Así son las bicicletas compartidas que nunca llegaron al Wanda Metropolitano

La empresa Ride On y el Atlético de Madrid realizaron un proyecto para instalar bicicletas compartidas en las paradas de Metro cercanas al Wanda Metropolitano. La empresa especializada en el desarrollo e implementación de soluciones de movilidad llegó incluso a desarrollar alguna unidad personalizada para el club.

La falta de rentabilidad y el vandalismo. Estos dos factores terminaron por enterrar el proyecto de movilidad diseñado por el club rojiblanco para su nuevo feudo. La entidad descartó cualquier actuación en este sentido por la falta de actividad -en el Wanda Metropolitano se disputan como mucho 28 partidos al año- y por el miedo a actos de gamberrismo en su vehículos -en este caso, bicicletas-.

En todo caso, lo cierto es que el proyecto estuvo muy cerca de ver la luz. De hecho, la empresa que iba a desarrollarlo –Ride Ondiseñó y construyó un prototipo de las bicletas que supuestamente iban a utilizar los aficionados del Atlético de Madrid para desplazarse los días de partido.

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El ‘bike sharing’ ha quedado en el cajón de las ideas olvidadas o descartadas por el club que preside Enrique Cerezo. El Atlético de Madrid juega este año su segunda temporada en el Wanda Metropolitano y hoy todavía salen a la luz planes que los rojiblancos diseñaron para hacer más fácil el traslado a su nueva casa.

Antes de la mudanza, el equipo madrileño se apresuró a acondicionar los aledaños del estadio, sus accesos, su contexto, su entorno… Las prioridades del club se situaron en el transporte público -con la colaboración de Metro de Madrid y la  EMT- y en el vehículo privado -con la construcción de un nueva entrada desde la M-40-. Lo primordial era que el seguidor colchonero pudiera llegar al recinto deportivo en autobús, Metro o coche de manera ordenada y sin demoras.

Dentro de este ‘brainstorming’ surgieron varios proyectos que fueron aprobados y otros que finalmente fueron descartados. Entre estos últimos se encuentra este particular ‘bike sharing’ colchonero que pretendía aliviar la carga de viajeros de la principal estación de Metro del Wanda, Estadio Metropolitano -antigua parada del Estadio Olímpico-. Para ello, la entidad rojiblanca pensó en instalar bicicletas compartidas en los aledaños de su nueva casa y en las paradas de Metro cercanas  -Las Musas y Canillejas-.

El modelo a imitar era el de BiciMad, inaugurado en la Legislatura de Ana Botella y que este mes de junio cumplirá un lustro de funcionamiento, aunque con más sombras que luces -sobre todo en su gestión-. Precisamente, la gestión es otro de los vínculos que une a BiciMad y al proyecto fallido del Atlético de Madrid. Porque el club encargó el desarrollo del mismo a Ride On, una empresa cuyo Administrador Único es Miguel Vital Huici, exCEO de Bonopark, compañía que se encargaba de gestionar BiciMad antes de ser remunicipalizada.

El prototipo que había construido la compañía especializada en el desarrollo e implementación de soluciones de movilidad estaba personalizada con los colores del equipo -rojo y blanco-, el escudo -el nuevo, no el antiguo- y el nombre de la entidad. Todo pensado para que el seguidor del Atlético de Madrid se sintiera lo más identificado posible en su trayecto al Wanda Metropolitano.

Pero al final, a pesar de ser una buena idea -tanto desde el punto de vista de la movilidad, como del corporativo- el proyecto quedó descartado. Los motivos principales fueron la rentabilidad y el vandalismo. Los implicados en la operación pusieron en la balanza ambos aspectos y decidieron no seguir adelante con la idea.

En este sentido, cabe tener en cuenta que en el feudo colchonero se disputan como muchos 28 encuentros a lo largo de una temporada. Esto supone que las bicicletas estarían en pleno rendimiento durante menos de un mes al año. Insuficiente y muy poco rentable.

SEGURO, PERO POCO TRANSITADO

El otro factor clave en esta decisión fue el vandalismo. El nuevo estadio del Atlético de Madrid está ubicado en el distrito de San Blas-Canillejas, pero alejado del núcleo urbano. Es decir, el temor no era el emplazamiento, de hecho, el distrito ocupa el decimoséptimo puesto en el ranking de lugares más peligrosos de Madrid por número de detenciones. Es decir, sólo hay cuatro distritos más seguros -Horataleza, Vicálvaro, Barajas y Moratalaz-.

En este caso, el miedo estaba fundamentado en la primera premisa que hizo descartar el proyecto, la falta de actividad. Esta ausencia de clientes dejarían a la intemperie las estaciones de bicicletas y expuestas a actos vandálicos. 

UNA INYECCIÓN PARA LAS ARCAS DE RIDE ON

El proyecto finalmente no ha llegado a buen puerto, pero durante un tiempo fue una realidad para el Atlético de Madrid y para Ride On. Tal vez, este proyecto hubiera supuesto una gran inyección a las arcas de esta última, porque los últimos datos muestran un claro descenso de sus ventas que han supuesto una pérdidas de casi 120.000 euros para esta empresa con sede social en Pamplona, según datos recogidos en el Registro Mercantil y plasmados en Insightview.