Existen una serie de reglas compositivas, estructurales y estéticas que ayudan a que nos sintamos en sintonía con el espacio, que nos transmiten armonía y que, consecuentemente, mejoran la energía de cada lugar, considerando tanto el uso como la finalidad de la misma, y sin renunciar por ello a que refleje la personalidad y gustos de quien lo ocupa.
Una filosofía para inspirarte
Cuando nos lanzamos a realizar una reforma en la casa o a rehabilitar nuestra vivienda, la única finalidad no debería ser renovar el estado actual en que se encuentran los revestimientos o la estructura del inmueble. Esta es además una oportunidad única para rediseñar el espacio conforme las nuevas necesidades de la familia o la utilidad que se le quiera dar; para crear un hogar que responda a los objetivos, gustos y hábitos de sus habitantes, y para sacarle todo el partido posible a aspectos como la localización del apartamento, las vistas o la luz natural.
Ver las cosas desde esta perspectiva y con esta intención no significa necesariamente que el valor de la construcción o la reforma va a ser más elevado, sino que todo será pensado desde un principio para responder a estos principios. La principal diferencia en términos de precio puede notarse a la hora de escoger los materiales, aunque considerando los beneficios a largo plazo, la diferencia de valor será una inversión justificada que verá sus frutos a corto y medio plazo.
Existen una serie de reglas compositivas, estructurales y estéticas que ayudan a que nos sintamos en sintonía con el espacio, que nos transmiten armonía y que, consecuentemente, mejoran la energía de cada lugar, considerando tanto el uso como la finalidad de la misma, y sin renunciar por ello a que refleje la personalidad y gustos de quien lo ocupa.
De origen taoísta, el feng-shui es un sistema filosófico chino milenario basado en una organización del espacio armoniosa y consciente, con el objetivo de propiciar la influencia positiva de la estancia en cuestión en quien la ocupe. Para ello se ha de tener en cuenta la ubicación, disposición y forma del espacio, considerar cuidadosamente la orientación hacia los puntos cardinales, ya que de cada punto cardinal emana una energía diferente, y pensar en los cambios temporales previstos.
Existen en la actualidad escuelas de feng-shui que estudian la estructura de todo tipo de edificios, desde viviendas a oficinas o espacios públicos, así como estancias más concretas, como baños, cocinas, habitaciones y salas de estar. El feng-shui se puede considerar una guía práctica en los procesos de reformas de pisos y ayudarnos a tomar decisiones con respecto a la ubicación escogida para cada estancia, los tonos que vamos a aplicar en cada superficie o la decoración que va a dar forma a cada habitación, entre otros ejemplos.
La importancia de la estructura espacial
Con respecto a la propia estructura y ubicación del inmueble, se debe priorizar la creación de espacios abiertos, simétricos y de gran amplitud, con una comunicación fluída entre sí que permita un fácil acceso o tránsito a lo largo de todo el hogar.
Si optas por colocar mobiliario empotrado, el cual puede ayudar a que los espacios se mantengan más diáfanos, al ubicar las puertas, ventanas y armarios de cada estancia ten en consideración dos aspectos fundamentales del feng-shui: la orientación solar, para asegurar el máximo aprovechamiento posible de la luz natural; y el lugar donde colocar el mobiliario principal de cada división (por ejemplo, en la habitación es recomendable que la cama quede apoyada en una pared que tenga la ventana en uno de los laterales).
La influencia de los colores
En el feng-shui, los colores también tienen un papel primordial por su capacidad de despertar y propiciar una serie de sentimientos y sensaciones. Por eso, el tono de cada estancia del hogar debe ser escogido conscientemente y teniendo en cuenta la finalidad de la división, la personalidad de quienes van a usarla y sus características espaciales.
Además, cuando hablamos de colores, no solo debemos pensar en el aplicado en las paredes, sino también suelos, techos, mobiliario y demás utensilios u objetos de decoración. Encontrar un equilibrio entre los tonos es esencial en la filosofía feng-shui para garantizar una buena energía en cualquiera de los espacios.
Por ejemplo, el blanco ofrece pureza y limpieza a los espacios, pero se recomienda combinarlo con otros tonos que den contraste para no transmitir falta de personalidad; el verde es asociado con la naturaleza e irradia frescura y vitalidad, por lo que es ideal para zonas de descanso; el azul se usa para transmitir armonía y tranquilidad, pero usado en exceso puede dar sensación de soledad; y para estimular la creatividad y la productividad, los tonos más indicados son los amarillos, aunque usados en exceso pueden cansar. Por otro lado, el negro es un color que transmite elegancia y modernidad, por lo que puedes escoger elementos decorativos en este tono o aplicarlo en alguna pared o mobiliario, pero no se recomienda usarlo en la ropa de cama, pues podría generar un ambiente negativo en el dormitorio.
Orden y sencillez para atraer las buenas energías
Dos de los puntos básicos para el feng-shui son el orden y las formas orgánicas. En el caso del orden, esta tendencia aboga por el minimalismo, es decir, por la simplicidad y lo funcional, especialmente en lo que se refiere al mobiliario, la acumulación de utensilios y de elementos decorativos.
Por ello, el primer paso para tener un hogar feng-shui es deshacerse de todos aquellos muebles y cacharros que están de más, y mantener tanto limpios como bien ordenados todos los espacios. Cuando hay pocos elementos a la vista, la sensación que se transmite es de amplitud, organización, esencialidad y paz, por lo que se recomienda optar por armarios y muebles que se integren bien en la propia estructura de la vivienda, con formas orgánicas, redondeadas y de líneas suaves. Elige mesas, sillas, cómodas y muebles auxiliares sin formas puntiagudas, esquinas o cantos sobresalientes; y no uses más mobiliario de aquel que realmente precisas.
Decoración al estilo feng-shui
Por último, el feng-shui recomienda optar por una serie de objetos decorativos que ayudan a crear un flujo de energía positivo y agradable dentro de nuestros hogares.
Los espejos son un elemento básico en esta corriente decorativa, aunque existen ciertas normas para el uso del mismo. Por ejemplo, en el dormitorio no se debe colocar junto a la cama, ya que puede causar insomnio; en el cuarto de baño debe estar frente al lavabo y una recomendación es colocarlo junto a la mesa de comida, ya que creará una sensación de abundancia.
Por otro lado, la iluminación es primordial a lo largo de toda la casa, pero con especial relevancia en: la entrada, por ser un lugar de acogida para las personas que llegan; las estancias destinadas a la convivencia, como la cocina o la sala de estar; y las destinadas a trabajar, como el escritorio o la consulta.
El feng-shui también advierte de que hay elementos que debemos evitar en la decoración, tales como relojes estropeados, utensilios puntiagudos o cuadros con imágenes tristes y violentas, que pueden contagiar de negatividad el ambiente. Si, por el contrario, las fotografías son familiares, reviven momentos con los amigos y recuerdan eventos felices de nuestra vida, entonces son más que recomendables.
En definitiva, si estás pensando en reformar tu apartamento o decorar tu hogar, esta filosofía te ayudará a tomar decisiones acertadas para generar buenas energías en tu espacio, adaptándose a tus necesidades, gustos y estilos. El feng-shui no es un estilo, sino una forma de ver las cosas, por lo que tenerlo en cuenta a la hora de remodelar tu vivienda puede ser una forma fácil de garantizar que el resultado respira una energía positiva.