Grupo Santander apuesta por las Pymes para nuevos servicios e inversiones

En los últimos meses, el Grupo Santander está incrementando una decidida apuesta por el mercado de las pymes. Hace unos días ha lanzado el Fondo Smart, dotado con 620 millones de euros, ha comprado una APP para pequeñas empresas en el Reino Unido, ha lanzado el Plan Exporta 2.0, ha renovado el proyecto británico Breakthrough o a diseñado todo un nuevo proceso digital hipersencillo para  dar de alta a pymes como clientes

Allá por marzo de 2014, en la presentación del Fondo Advance, Santander explicó que había 24 millones de pequeñas y medianas empresas en los mercados en los que el banco estaba presente; que en Estados Unidos, por ejemplo, representaban el 30% del PIB, y ni más ni menos que el 60% del de México; que generaban 300 millones de empleos (el 66% de los europeos y el 69% de los latinoamericanos), y que su peso en las exportaciones no hacía más que aumentar, hasta representar (entonces) el 40% de este mercado específico.

Sus clientes entre las pymes habían asegurado al grupo que sí, que necesitaban financiación, pero no sólo: también “formación y capacitación de sus empleados, acceso a otros mercados, actualización tecnológica permanente, conexión con otras pymes y pautas de gestión y liderazgo”.

El Fondo Advance, por lo tanto, era sólo una de las partes del paquete de ayudas para este segmento empresarial. Nació con una dotación de 250 millones de euros sólo para España, ampliable y replicable en otros mercados en donde el grupo estuviera presente.

Este pasado mes de enero, una vez ‘consumida’ la dotación del Advance, el grupo presentó en sociedad a su sucesor, el Fondo Smart. Habilitaba de esta forma 620 millones de euros (la mayor de un fondo de deuda privada en nuestro país y muy superior a la de su predecesor dentro del banco) para “financiar el crecimiento de las empresas, su sostenibilidad, innovación, digitalización y generación de empleo”. El primer requisito es que su facturación no sea superior a los 100 millones de euros.

Este se divide en tres líneas: la primera, dotada con 20 millones de euros, está destinada a la fase e expansión rápida o ‘post-startup’; la segunda (500 millones), para la de crecimiento de las compañías, y la tercera, para la de consolidación, a la que van dirigidos los 100 millones restantes.

Se da, además, la circunstancia de que, en España, el peso de las pymes es incluso superior al de otros mercados, llegando incluso a representar el 90% del tejido empresarial, la mitad del Producto Interior Bruto, dos de cada tres empleos del sector privado y más de la mitad del volumen de exportaciones. De hecho, ese peso en la economía nacional es vista muchas veces como un hándicap: salvo un puñado de ejemplos exitosos, se echa de menos un mayor tamaño empresarial, al que sedebería llegar mediante un proceso combinado de crecimiento y consolidación.

Por todo lo anterior, iniciativas como la del Fondo Smart demuestran el interés del banco en estar lo más presentes posibles en este segmento de mercado, como lo hacen también operaciones como la compra (por parte de Santander UK) de la app Albert o la última inversión de su fondo de capital semilla Santander InnoVentures en la compañía MarketInvoice.

De hecho, a raíz de esta apuesta, la presidenta de Santander, Ana Botín, publicó un tuit desde su cuenta personal en la que cerraba el círculo, al recordar la relevante participación de los pequeños y medianos negocios en el proceso de creación de los 600 millones de empleos previstos para los próximos tres lustros.

La incoporación del Banco Popular, con una fuerte presencia en el mercado de las pequeñas y medianas empresas, no ha hecho sino reforzar su posición.

Otras líneas de apoyo a las pymes son el Plan Exporta 2.0, el fondo Breakthrough (para Reino Unido), International Desk y Santander|Trade, becas universitarias para trabajar en estas empresas, entre otras.

Hace un mes también lanzó un servicio pionero para darse de alta como cliente del banco en cinco pasos. Y, junto con el Banco Europeo de Inversiones (BEI), acaba de poner en marcha una línea de financiación de 500 millones de euros para este tipo de empresas.