domingo, 15 diciembre 2024

Orange refuerza su estructura financiera de cara a futuros movimientos

Orange prosigue reforzando su estructura financiera de cara a posibles movimientos en un futuro reciente después de cerrar el 2018 con el segundo mayor volumen de efectivo en balance en su historia. Además, las estimaciones de la mejora de su negocio para este año situarían el apalancamiento de la compañía en su nivel más bajo en 14 años, lo que da pie a que los expertos ya hagan sus quinielas sobre las adquisiciones que podría llevar a cabo la teleco francesa.

La mejora continuada de la estructura de deuda que mantiene la operadora naranja se consolida gracias a dos pilares, que también serán claves también en este año. Por un lado, Orange debería beneficiarse de un flujo de caja positivo en este 2019 que le permitiría rebajar su deuda neta al acumular efectivo. Por otro lado, la buena evolución del ebitda en 2018, que estuvo por encima de la estimación de los analistas, le ayudará a compensar las dificultades que le prevén los expertos para este año.

La caída del apalancamiento de la compañía en los últimos años tiene como objetivo último el de otorgar margen de movimiento inorgánico, adquisiciones o fusiones, sin comprometer su actual rating de inversión. De hecho, desde Bloomberg señala que «la fuerte mejora del ebitda refuerza la confianza en nuestra previsión de que la compañía puede mantener e incluso aumentar la flexibilidad dentro de su calificación BBB+». En concreto, la mejora vino en especial de su negocio core, el de telecomunicaciones, ya que el beneficio bruto de explotación de dicha división creció un 3,4%.

Orange cerraría el 2019 con su menor apalancamiento prácticamente en 14 años

Pese a que la ratio de deuda neta sobre ebitda empeoró ligeramente en 2018, al pasar de 1,87 a 1,94 veces, los analistas esperan que este año caiga en torno a las 1,8 veces. De hecho, el peor resultado el año pasado se debió principalmente a una mayor carga fiscal y un pago por un litigio con Digicel. El resultado de lo anterior llevaría a que Orange cerraría el 2019 con su menor apalancamiento prácticamente en 14 años, aunque con un resultado muy similar a la de 2016.

En concreto, la mejora de la deuda en los últimos años ha estado centrado en la acumulación de efectivo que ha llevado a cabo la compañía. Así, los 11.457 millones en forma de efectivo y equivalentes con los que cerró en 2018 es la segunda cifra más alta en las últimas dos décadas, solo por detrás (en apenas 300 millones) de la que mantuvo en 2017 y que es por ejemplo un 40% más alto que en 2016 y prácticamente el doble que en 2015.

La fuerte caída de la ratio de apalancamiento de cara a 2019, cerca de 28,6% en los últimos cinco años, abre la puerta a que los analistas hagan todo tipo de hipótesis. La más evidente y redundante es la del posible interés de Orange por Euskaltel a partir del segundo semestre de este año, una vez se hayan despejado las incógnitas de la próxima subasta de espectro 5G que se llevara a cabo a mediados de año.

También desde Bloomberg señalan otros movimientos más modestos «ya sea expandir las operaciones que desarrolla la teleco en África o tomar una parte más pequeña en la consolidación nacional». Aunque la última está más limitada debido a que cada una de las adquisiciones que ha querido desarrollar en Francia se lo han parado las autoridades regulatorias del país.


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