otra manera, no quiso poner los huevos en la misma cesta. Apostó por la diversificación. Sí, el ‘bocado’ que le ofrecía Mercadona era de lo más apetecible. Pero, ¿duraría el matrimonio para siempre? El cambio reciente de estrategia de Juan Roig, ‘divorciándose’ de enseñas que le han acompañado desde sus inicios, no han hecho sino dar la razón a Dulcesol cuyos números no paran de crecer.
La facturación exterior de Dulcesol ha aumentado hasta los 57,4 millones de euros y representa más del 17% del total
Así, durante 2018, sus ventas alcanzaron los 335 millones de euros, un aumento del 3% en relación a la cifra del año anterior. Hablamos de una producción de 150.400 toneladas. Los pilares de esta expansión son dos: uno, la ya citada diversificación; y, dos, la internacionalización. “El año pasado la facturación procedente del exterior ha aumentado hasta los 57,4 millones de euros, representando ya más del 17% de la cifra total”, reconoce Rafael Juan, su consejero delegado.
Respecto a la diversificación, su última apuesta son los alimentos con certificación ecológica, cuya progresión en ventas ha sido del 147% durante el último año. España y Europa han sido los dos impulsores de este crecimiento. Presente en más de 50 países, quienes más les hincan el diente a sus productos son, por este orden, Argelia, Portugal, Francia, Italia, Reino Unido, Marruecos, Países Bajos, Rusia, Alemania y Estados Unidos.
DULCESOL SE ANTICIPÓ A LA JUGADA DE MERCADONA
El despegue de Dulcesol no hubiese sido posible, además de por el hecho de haber dicho goodbye a Mercadona, sin una clara política de inversión. ¿En euros? Cerca de 190 millones durante el último lustro repartidos en nuevas y mejores instalaciones, maquinaria de última generación, y desarrollo de producto. Sólo durante 2018, las inversiones fueron de 49,3 millones de euros, un 76% más que en 2017.
Así, por ejemplo, se puso en marcha una tercera línea de producción en su planta de Argelia (tiene otras dos plantas en Gandía y Villalonga, ambas en la Comunidad Valenciana, además de una granja productora de huevos y una planta de impresión de bobinas y bolsas para envasado). También desarrolló proyectos de I+D y productos con mejor perfil nutricional así como nuevos segmentos. Durante el último trienio, su portfolio se ha incrementado más de un 32%.
Quizás Dulcesol, cuando le dijo que nones a Mercadona hace ya una década, no preveía un futuro como el que ha acabado dibujando la enseña de Juan Roig, abriendo el abanico de proveedores, y quitándoles la exclusividad a quienes han estado remando a la par durante los últimos años.
En la mente de los directivos de Dulcesol, por aquel entonces, lo que prevalecía era mantener con vida una compañía con una historia de seis décadas a sus espaldas. Para lograrlo había que diversificar. ¿O quizás si intuían el cambio de carril que podría llevar a cabo Juan Roig? En ese caso, fueron unos adelantados a lo que hoy sucede en Mercadona.