Así es el lado oscuro del 5G sobre el que no hablan los operadores

Todavía queda viento de cola del pasado Mobile World Congress (MWC19) de Barcelona. Los operadores de telefonía, pese a lo que falta, ultiman la llegada de la conectividad móvil 5G. Mayor velocidad, mejor latencia y mucha más capacidad. Todo son bondades. Aunque se ha detectado, y es solo el principio, un aumento de consumo energético relacionado con la gestión de redes. Algo que va ir a más y, lo peor de todo, que pueden terminar pagando los de siempre.

Observando la tendencia de los operadores, coinciden en un aumento tanto de emisiones contaminantes como de consumo energético derivado de la creciente demanda de datos móviles. Por ejemplo, en el informe integrado de Vodafone España, que corresponde a su periodo fiscal 2017-18, la compañía asegura que “se ha producido un ligero aumento de emisiones derivadas principalmente del aumento del consumo de energía de la red, asociado al notable aumento del tráfico de voz y datos que se ha producido en la misma”.

Según se desprende de dicho informe, el consumo absoluto de energía por parte del operador rojo ha tenido un repunte con respecto al pasado ejercicio. Y lo curioso es que en ese periodo había tenido un bajón; pero, al parecer, era solo un espejismo. Algo similar sucede con Telefónica.

El coste energético que supondrá el 5G es algo de lo que no hablan los operadores

En el caso del operador dirigido por José María Álvarez-Pallete, el informe todavía no está actualizado, y el último disponible es el de 2017. En el documento refleja lo siguiente: “El consumo energético en 2017 fue de 6.846 Gwh, un 1,54% más que el año anterior, a pesar de que nuestro negocio ha crecido un 38%”. Es decir, aunque no lo eleva junto al crecimiento total, la realidad es que consume más. Habrá que estar atentos al próximo informe.

El único que asegura en su informe integrado no haber elevado su factura energética es Orange España. Aunque también se trata del documento presentado en 2017, por lo que habrá que comprobar si mantiene la tendencia de los otros grandes del sector. Esto conllevaría a una peligrosa relación: cuantos más datos se consumen, más electricidad de gasta… si el 5G va a disparar el consumo de datos… ya saben lo que toca, mayores costes de los operadores. Si las compañías necesitan financiar su inversión, ¿saben a quién le toca pagar?.

MÁS 5G, MÁS REDES, MÁS ELECTRICIDAD

Los expertos del sector telco advierten de una realidad: la explosión en el consumo de datos no casa con los principios de eficiencia energética. Y la llegada del 5G provocará que este tándem sea peor.

Según la web especializada Spectrum.org, dos de los principales desarrollos asociados el 5G, como son las small cells y el massive MIMO, genera más gasto energético debido a que requiere mayor número de antenas e infraestructura. Tal y como explican, el pescadillismo es la base del 5G y el consumo. Es decir, para que esta tecnología móvil tenga un verdadero desarrollo necesitará de miles de pequeñas celdas, y aunque consumen menos que las actuales, se necesita tal cantidad para una perfecta densificación, que en ese punto es donde se dispara el coste.

Pese a todo, también hay margen para el optimismo. En el caso concreto del MIMO, esta tecnología implica el uso, también, de muchas antenas base. El resultado evidente es que hay muchos más componentes de hardware que hacer funcionar. Esto deriva en que se necesita más energía. La buena noticia, destaca el artículo, es que como ha sucedido siempre a nivel tecnológico, cuando se vaya desarrollando la tecnología el coste se iría reduciendo, incluido el gasto energético.

Casi todos los operadores asumen que habrá que buscar fórmulas para financiar el 5G

Se trata de un gasto difícil de cuantificar, aunque hay expertos que lo elevan por encima del 100%. De hecho, casi la totalidad de los operadores asumen que los costes se dispararán y, lo que deberá ser preocupante para los usuarios, puede que este dispendio energético lo acaben pagando ellos.

EL PAPEL DE LOS OPERADORES

En este contexto, los operadores tienen las manos relativamente atadas. Los gastos operativos para mantenimiento del servicio de red, que está dentro del Opex que realizan las compañías, son muy elevados en el ámbito energético en el segmento de redes.

Lógicamente sería una bendición para el conjunto de operadores poder disminuir este coste. Según fuentes del sector, la densificación de redes será una realidad, y eso debería estar sustentado por una gestión de eficiencias nacidas en las energías renovables. Pero esto resulta muy complejo para los operadores. Así, dichas fuentes aseguran que las compañías de teléfono en estos momentos no tienen una hoja de ruta clara para contener dicho gasto energético una vez que el 5G empiece a explotar.

Así, todo lo relacionado con esta tecnología vuelve a demostrar que será el camino el que marque todas las pautas. Tanto de gasto como inversión.

Raúl Masa
Raúl Masa
Ex Coordinador de redacción y redactor de empresas y economía; especializado en telecomunicaciones, tecnología y energía.