El nuevo Plan de Humanización de la Asistencia Sanitaria del hospital Infanta Elena incluye dos coches eléctricos teledirigidos que trasladan a los niños al quirófano. Los beneficios de esta acción van desde reducir el miedo, el estrés y la ansiedad hasta sobrellevar el momento posterior a la operación.
La empatía y el cariño son una de las mejores recetas y la actitud y el estado anímico pueden influir, para bien o para mal, en la recuperación de una enfermedad o problema de salud. Esto son ya casi dos axiomas para la mayor parte de la sociedad. Cuando, además, el paciente es un niño, se suman a su malestar o dolencia preocupación, nervios, cambios de rutina, angustia, y hasta algunas rabietas.
El enfoque y el acercamiento adaptado a su edad y circunstancias son cruciales, y para ayudar en este sentido, tanto a los pequeños como a sus familiares, y de paso contribuir a mejorar su estancia, colaboración en la acción médica, e incluso recuperación, el Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red sanitaria pública madrileña, avanza en su Plan de Humanización de la Asistencia Sanitaria.
En esta ocasión, ha venido sobre cuatro ruedas, y con volante. Se trata de dos coches eléctricos teledirigidos, donados por el Ayuntamiento de Titulcia (Madrid) al hospital, en los que a partir de ahora los pequeños que tengan que someterse a una intervención o prueba médica en el bloque quirúrgico recorrerán los pasillos dirigidos por control remoto, controlado por un celador, hasta llegar al quirófano.
La foto, además de resultar divertida y tierna, tiene claros beneficios en materia de bienestar y salud. Y es que, ayuda a recudir el miedo, estrés y ansiedad en los menores, que puede afectar tanto en la llegada al quirófano, como en la administración de la analgesia y en la fase de despertar postquirúrgico. De esta forma, entran más relajados en el bloque quirúrgico, lo que facilita la tarea del personal médico dentro de este, se olvidan de lo que les angustia y no asocian ese momento con algo negativo ni traumático, predisponiéndoles en positivo también para un próximo paso por quirófano.
La tranquilidad de extiende a los padres, quienes, también se relajan y llevan mejor el momento de separarse de su hijo antes de la cirugía o prueba médica y el tiempo de espera hasta su finalización.
MAGIA E ILUSIÓN PRESENTES EN EL INGRESO HOSPITALARIO
El hospital ya cuenta con largo recorrido en este tipo de iniciativas de humanización de la asistencia sanitaria dirigida a los pacientes pediátricos, por ejemplo, permite a uno de los padres acompañar a su hijo hasta el quirófano y permanecer allí hasta que el menor está dormido, de manera que todo es mucho más amable y menos traumático para el niño. En esta misma línea, las sesiones semanales del mago Dlin tiene resultados positivos. Son sesiones semanales e individuales de magia para todos los niños hospitalizados.
Estas sesiones crean un entorno y momentos en los que la magia, la ilusión y las risas sustituyen por un rato a la preocupación, la tensión, el tedio y hasta las molestias o el dolor. Además, está demostrado que en algunos casos permiten disminuir la medicación y alivian otras molestias, gracias a las sensaciones positivas que provocan en los más pequeños.