Tras la confirmación del inicio de las conversaciones formales entre Deutsche Bank y Commerzbank para su fusión, en una las consecuencias en caso de llegar a buen puerto la operación que uniría los dos mayores bancos alemanes serán los posibles efectos de sus negocios en España.
Ambas entidades tienen una histórica presencia en España, aunque en diferentes magnitudes. Deutsche Bank lleva más de 130 años en nuestro país, trabajan en la filial española en torno a 2.400 empleados y acumula más de 650.000 clientes. Cuenta con tres líneas de negocio: banca corporativa y de inversión, gestión de activos y banca particulares y empresas. Por su parte, Commerzbank empezó su actividad en España en 1953 con una oficina de representación. En 1980 se inauguró la sucursal en Madrid y un año después la de Barcelona. Ofrece extensos servicios tanto a empresas alemanas con presencia en España, como a compañías españolas e internacionales con actividades en Alemania.
El experto de Analistas Financieros Internacionales (AFI), Fernando Rojas, ha considerado que “como no hay convergencia ni sinergias, no creo que haya ninguna repercusión en el negocio español” de las entidades alemanes. En España, Deutsche Bank “tiene un negocio más o menos rentable y quieren disfrutarlo”, ha explicado. De hecho, el director general de la división de banca minorista de Deutsche Bank España, Fernando Sousa, expresó a principios de este mes su deseo de alcanzar los 900.000 clientes en 2023.
DEUTSCHE BANK Y COMMERZBANK
Los rumores de fusión circulaban por despachos y redacciones desde hace meses y el pasado domingo llegó la confirmación a través de sendos comunicados enviados por Deutsche Bank y Commerzbank. “La banca alemana si miras los datos comparados a nivel de países se observa que es la peor en eficiencia y rentabilidad; la fusión va en línea de mejorar ambos aspectos que no tiene ahora mismo”, ha ensalzado el experto de Afi.
No obstante, el CEO de Deutsche Bank, Christian Sewing advirtió que “no hay certeza de que se materializará cualquier transacción”. “La experiencia ha demostrado que puede haber muchos factores económicos y técnicos potenciales que podrían obstaculizar o impedir este paso”, ahondó.
“A la luz de las oportunidades que surgen, el consejo de administración de Deutsche Bank ha decidido revisar las opciones estratégicas”, anunció Deutsche en un comunicado. Christian Sewing contó a los empleados a través de una carta que “nuestro objetivo declarado sigue siendo ser un banco global con un sólido negocio de mercados de capitales, basado en una posición líder en nuestro mercado interno en Alemania y en Europa, y con una red global”. Por ello, confirmó que “solo buscaremos opciones que tengan sentido económico, sobre la base del progreso que hicimos en 2018”.
Mientras tanto, Sewing solicitó a los empleados que “se centren en su negocio diario y que estén allí para nuestros clientes; cuentan con nosotros y su confianza es nuestro bien más preciado”. “No hay mejor manera de que obtengamos un reconocimiento positivo que brindando un gran servicio a nuestros clientes”, concluyó.
Este mensaje contrasta con la estimación de Bloomberg, según la cual hasta 30.000 puestos de trabajo podrían estar en riesgo si se llegara a un acuerdo. Cuando los bancos participaron por última vez en conversaciones informales de fusión hace casi tres años, sus planes preveían la eliminación de entre 20.000 y 30.000 empleos. Es probable que en esta ocasión se necesitasen recortes de una magnitud similar, según han señalado las fuentes consultadas por Bloomberg.
Si bien las consecuencias de la fusión en España serían mínimas, en el ámbito europeo los números cambian mucho. Nacería una entidad con 1,8 billones de euros en activos, la tercera mayor entidad de Europa por volumen, depósitos por valor próximo a los 840.000 millones y unos 140.000 empleados. Por hacer una comparativa con algo conocido, 400.000 millones más grande que Santander. No obstante, ha recordado Fernando Rojas, “la suma de las capitalizaciones bursátiles de los dos bancos es la mitad de Santander”.
Tal y como ha recogido IG, “algunas voces apuntan ya a que si ambas entidades se fusionan el resultado podría ser potencialmente más peligroso para la economía germana y europea al convertirse en una entidad demasiado grande como para dejarla caer en caso de que afrontase problemas de viabilidad (‘too big to fail’), al tiempo que sería demasiado grande como para ser rescatada, dada la cuantía que sería necesaria para acometer una operación de tal magnitud (‘too big to bail’)”.
De momento, ambas entidades han registrado fuertes subidas en bolsa. La cotización de Commerzbank se disparó casi un 6% en la apertura de las bolsas europeas, mientras que los títulos de Deutsche Bank vivieron un ascenso superior al 4%.